CHE, VOS, CARRY-TRADE
SPERONI
Nota de la autora: Me quedó larguísimo. Pido mil disculpas. Mi amigo @TodosGronchos sostiene, con razón, que si uno usa demasiadas palabras para explicar algo, le falta el respeto al lector. Es verdad. Así que ruego acepten mis humildes y sinceras disculpas. Acá va. →
En estos últimos días hubo discusiones dentro del kirchnerismo mal llamado peronismo.
Tampoco es que se puede llamar “discusión”, al acto de reprochar por parte de la presidente (mc) Cristina Fernández al gobernador en ejercicio de la Provincia de Buenos Aires y que éste no le conteste. En todo caso se trata de un regaño público al que se suman un grupo de simpatizantes, afiliados y/o funcionarios en actividad o fuera de ella los cuales dan su parecer sobre la queja mencionada.
Ahora bien, lo cierto es que el neokirchnerismo mantiene una porción del favor popular, si bien a gran distancia de su situación hace unos 15 años, cuando contaba con mayoría en ambas cámaras nacionales, varias gobernaciones, municipios, etc.
Hoy corre el riesgo cierto de seguir los pasos del radicalismo.
¿Por qué sucedió? ¿Por qué parte de la sociedad decidió no confiarles más el voto? ¿Es por lo que dicen sus figuras públicas o lo que afirman los medios de comunicación (todos ellos interesados y porteños)? ¿Existe alguna otra razón?
Bueno, ahora arranco yo. Y no voy a hablar ni del peronismo, ni del kirchnerismo, ni del radicalismo, ni del PRO (que va también en un derrotero de extinción), ni del oficialismo.
Nada de eso.
Hablaré del carry-trade y por qué creo que es la razón por la cual parte de la población odia a CF y por qué, si supieran de la relación entre la bicicleta financiera y Kicillof, también harían lo propio.
Veamos si me sale la demostración.
Carry-trade alias bicicleta financiera
Dícese de la acción de colocar la moneda local (pesos, australes, moneda nacional, etc.) a altas tasas de interés nominales, concomitante con un tipo de cambio fijo o seguro (tablita, seguro de cambio, dólar futuro, crawling peg, etc.), que permita al final de la maniobra convertir al capital original más los intereses ganados en divisa. El resultado es, entonces, un “rendimiento” en dólares real significativo muy por encima de los promedios mundiales.
En particular, en estos últimos años, las tasas vigentes en EEUU o Europa son nulas o muy bajas, en términos reales.
Esto tiene numerosísimos efectos en la economía real y por lo tanto en sus correlatos políticos.
Hubo carry-trade o tasa de interés real positiva en el siglo XIX hasta que en un momento Roca y Pellegrini lo cortaron de una. No volvió a haber hasta Martínez de Hoz que estableció la Ley de Entidades Financieras.
La crisis del gobierno militar 1976-1983 se dio, justamente, cuando hubo que pagar los intereses acumulados (anatocismo) inventados con tasas reales positivas y dibujos contables, que luego viene alguien y quiere cobrar. Mientras nadie quiera cobrarlos, estamos de fiesta. Cuando alguien aparece con los papelitos en el mostrador, empiezan los problemas.
A partir de 1977 el carry-trade o bicicleta financiera estuvo vigente ininterrumpidamente (excepto por default, un breve interregno en 2002-2007 ó un poco menos) hasta el día de hoy.
Vivimos en carry-trade en los últimos cincuenta años. Años en los que:
no creció el PBI per cápita,
perdimos empleo en cantidad y calidad,
como consecuencia del punto anterior, cayó el sueldo promedio,
se desmanteló el interior del país, en capital y en personas,
se destruyó la infraestructura,
no exportamos,
nos desindustrializamos (primero se trasladó a Brasil ahora a ningún lado),
se descapitalizaron las familias (comprar una vivienda), los comercios, los servicios y desde ya las industrias. Un simple ejemplo: comparen el servicio gastronómico actual en capital federal con el vigente hace cincuenta, cuarenta, treinta años atrás. Simplemente hoy no podríamos pagarlo (además de que no hay personal capacitado).
¿Por qué sucedió todo esto? Algunos dicen - tontamente - “¿Cómo es posible que Argentina haya retrocedido tanto si no pasó por una guerra?”. Es que sí pasamos por una guerra.
Más allá de que todo esto fue provocado y que creo que una de las herramientas del despojo - solamente una de ellas - es la bicicleta financiera o lo que es lo mismo, tasa de interés alta en términos reales, es un daño per se; daño que quiero tratar.
Estos intereses altos que cobran algunos (desde grandes fondos de inversión al verdulero que pone su dinero en una billetera virtual desde el lunes al jueves que vuelve al mercado central) todos cobran intereses reales por sus tenencias de dinero. Reciben un influjo de dinero y acrecientan su capital nominal. En un contexto inflacionario, no deja de ser una estrategia de defensa contra la inflación, en contextos de reducción de la inflación - como el actual - es una transferencia de riqueza de otras a quienes prestan su dinero y cobran intereses. SEIS LATITAS DE ATÚN explica parte de esto pero no todo.
