SIN SECUNDARIO


Devolvámosle a la educación argentina su magia: ser la herramienta que nos sacará de pobres.

Autora: Iris Speroni

Según el Anuario Estadístico publicado por el Ministerio de Educación de la Nación, sólo la mitad de los conciudadanos que se anotan en el secundario, lo terminan.

Ver Cuadro "Educación Común", "6.10. Tasa de egreso por nivel educativo, según división político-territorial. Año 2017".



acá https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/anuario-estadistico-datos-2018-web.pdf página 530.


Tiene oscilaciones notorias: un tercio en Santa Cruz (el peor índice de todos) y dos tercios en La Rioja (el mejor).

La sangría es de más de 9% de los adolescentes por año.


Los docentes

Los educadores argentinos y los funcionarios y los pedagogos y otra gente se horrorizan de que la mitad de los adolescentes no terminen el secundario.

Y proponen una y otra vez supuestas soluciones que no son tales y que terminan siempre en el mismo lugar, como en el juego de la oca, con la diferencia de que en el recorrido se gastó dinero en estudios del CONICET, congresos de educadores, asesorías, etc. Y tiempo. Se gastó y se gasta mucho tiempo.

Nosotros (yo), que somos (soy) los verdaderos/(a) iluminados/(a), vamos (voy) a dar algunas ideas de cómo debería tratarse este problema. Empecemos con preguntas distintas a la que se hace la progresía bienpensante FLACSO/BM.


Preguntas que nadie se hace

1. ¿Es un problema? ¿Todo el mundo debe terminar el secundario? Subo la apuesta ¿todo el mundo debe inscribirse en el secundario?

2. ¿Qué es el secundario hoy?

3. ¿Cómo era el secundario cuando funcionaba? ¿Cómo era el secundario cuando el país funcionaba?

4. ¿Cuál es el costo beneficio para la familia que manda a su hijo a la escuela secundaria?

5. ¿Cuál es el costo beneficio para el alumno?

        5.a. ¿Cuál es el costo beneficio real?

        5.b. ¿Cuál es el costo beneficio percibido?

6 .¿Existen formas más imaginativas que las propuestas por la progresía que - todos lo sabemos - no tiene imaginación?



Algo similar a respuestas

La Argentina debe brindar educación elemental. Uno puede discutir a qué se denomina educación “elemental” y poner una definición arbitraria. In extremis, los señores diputados podrían definir el título de cirujano cardiovascular como “elemental”.

Creo que la educación elemental es la primaria. Debería ser la única obligatoria. Los políticos en la década del ‘80 cuando comenzaron a rever estos temas se encontraron que la ley prohíbe trabajar a alguien menor de 16 y que la educación elemental terminaba a las 13 años. ¿Qué hacer con los púberes, entonces? Encerrémoslos en una escuela fue la respuesta de la casta política y del Consejo de Educación.

Claramente, hay otras soluciones.


Educación Elemental

Detrás de esta discusión hay otra, que nadie explicita. ¿Qué debe enseñarse en la primaria? Porque si es elemental, debe impartirse TODO lo que un ciudadano necesite. Si es una parte de un todo, puede ser una educación incompleta.

En este punto propongo volver a las fuentes. Que la única educación obligatoria sea la primaria y que, por lo tanto, distintos núcleos duros de conocimiento deban obtenerse sí o sí en esta etapa.

Un ciudadano debe salir de la escuela con conocimientos de castellano. Leer y escribir. Leer en voz alta y de corrido, entender lo que se lee. Escribir. Con fluidez, con amplitud de vocabulario, con estructura. Capaz de definir emociones, razonamientos, deseos. Describir. Teorizar. Saber cuándo usar un verbo en modo subjuntivo y cuándo en modo potencial. Distinguir un sujeto de un objeto y un circunstancial de un objeto indirecto. Entender cuál es la oración principal y cuándo la subordinada. ¿Por qué? Porque toda persona debe salir de la primaria con la capacidad de entender un contrato de locación de vivienda. Si no entiende una cláusula condicional ¿cómo hace? Matemática y geometría. ¿Cuántas tejas tengo que comprar para un techo a dos aguas a 45º cada agua, de cinco metros de largo y un alto de dos metros desde el vértice? ¿Cuántos hectolitros tiene un tanque australiano de dos metros de alto y seis de diámetro?. ¿Cuántos metros de arena…? Entienden la idea. Un maestro pizzero, un albañil, un plomero, un electricista, todos tienen que saber sumar quebrados y saber de geometría. Historia y Geografía. Imprescindible para entender el lugar en el mundo y conocer y amar el país. Ciencias. Son conocimientos elementales para entender el mundo que nos rodea.

