ABORTO
Es difícil encontrar un tema edificante para escribir una columna que nos dé un respiro. es como ser corresponsal de guerra y escribir desde el frente de batalla… ¿qué vas a decir de bueno cuando solo ves muerte, destrucción y acciones humanas miserables?
Por más buena voluntad que pongas… ¿cómo no hablar del aborto?
Cuando uno cree que ha visto todo y ya nada te puede asombrar, entonces otra vez te revuelven el estómago.
Es como que no pueden parar con la banalización del mal y festejarlo como en la tribuna de una cancha de fútbol.
¡Ni te dejan opinar! Máxime si lo hacés desde tu condición de Católico o Cristiano.
Esta semana vimos a la presidente del INADI mandar a callar a una mujer por argumentar contra el aborto desde su fe.
El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, en la voz autoritaria de su presidente, discriminó a una ciudadana (mujer) por su prédica antiaborto.
Victoria Donda descalificó ante las cámaras a Cynthia Hotton por Cristiana. ¡Y la hizo callar aduciendo que desde ahí no se puede hablar!
Se puede ser un fanático kirchnerista y morir por Nestor y Cristina, pero no podes expresar tu fe religiosa sin terminar en la mazmorra.
Para los autoritarios como Donda, todo se resuelve gritando más fuerte que el interlocutor. Es que entienden la vida desde la posición de fuerza. Todo es una cuestión de fuerza, no importa la razón, la ciencia, la fe o cualquier otra cosa que no sea el deseo transformado en derecho.
Y cuando sacamos a Dios de nuestras vidas… ya sabemos lo que pasa.
Transcribo algo que dice una simple señora (MUJER). No es Teresa de Calcuta, es Maria Gabriela Calderón y habla de la “cuestión de fuerza”.
Dice María Gabriela: “El aborto es matar a un hijo, ¿por qué no a una madre? Porque es grande y se defendería. Si el hijo fuera grande , también se defendería. Entonces, es solo una cuestión de fuerza. Nos sentimos poderosas frente al indefenso. Tengo 108 años, 12 hijos, 58 nietos, 118 bisnietos y 2 tataranietos”
Desde la evidente y desproporcionada posición de fuerza se pretende disponer de la vida del más indefenso.
En una alianza que parece implacable y en nombre de las “mujeres pobres” (las que nunca abortan), organismos internacionales y locales, gobiernos Nacional, Provincial y Municipal, oficialismo y oposición, entidades financieras y crediticias, laboratorios, redes sociales, medios de comunicación, periodismo, etc, baten bombos y platillos pidiendo que sea ley para hacerlo seguro, legal y “gratuito”… o sea que además será a cargo nuestro, por encargo y condición de una agenda global del mal.
Menos mal que tenemos un gobierno antiimperialista y bien Nac&Pop.
¿Cómo hacer una columna alegre en vísperas de la llegada de nuestro Señor?
El aborto será nuestra ofrenda, un obsequio en tiempos del papado de Bergoglio.
Más nuestro, imposible. Perverso, como el diablo.
Juan Martín Perkins.
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