A DONDE VAYAN LOS IREMOS A BUSCAR
En los últimos 37 años escuchamos este canto por las calles de Buenos Aires. Sus destinatarios fueron (son) ex funcionarios de la última dictadura militar y/o integrantes de las fuerzas armadas o de seguridad.
Jamás Videla mientras era el mandamás de la Nación creyó que moriría en la cárcel. Jamás el todopoderoso Martínez de Hoz imaginó pasar un día preso. Ningún funcionario mientras agasajaba a Henry Kissinger o David Rockefeller sospechó un cambio de fortuna.
Sin embargo, los mismos EEUU que entrenaron a nuestros militares en técnicas contrainsurgentes son quienes enviaron al ex presidente Jimmy Carter. Con su informe sobre el respeto a los DDHH en el Cono Sur los tiraron bajo el tren.
No me interesa discutir sobre los años de plomo y sus derivaciones; sólo pretendo graficar cómo el poderoso de hoy, puede ser el condenado de mañana.
La caída del poder
¿Que se les imputa(ba)? Que hubiera un plan sistemático de exterminio de compatriotas diseñado desde el estado y ejecutado por funcionarios públicos.
La Justicia Argentina metió presos a un grupo numeroso de ex funcionarios, (lo que había pedido EEUU a través del ex presidente Carter). A algunos los condenó y a otros los sobreseyó.
Existe abundante jurisprudencia.
El aborto
Los poderosos actuales se sienten invencibles, -al igual que Videla en 1980-, que no pagarán por sus violaciones a la ley y a la Constitución. No se entiende tal convicción toda vez que Cristina Fernández hace cinco años que pasea por Tribunales por imputaciones infinitamente menores; delitos contra el Tesoro Nacional, no contra la vida de las personas.
Con el aborto hablamos de asesinar a decenas de miles de argentinos. ¿Realmente creen que no terminarán presos? Sí, realmente lo creen.
Plan de exterminio sistemático
Hace un par de años atrás el entonces presidente Macri blanqueó el objetivo de mínima del proyecto de ley. En un acto público aseveró que había más de ciento treinta mil embarazos de madres adolescentes por año y que con el aborto gratuito en hospitales se evitarían. Me permito corregir al ingeniero Macri: se evitarían los nacimientos, no los embarazos. Si Macri se salía con la suya, los nacimientos se hubieran reducido en un 17%; de 750.000 a 620.000.
Sostengo que es un plan sistemático de exterminio. Porque tiene un objetivo claro (reducir los nacimientos en decenas de miles anuales), está diseñado de arriba para abajo, esto es, desde las más altas autoridades de la Nación (presidente Macri, presidente Fernández) y le corresponde su ejecución a distintos estamentos del estado. No se trata de despenalizar el aborto (ya lo está de hecho) sino de usar los recursos del estado tanto económicos como humanos para matar compatriotas. ¿Les suena?
Este plan coordinado, con jerarquías claras (presidente, ministro de salud, director de hospital, médicos, enfermeros, bioquímicos, instrumentadoras), funciones diferenciadas y atribuciones asignadas es, señores, un sistema. Un sistema donde el presidente (jefe del Poder Ejecutivo) ordena a sus subordinados a matar otros argentinos.
En cuanto a los diputados y senadores, la responsabilidad es clara: la define la Constitución Nacional:
“Artículo 29.- El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ... ni otorgar[les] sumisiones o supremacías por las que la vida, ... de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria”.
¿Cuál es la pena en estos casos? Veamos el Código Penal.
“ARTICULO 227. - Serán reprimidos con las penas establecidas en el artículo 215 para los traidores a la patria, los miembros del Congreso que concedieren al Poder Ejecutivo Nacional ... sumisiones o supremacías, por las que la vida, ... de los argentinos queden a merced de algún gobierno o de alguna persona (artículo 29 de la Constitución Nacional)”.
“ARTICULO 215. - Será reprimido con reclusión o prisión perpetua, el que …”.
Señores diputados o senadores, quienes entre ustedes den poderes para decretar, organizar, financiar y ejecutar la masacre de miles de argentinos van a recibir prisión perpetua. Están avisados. Y...los iremos a buscar.