Pero lo más importante de todo es entender que con la primaria se termina una etapa y todos los conocimientos que se consideran mínimos deben ser aprendidos en ese momento y no otro. Actualmente cada etapa educativa patea la pelota a la etapa siguiente. Es así como llegan a la facultad sin poder hilar una oración y sin entender lo que leen.

 

1. Y acá vamos a la pregunta. No, no todos tienen, ni deben, ni deberían, inscribirse en el secundario. Debería haber una oferta más amplia de distintos tipos de secundarios y de educaciones de dos años que vaya de los 13 a los 15 años para que a los 16 puedan los adolescentes incorporarse como aprendices a ejercer un oficio.


Es una oferta mala, que no convence a nadie y el alumnado vota con los pies. Se va.

2. El secundario es algo que nadie quiere tocar ni con un palo. 

Entran sin conocimientos elementales básicos, por lo que muchos adolescentes se atrasan desde el momento 1. Son más un depósito de púberes que una institución educativa. No tiene propósito ni orden. No sirve. Como no sirve, y nuestra población es inteligente, la mitad de los alumnos en un momento u otro abandonan un barco que no lleva a ningún lado. Es una oferta mala, que no convence a nadie y el alumnado vota con los pies. Se va.

Como todos los políticos a fin de mes siguen cobrando el sueldo, no leen esta señal obvia: nadie quiere su producto. Ensayan chantadas: pasar de año aunque sean borricos, bajar la exigencia de los contenidos, no expulsar a nadie por cuestiones de disciplina. En realidad son gritos desesperados: “No te vayas o tal vez yo dejo de facturar”. No hay sinceridad en la búsqueda de soluciones. Y se nota.

Problemas del secundario. La primera, que no haya examen de ingreso. Eso lo sacó Alfonsín (con excusas) para no exponer el bajo nivel de la educación primaria. Si hubiera un examen de ingreso en todas las escuelas los padres se enterarían de que mandaron a los hijos a la primaria por 7 (6) años y los dedicaron a hacer banderas de Pachamama, pero regla de tres simple o la capital del Chaco poco y nada. Por lo tanto el principal objetivo es disimular o esconder la propia incompetencia del sistema.

Luego la falta de disciplina. Profesores que no van. Profesores que van y no dan clase. Profesores que no saben la materia. Profesores que no toman pruebas (hay que corregirlas). Eso es una falta de disciplina desde la institución hacia el alumnado. ¿Quién tiene ganas de levantarse a las 7 de la mañana para que dos profesores no se dignen a ir? O si van, hablan de futbol. Y si enseñan qué es un anillo de carbono no toman prueba lo que se traduce - correctamente - en la cabeza del muchacho, a que al profesor no le importa si el alumno aprendió o no qué es un anillo de carbono. 

El otro problema disciplinario es la falta de exámenes permanentes. Test de lectura, “señores, saquen una hoja”, exámenes programados. La prueba es como tomar el pulso a un paciente. Fíjense qué le pasó a Maradona cuando nadie se dedicó a que le tomaran el pulso. Se murió de un infarto. Tomar exámenes es la información que tiene el profesor para evaluar si los alumnos lo escuchan, si lo escuchan y lo entienden. Si no lo entienden es porque él explica mal o por otra razón. Es la información imprescindible para el alumno para saber si está aplicando bien su tiempo y esfuerzo. Si entendió o no lo que el profesor quiere. Lo argumenté en PREPPERS (http://restaurarg.blogspot.com/2020/04/preppers.html), los actuales púberes y adolescentes están habituados a un permanente feed-back gracias a los jueguitos electrónicos. Saben leer información en simultáneo, DESEAN IMPERIOSAMENTE tener información MIENTRAS actúan, como en un jueguito de PC.

El colegio es un gigantesco esfuerzo económico, anímico y de tiempo para los padres y ellos también necesitan la mayor cantidad de información, en tiempo real si es posible.

