PREPPERS II


El diseño de algo no se puede entender sin conocer al ingeniero, y si un diseño no sirve, hay que cambiarlo.



Autor: Lohengrin (@Lohengrin82)


He leído el artículo de @SperoniIris, quien tuvo la amabilidad de dedicármelo. Huelga decir que coincido en muchos puntos con el artículo. Me gustaría agregar, a título personal,  dos o tres impresiones mías.


El Diseño

Siempre se señala que el sistema educativo universal argentino comenzó con la ley 1420 (algo no totalmente cierto), diseñada por la élite gobernante en aquello años. ¿Cuál era su objetivo? Una enseñanza primaria universal, donde se impartan los rudimentos de matemáticas, se alfabetizase a la población, se integrase a los hijos de inmigrantes en la nacionalidad argentina (con una historia y una serie de ritos en común), se aprendiese disciplina, respetar horarios (necesario para incorporarse al mundo laboral) y se tuviese una figura de autoridad social por fuera de las familias (para la mayoría de nosotros, la maestra fue la primera figura de autoridad que vimos fuera de nuestros padres). Una vez terminados los siete cursos, a los doce años, el niño estaba en condiciones de seguir su vida, como aprendiz, como bachiller, en un negocio familiar, etc. 

Para bien o mal, esa élite argentina tenía una idea de país y pusieron la energía en lograrlo, usando las herramientas que poseían. 

¿Quiénes son los que diseñan nuestro sistema educativo ahora?

Generalmente pedagogos, licenciados en ciencias de la educación, sociólogos, nacidos en barrios de clase media urbana. 

El objetivo de su vida, al cual fueron impulsados, fue el de ingresar a la universidad, terminar una carrera humanística, algún posgrado becado por el Estado y convertirse en burócratas de una oficina del Palacio Pizzurno o ser investigador del CONICET. 

Contentos con haber logrado su objetivo, lo quieren replicar en toda la población del país (con buena intención, seguramente). ¿Cómo los podemos caracterizar?

Gran dependencia del título, del cartón. En una carrera humanística lo importante no es la habilidad (que es difícil de cuantificar) sino en conseguir títulos, cursos, publicaciones y congresos. Es común que salgan a «chapear» los títulos en toda discusión.

Considerar a la enseñanza primaria y secundaria meras antesalas, cuyo objetivo final es prepararnos para la universidad y casi sin ser un fin en sí mismas. Así, como me ha ocurrido a mí (un producto del EGB y el Polimodal de Duhalde), se sale de la secundaria con un título de Bachiller que sólo certifica que uno no sabe hacer nada.

Un cierto desprecio, o al menos, condescendencia con los trabajos «prácticos» o manuales. Una persona con la cual hablo en Twitter, @davidlemma, me ha dicho que es parte de nuestra herencia latina que el conocimiento superior solo sea la palabra. Creo que, en general, las elites en todas las civilizaciones literarias han considerado a los literatos (brahmines, sacerdotes, la elite inglesa de Eton, los enarcas franceses), como la cúspide y han rebajado a los «que no saben hablar» (alfareros, constructores, ingenieros). Sea herencia de donde sea, al plomero, mecánico, se lo ve como a una persona que pobre, no pudo hacer otra cosa.

Esto ha generado un sistema que les sirve a ellos, pero no le sirve a la mayoría. Si uno pregunta a los chicos cómo les gustaría salir de la secundaria, la mayoría te van a decir «con algo que me permita trabajar». 

No todo el mundo tiene las ganas, tiempo o dinero para estar 5 ó 6 años en una universidad. 

Hay gente que quiere tener trabajo (y dedicarse a él) a los 20, 2;, algo que no puede tener alguien que tiene que estudiar.

Eliminaron el viejo comercial, que permitía a los peritos mercantiles saber contabilidad básica y habilidades de oficina. Se lo podría actualizar, ¿por qué eliminarlo? En lugar de llenar el Conurbano de escuelas técnicas se lo ha llenado de universidades de bajo nivel, con carreras humanísticas que no tienen más futuro que el empleo público

Universidades en las que falta lo más importante de una universidad: la posibilidad de debatir, de intercambiar ideas. El pensamiento es único y baja jerárquicamente.

El diseño de algo no se puede entender sin conocer al ingeniero, y si un diseño no sirve, hay que cambiarlo.


Pública vs. Privada

Otra discusión común, muchas veces acompañada con la idea de un voucher. ¿Qué tipo de gestión es mejor? 

Empecemos por el principio: no hay grandes diferencias promedio entre las escuelas públicas y las privadas en Argentina. Ambas atraviesan una profunda decadencia. 

Estas últimas serán un poco mejores en infraestructura y los docentes no faltan ni hacen paro, pero en el fondo, comparten los mismos programas y los mismos maestros.

El mayor inconveniente de la escuela pública es su extrema burocratización. Las decisiones, los programas, sumarios, contrataciones, todo se decide en torres de marfil ubicadas en las capitales de provincia. Poca autonomía en las escuelas para adaptarse al lugar donde están ubicadas y una casi total desconexión con el mundo exterior son algunos de los problemas que esto genera. 

Gran parte lo aclaró Speroni en su artículo, pero yo agrego: ¿no es posible que las cámaras empresarias y sindicatos tengan voz en la dirección de las escuelas industriales? ¿Qué mejor que la gente que está en la industria señale lo que se necesita, enseñe, dé pasantías? ¿Qué mejor para ellos que tener a miles de chicos de 20 años preparados para ingresar inmediatamente y con experiencia a sus empresas?

Es necesario desideologizar, darle importancia a las habilidades técnicas. Con esto no digo que esté mal el conocimiento de la cultura, la historia, la filosofía. Pero no debemos despreciar el conocimiento práctico.



La discusión no es, entonces, público contra privado: es burocracia contra desburocratizar. 

El Ejército Alemán en la Segunda Guerra Mundial venció rápidamente al francés quizá por una sola decisión: le daba mucha libertad de acción a los oficiales que estaban en el campo, confiaa en ellos (incluso en un régimen tan centralizado y jerarquizado como el nazi). 

La discusión no es, entonces, público contra privado: es burocracia contra desburocratizar. 

Con entregar mayor cantidad de decisiones a las familias y a los directores que las conocen. 

Que las determinaciones no sean tomadas por un burócrata oscuro y sobreideologizado situado en una oscura oficina en las torres de La Plata, que nunca se va a hacer cargo de ellas.


Subestimación


Cierro esto con un mensaje:
no subestimemos a los chicos. 

Cierro esto con un mensaje: no subestimemos a los chicos. Por más pobre que sea, venga de la familia que venga, hay que ayudarlo a progresar. 

Y ayudarlo significa exigirle, no tratarlo con condescendencia. Que la escuela no sea un comedero caro donde se hace trabajo social. 

No hay mejora sin esfuerzo, hay que apretar, hay que exigir, y mucho más al que viene de abajo (que, lamentablemente, va a tener que hacer el doble de esfuerzo). 

Capaz, en el momento se enoja con vos, pero en el futuro va a estar agradecido.



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Agradecemos la difusión del presente artículo:   

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