Masacre de Argentinos
Acá vamos al nudo del problema. Un grupo de legisladores puede morigerar una pena o eliminarla. Podrían haber decidido que no existe pena (prisión) por abortar un bebé. O bien podrían haber reemplazado los artículos actuales por una multa nimia. Pero eso no les sirve. Porque no se trata de despenalizarlo sino de armar un plan que involucre a cientos de hospitales públicos y a decenas de miles de profesionales de la salud para que orgánicamente, y financiado desde el estado, masacren miles de argentinos por año. Se trata de que el Congreso provea una ley que le permita al ejecutivo decretar la remisión de partidas presupuestarias, comprar drogas abortivas y básicamente dar las instrucciones pertinentes de este plan sistemático.
El nudo del problema que la actual casta política no va a poder resolver
Ahora bien, para que esta ley no sea nula (tal como está, lo es), se deben considerar que los bebés en el vientre materno no son niños ni humanos ni argentinos. Porque caso contrario, quienes le den su voto caen indefectiblemente dentro del art. 29 de la Constitución y luego, como vaquillonas que van al matadero, al final de la manga les espera el artículo 215 con su prisión perpetua.
Para evitar ese destino, tendrían que declarar que los bebés en la panza de la mamá no están vivos ni son humanos ni argentinos. ¡Qué problema!
Y es un problema porque existe una ley que dice que los embriones son humanos, son niños y son argentinos. Es la ley 23.849, artículo 2:
“Con relación al artículo 1º de la CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO, la REPÚBLICA ARGENTINA declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad”.
Una mujer embarazada que habita la Argentina y se atiende en un establecimiento sito en Argentina (público o privado), tiene en su seno un niño argentino.
Ahora bien ¿podemos derogar la ley 23.849 (*)? Sí, claro. Si el Congreso la deroga, podrá afirmar que un bebé no nato no es un ser vivo, ni humano, ni argentino. Suerte con eso.
El artículo 75, inciso 22 de la CN impone los requisitos para derogar la ley 23.849:
“22. ... la Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional,... Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara”.
(La negrita me pertenece).
Entonces, si no cuentan con los dos tercios de la totalidad de ambas cámaras, la ley no pasa. La ley no pasa, los bebés no natos siguen siendo argentinitos y matarlos es una masacre y traición a la Patria en los términos del artículo 29 de la Constitución Nacional. Sigue viéndose la prisión perpetua al final de la manga.
Abuso de autoridad
Por lo tanto la ley no recibió primera sanción en Diputados, ni en el 2018 ni en el 2020. Así lo debió informar el presidente de la Cámara, tanto Monzó entonces como Massa ahora. Al elevarla al Senado, ambos, conjuntamente con el Secretario, incurrieron en el delito de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Lo mismo corre para las autoridades de la Cámara Alta que lo reciben cuando lo debieron rechazar in límine y devolverlo por no haber contado con las mayorías calificadas para su aprobación. No lo hicieron ni en el 2018 ni ahora. Bajarlo al recinto sigue la línea anterior, al igual que considerar que se aprueba sin obtener los votos positivos de los dos tercios de los miembros.
A donde vayan los iremos a buscar
Que quede claro, para que luego no digan que no les avisamos. Todo aquél involucrado en masacrar argentinos, desde el presidente de la Nación, hasta el último instrumentista de quirófano, los médicos que receten drogas abortivas, las asistentes sociales que las recomienden, los que dirijan medicinas prepagas y obras sociales sindicales y otros establecimientos que se sumen a esta práctica; todos serán ante nuestros ojos parte de este plan sistemático de exterminio de argentinos.
A todos los involucrados en general, que en su frenesí de poder creen que nada los puede tocar, y que si mañana hay complicaciones vendrá Merkel o Lagarde o Cuomo o Ana Botín a resolver su situación, recuerden que nada es eterno y mucho menos el poder en la Argentina.
A donde vayan los iremos a buscar.
Y al final de la manga, los espera la prisión perpetua.
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Citas:
(*) Dr. Juan Manuel Soria Acuña
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