Este sistema o esta maniobra no genera riqueza, solamente la transfiere de unas personas a otras.
¿Quién paga?
En primer lugar el estado, si el estado toma este dinero en préstamo. Esta acción por parte del estado es inaceptable e injustificable; pero lo cierto es que desde Martínez de Hoz a hoy, el estado toma pesos - que el propio estado emite - y le paga a terceros, bajo diferentes excusas, dinero por poseer temporariamente un bien que el propio estado fabrica. Hablemos de estafas.
Me fui por las ramas. Uno de los que paga es el estado. Por lo tanto este esquema implica un flujo permanente (cincuenta años) de impuestos o inflación - que es otra forma de impuestos - el cual termina en manos particulares; particulares que le prestan dinero en pesos al estado (dinero que el estado no necesita porque el estado fabrica pesos). Esos impuestos, que el estado entrega a los acreedores no lo usa en infraestructura, en pertrechar a las FFAA, etc.
Ahora bien, los otros pagadores de intereses son los particulares. Las familias, que destinan parte de sus ingresos a pagar intereses de tarjeta de crédito o intereses por comprar automóviles o motocicletas o licuadoras en cuotas (en Argentina casi no existe el crédito hipotecario). O las empresas de cualquier rubro. Parte de sus ingresos se destinan a pagar intereses altamente positivos. Descuento de cheques, descubiertos bancarios, préstamos “a la producción”, descuento de facturas y largos etcéteras. Esto hace que parte del ingreso de las firmas se destine a pagar intereses altamente positivos.
Todo este dinero que la parte productiva real de la economía traslada al sector financiero, es dinero que no se reinvierte en la actividad y por tal razón, Argentina desde hace medio siglo no crece. Porque toda la rentabilidad disponible para la inversión, no es reinvertida porque se va.
Además, el costo de interés forma parte del precio de todo lo que pagamos, ya que es un componente de los costos del agro, la industria, el comercio y los servicios. Tanto o más que los propios intereses. Por lo tanto el trabajador (el que compra) destina parte de su ingreso al pago de intereses, al pago de alquiler - porque no hay mercado de crédito que le dé acceso a la propiedad - y a productos más caros por el componente financiero del esquema de costos (aún en los productos importados). En resumen, un tipo de interés alto le reduce el poder de compra a los ingresos.
Varios corolarios de esta larguísima explicación.
Argentina no crece porque no se puede reinvertir las ganancias, por las razones expuestas.
Quienes tienen dinero en Argentina no invierten porque a) siempre da más rendimiento “poner” el dinero en el sistema bancario que cualquier otra cosa que se haga, b) este esquema es naturalmente inestable - ya lo explicaré - y provoca crisis periódicas, por lo tanto, en este contexto, nada es viable. Ejemplo: está en quiebra todo el complejo vitivinícola/bodegas por el tipo de cambio atrasado más otros problemas, del mejor malbec del mundo.
Por eso cuando un presidente habla de las inversiones que van a venir del exterior (Néstor Kirchner, Mauricio Macri, Javier Milei), o no vienen o si vienen será una mera fracción del capital propiedad de los argentinos que están esperando salir del ciclo carry-trade → desinversión → desempleo → pobreza y marginalidad; y volver a un sistema productivo de exportaciones de todo, más industria más infraestructura, más riqueza, más la casa propia y las vacaciones en Las Toninas. O sea, la felicidad.
El engaña-pichanga de este esquema, que los políticos lo usan para sostenerlo todo lo que sea posible, el “discurso” o el “relato”, es que se usa para mantener el tipo de cambio atrasado para “controlar” la inflación o aumentar/mantener el poder de compra del salario real. Amén de vacaciones en Miami o Brasil o Cancún. Eso es el chupetín para una parte de la plebe - los más acomodados o los que más voz tienen - mientras otros, incluidos los funcionarios, medran con todo esto.
Las crisis se provocan periódicamente porque al principio del ciclo el aumento de las acreencias es un asiento contable. Una persona/empresa/fondo de inversión pasa de tener 100 a 104 a 108,16 a 112,4864. Hasta ahí todos felices. En algún momento, ya sea porque se ponen nerviosos o porque tienen necesidades externas, prueban convertir sus asientos contables en una transferencia en dólares. Ahí empiezan a faltar dólares y un día el BCRA dice que no cambia más, pone cepo o devalúa. Ejemplo: lo que sucedió al final del gobierno de Cristina Fernández o a Mauricio Macri cuando en un mismo día varios fondos de inversión quisieron sus dólares por más de 1.400 millones de dólares.
El dólar “bajo” es la consecuencia del ingreso temporario de dólares. Cuando empieza el ciclo vienen dólares a usufructuar la tasa real alta. Ahí abundan, ya que no hay uso para los mismos. Entonces baja la cotización (que los políticos usan para fines de propaganda ya descripto) y el dólar barato subsidia importaciones, viajes al exterior y atesoramiento, mientras desestimula las exportaciones (las que no crecen desde hace décadas en términos significativos si no es por cambio de precios en el exterior. Cuando llega el final del ciclo, no hay dólares para repagar el capital más los altísimos intereses convenidos. En ese momento, comienzan los endeudamientos en dólares y todo tipo de barrabasadas.