Por último, la información de las “notas” es imprescindible para los padres. Para saber si es verdad cuando sus hijos afirman que no tienen deberes para estudiar y si pueden irse o no a dormirse a casa de una amiga “porque la de química no nos dio nada”. El colegio es un gigantesco esfuerzo económico, anímico y de tiempo para los padres y ellos también necesitan la mayor cantidad de información, en tiempo real si es posible y en caso contrario, con la mayor frecuencia disponible.

Por último la “disciplina” en el viejo sentido. El laissez faire actual es sólo el dejar que los más grandes le peguen a los más chicos o que el ladrón le robe al resto, etc. El bullying existe únicamente porque las autoridades educativas, que son la autoridad dentro del establecimiento, lo permiten. Y va desde el principio. Entra un profesor, todos se paran y saludan. Y si alguien se hace el superprogre, esa es la costumbre, hoy, en Alemania, en primaria y secundaria. Por lo tanto hay que volver a las sanciones, suspensión y expulsión.

El último tema respecto al secundario es la concentración en bachiller. El principal sindicato argentino es el de empleados de comercio. Muchos de los puestos en el sector público implican manejos de números y facturas y recibos de distinto tipo (ANSES, PAMI, Acción Social), por lo que hoy por hoy el secundario más necesario sería, justamente, el mercantil. Le permite a una persona rendir una caja, preparar un listado de cupones para mandar al banco, hacer asientos contables mínimos, sacar un descuento, calcular el monto de una entrega de mercadería. Lo básico. Forma mejor un mercantil que un bachiller. Sin embargo, los progres eliminaron (o pretendieron) todo lo que no fuera bachiller. El sueño del hijo del obrero de ir a la facultad y entonces el único secundario posible es el bachiller. Cuando en realidad es el estudio que deben seguir sólo aquellos que van a terminar una carrera universitaria.

Debe volverse a la escuela normal para formar maestros. Actualmente hay institutos terciarios, muchos de ellos en manos de los gremios, que forman gente peor que la que disponíamos como maestros en los ‘60. La escuela normal fue una dignísima salida laboral para miles de mujeres durante un siglo en nuestro país. Mientras otros países se llenan la boca con feminismo y vienen aquí a darnos lecciones (y acá, por plata, las aceptan), nosotros le abrimos un mundo de posibilidades a decenas de miles de mujeres desde 1900 a la fecha. Volver a tener buenos normales es una necesidad imperiosa para tener buenos maestros. Maestros que sepan y por lo tanto tengan qué enseñar. La calidad de la escuela primaria depende de esto. Y es una salida laboral que puede ser digna y conveniente para ambas partes.

Industriales: Más y mejores. Con mayor diversidad. Está probado que al alumnado le gusta, le sirve y lo busca. Ampliar la oferta.

Escuelas agropecuarias: aumentar la cantidad, verificar la calidad (actualmente es muy despareja). Dar la oportunidad de meter a decenas de miles de adolescentes en lo que debe ser la gran oportunidad del futuro.

Escuelas artísticas: hoy sólo hay oferta en pocas ciudades. Debe extenderse en relación a la demanda.

Colegios militares: Actualmente, una vez más, el gobierno quiere cerrarlos (ya lo quiso hacer con Garré de ministra). Son una oferta educativa de calidad y una forma de progreso social indiscutible para muchas personas. No sólo hay que mantenerlos sino ampliar su oferta.


3. El secundario cuando funcionaba tenía profesores que sabían e iban a clase y enseñaban, alumnos que estudiaban, un sistema de boletines de notas y promoción a fin de año, sistema de disciplina con sanciones, oferta de modalidades, examen de ingreso. Todo lo que andaba lo rompieron.


Mandar un chico a la escuela es muy caro.

4. Suponga que usted trabajó todo el día, luego toma el colectivo por una hora y cuarto y llega a su casa y ve a su hija despatarrada en la cama y le pregunta “¿no tenés nada que estudiar?”. “No, mamá. La de matemática no vino, el de geografía habló del partido de la final de basket de la NBA, y la de literatura no nos dio nada para leer. Ah, y el jueves tienen ‘jornada docente’ así que no hay clases”. ¿Cómo se siente esa persona? Estafada. 

Mandar un chico a la escuela es muy caro. En lo material. Útiles, darle de comer y vestir a un adolescente durante cinco años. Cuota si es privada. Y, lo más importante, el costo de oportunidad de que no trabaje o no cuide a los hermanos más pequeños. En lo anímico, más aún. El secundario bachiller no da herramienta alguna para trabajar, con lo que es sólo un paso para luego aprender algo que permita ganarse el peso: gastronomía, carpintería, reparaciones, cajero en un comercio, lo que sea. Hay toda una ilusión en el padre cuando manda un chico al secundario y luego ve que pasan los días sin que se vea ningún progreso.