El verdadero problema es la tasa de interés alta. Se equivoca Cristina Fernández cuando dice que el problema es la economía bimonetaria. No lo es. Lo que sí nos mata - en sentido estricto ya que pone en riesgo la misma existencia de la Nación - es el interés alto.
Y acá vamos a la debacle lenta del Frente para la Victoria/Fuerza Patria y todos los nombres intermedios: ella es la mamá de volver al carry-trade luego de la crisis del 2001. Y acá discrepo con los que creen que Axel Kicillof es la solución a los problemas de liderazgo. No empezó con él pero Kicillof fue el último ministro de economía papá del carry-trade con cepo y venta de dólares futuros, mientras funcionarios kirchneristas de menor cuantía publicaban en Facebook fotos en Cancún, Playa del Carmen o República Dominicana. Mientras, las exportaciones y la economía se estancaba y nuestro déficit comercial con Brasil llegaba a máximos históricos.
Como ya me fui al diablo con el largo de la nota dejo esto para que lo mastiquemos juntos: Cuando nosotros tuvimos tasas de interés bajas crecimos, con gobiernos conservadores (Roca/Pellegrini…Victorino de la Plaza), radicales (Yrigoyen 1 y 2 - de Alvear), de facto (Uriburu - Farrell), el peronismo, los 18 años de gobierno entre 1955 y 1973, y el peronismo. Casi 100 años de crecimiento, industrialización y ocupación del territorio nacional.
Cuando pasamos a tener tasa de interés alta, desandamos todo nuestro desarrollo y crecimiento.
Mientras tanto, Brasil adoptó lo que nosotros abandonamos. Tasa de interés baja y tipo de cambio competitivo. Creció la industria, la agricultura y ganadería, altísimas inversiones en infraestructura (energía eléctrica, carreteras, FFCC, puertos), ocuparon el territorio y generaron una enorme clase media en todo el país que no tenían antes. Invierten en ciencia, educación, salud. No solamente eso, multiplicaron varias veces sus exportaciones (para eso tienen un tipo de cambio competitivo), achicaron hasta casi eliminar sus deudas públicas y acumulan reservas por 300 mil millones de dólares.
Son hoy lo que nosotros fuimos.
Sin embargo, tanto Cristina Fernández como Axel Kicillof como todos los otros se llenan la boca con loas a Lula, pero ni se les cruza por la cabeza copiar sus políticas públicas. No: tipo de cambio alto, viajes al exterior para la gilada y tasa de interés alta, ah…y llorar que la deuda es impagable, cuando no lo es. Usan la excusa de “deuda impagable” para presentes y futuras entregas.
En cuanto al oficialismo. Si hablan de crecer y de futuro próspero y no bajan las tasas, no quieren ni crecer ni desarrollar. Es cáscara. Con éste y con cualquier otro oficialismo.
La solución para dar vuelta el país y encarar el sendero del crecimiento, pleno empleo, industrialización, ocupar el territorio, infraestructura, educación, salud y FFAA es relativamente fácil y sencillo. Bajamos la tasa de interés y todos los que amamos a Argentina nos alineamos rápidamente. Lamentablemente, quienes hacen mucho dinero con el status quo, desean continuar. Inventan brechas, falsas peleas, y divisiones internas entre cosas inventadas. Nosotros nos peleamos y ellos siguen. El envoltorio es lo de menos.
* * *
Otro sí digo:
El que quiere tasas altas, ése es el traidor.
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Cito a Carlos Fernando Lounge en “Keynes & Gesell, ¿Nuevo paradigma?, El orden económico natural y breve historia monetaria argentina”.
Página 50:
«Basado en el interés y en el interés compuesto, el dinero duplica a intervalos regulares. En la Argentina, estos excedentes son transferidos de manera continua al exterior, modalidad conocida como “fuga de capitales”, lo que supone un drenaje permanente de riquezas. Esta multiplicación de dinero a tasas exponenciales o compuestas explica los problemas que tenemos con nuestro sistema monetario. De hecho, los intereses actúan como “cáncer” sobre nuestra estructura social. Y, a posteriori, sobre el balance social y ambiental». En bastardilla en el original.
Página 51:
«Este ejemplo demuestra que, tanto desde el punto de vista aritmético como práctico, el pago continuado de intereses e intereses compuestos es imposible.
Por eso fue sabiamente prohibido por nuestro Código Civil originario, elaborado pro el eximio jurista Dalmacio Vélez Sarsfiel, hasta el advenimiento de la Ley de Convertibilidad de 1991, que lo restauró (arg. arts. 617, 619 y 623 del Código Civil, reformados por la ley 23.928)». En bastardilla en el original.
Lecturas relacionadas:
SEIS LATITAS DE ATÚN
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Sigo con el tema USURA, así que para quien no lo leyó:
LA USURA
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SIN DEUDA
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DEUDA PÚBLICA
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UN PUÑAL EN EL CORAZÓN
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