No cuentan con las herramientas básicas.

5. Los alumnos ven lo mismo que los padres. En primer lugar no pueden entender - y tienen toda la razón del mundo - el bachiller. Excepto alguien que a los 15 años sepa que quiere ser médico, o que venga de una familia donde la universidad es el camino expreso, para el resto es un contenido educativo sin sentido. ¿Cómo que no enseñan a tener buena letra? ¿Cómo que no enseñan qué es un cupón de tarjeta de crédito o una transferencia bancaria? Ven que el mundo es otra cosa y el colegio es aburrido porque hay mucho tiempo muerto, no tienen exigencias, por lo tanto no hay adrenalina, y además no tienen devolución (notas; feed-back) por lo que no saben si están haciendo las cosas bien o mal lo que les genera a los adolescentes mucha ansiedad. Lo que es lógico. Una personalidad en formación necesita seguridades, no zonas grises.

Y por otro lado, lo que perciben. Lo que ven que son las oportunidades laborales (conducir una camioneta de reparto, poner un comercio, entrar a una fábrica o taller o peluquería) y no cuentan con las herramientas básicas. Lo que los deja muy vulnerables y ven que el tiempo se les cuela entre los dedos sin adquirir herramientas válidas.


...armar una oferta de oficios...

6, Existen infinidades de formas de hacer todo mejor. Voy a proponer las que se me ocurren. Descarto que hay otras más. Muchas, me adelanté y las señalé en 2. Mientras marcaba los defectos, proponía soluciones. Pero hay más.

La primera es armar una oferta de oficios (de todos los oficios) de dos años. Desde que terminan la primaria hasta que cumplan los 16 años. Todo. Albañilería, carpintería, electricidad, mecánica, pintor (preparar paredes, pintar, durlock), panadería, tapicería, pizzería, pastelería, gastronomía general, plomería, peluquería, sastrería, talabartería. Dar a la sociedad una oferta de aprendices para que a los 16 años entren a trabajar. Es más, creo que estos estudios deberían ser becados.

Oferta de distintos secundarios, como señalé: mercantil, normal, industrial y sólo en mínima parte, bachiller, artístico.

Oferta de colegios semipupilos. Si una mamá soltera (soltera, viuda, separada) tiene un hijo varón en un lugar complicado y trabaja todo el día, ¿cómo puede evitar que su hijo no se convierta en un “soldadito” del barrio o de la banda? Simple: debe sacar físicamente a su hijo de ahí. 

Liceos militares: con el doble propósito de formar personas para en un futuro emprender la carrera militar y si no siguen esos pasos darles una formación sólida para otras orientaciones. Constituyen una solución para muchas situaciones familiares.


Dejo un tema escabroso para lo último: la formación de los chicos al cuidado del estado, de los que están separados de sus padres por orden judicial. No existen una solución ni educativa ni de un futuro cuando cumplan los 18 años. Nadie se ocupa de ellos, a nadie les importan. Todos esos niños y adolescentes, que no son pocos, merecen una respuesta ad-hoc.


Por último, lo básico: edificios en condiciones, buenos sueldos pero docentes que ingresen por concurso, examen de ingreso (como en Brasil), y, parece tonto, uniformes. Si los debe pagar el estado, porque las familias no pueden, que lo pague el estado. Pero un lugar en condiciones, limpio, los muchachos limpios y uniformados, es empezar el día con el pie derecho.


Corolario:

Para hacer todo esto hay que echar a patadas a todos los progres de los lugares de decisión (ministerios de educación y similares). Como paso previo, tener el poder político para hacerlo. Así que debe ganarse la mayoría en el congreso y ganar los poderes ejecutivos. El resto es coser y bordar.

Devolvámosle a la educación argentina su magia: ser la herramienta que nos sacará de pobres.

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Agradecemos la difusión del presente artículo:  

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Lecturas:

PREPPERS

http://restaurarg.blogspot.com/2020/04/preppers.html

PREPPERS 2

http://restaurarg.blogspot.com/2020/04/preppers-ii.html

HAY QUE RECUPERAR EL SISTEMA EDUCATIVO

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