MILANGA



Hay que hacer el ejercicio de pensar con empatía los sucesos socialdemócratas desde Malvinas hasta las remeras negras de Juampi, Larreta y el embajador


Autor: Juan Martín Perkins   

@KentArgentina es la cuenta de Mark Kent, el embajador del Reino Unido en nuestro país.
Muy empático él, cultiva un perfil porteño, que cuando se viste con una remera negra, pasa perfectamente por un Larreta cualquiera… o Juampi Cafiero, si te gusta mas.

Empiezo por la cuenta de Mark por si se te ocurre comprobar lo que te voy a contar… para que juntos podamos entender.

Es domingo 12 de abril de 2020, plena cuarentena. Una periodista entrevistaba a un empresario PYME para conocer como atraviesan la tempestad económica del “encierro sanitario”. El empresario saluda a la audiencia de la radio y, antes de contestar la pregunta, anuncia que un día como hoy, hace 38 años, él junto al glorioso Regimiento 6 de Infantería “General Viamonte” desembarcaba en Malvinas.

Fue sorpresivo, en seco, sin anestesia. La periodista, militante del monotema de pandemia, cifras de muertos y contagios, se atragantó. El empresario veterano de Malvinas, no se aprovechó de la situación, no hizo demagogia ni se victimizó. Sólo agregó que no necesitaba decir nada mas que eso, en homenaje a sus compañeros caídos y para reivindicar la soberanía Argentina sobre ese pedazo de patria olvidado por los comunicadores y políticos.

El reportaje fue un canto al sentido común y dio vueltas sobre la necesidad de salir urgente de la insensatez de este espiral del miedo y silencio, del suicidio colectivo que significa extender la cuarentena. ¿Cómo se hace para pagar salarios y sostener la moral y la economía sin facturar?

La periodista quedó tartamuda.

Vuelvo a Mark Kent, el simpático embajador casi porteño. Vuelvo porque creo que, aunque no lo parezca, tiene que haber una relación de causa-efecto, aderezada con mucha idiotez, entre el Reino Unido, Malvinas, la pandemia, la cuarentena, la deuda externa, la socialdemocracia, la quiebra económica etc.

El bueno de Mark, activo protagonista en las redes sociales, con 70.000 seguidores en Twitter, tuitea una foto de una milanesa sobre un plato… con un texto que dice: “me comí una milanga de sudamérica

Aclaro, la milanesa tenía forma mas o menos parecida a la parte sur del continente y el señor que escribe semejante huevada es embajador de una potencia imperial colonialista del siglo pasado.

La cuestión es que se armó un ida y vuelta entre el embajador y sus seguidores que aportaban otras fotos de milanesas. Algunas con forma de India, otras parecían Sudáfrica o Australia entre chanzas y chistes con los seguidores guiteros. Todos ellos con vocación colonial de súbditos de papa en la boca.

Según sus tuits, el embajador se estaba clavando una “milanga” en algún bar de Recoleta donde se come muy rico, pero cuando le hicieron notar que estaba violando la cuarentena, contestó que era uno de los beneficios de la “inmunidad diplomática“.

Mark dice en su perfil que él hace diplomacia con valores y respeto, pero con sentido del humor y empatía.

“Empatía”, la nueva palabra en la que la política mete todo. Con empatía, habría que hacer el derrotero de la agenda desde Junio del 82 hasta hoy, en que con valores y respeto, el embajador se come la “milanga de sudamérica”. Porque todo tiene que ver con todo… ¿no?
Hay que hacer el ejercicio de pensar con empatía los sucesos socialdemócratas desde Malvinas hasta las remeras negras de Juampi, Larreta y el embajador. 


No dejes nada afuera, no olvides los juicios a las juntas, el desmantelamiento de las FFAA, las reformas educativas, la acción legislativa y judicial, la desaparición del concepto de Nación, los atentados contra la familia, los planes económicos y sucesivos endeudamientos, ...


No dejes nada afuera, no olvides los juicios a las juntas, el desmantelamiento de las FFAA, las reformas educativas, la acción legislativa y judicial, la desaparición del concepto de Nación, los atentados contra la familia, los planes económicos y sucesivos endeudamientos, la ideología real de los gobiernos (no la declamada), las relaciones exteriores, la agenda global, la ideología de género y sus estrategias secundarias y paralelas de todos sus ismos… No dejes nada sin poner en el caldo de la olla. No olvides la recomendación de sexo virtual del ministerio de salud ni la prisión domiciliaria a la que someten a los adultos (para cuidarlos).

Habemos 2 categorías, unos encuarentenados en la olla del virus, otros arrimando ramitas a la fogata para que hierva, mientras “nos cuidan” desde sus inmunidades diplomáticas.

Unos van a Malvinas, viven pagando impuestos y sostienen sus empresas y salarios aunque no facturen… otros se clavan una “milanga” en un Restó de Recoleta. ¿Se entiende que es metafórico no? Todo bien con Mark que es un empático buena onda, sólo lo uso para describir la idiotez pasiva que tenemos dentro de ésta lógica malvinera que le aplicamos a todo, menos a Malvinas.

Notable la cantidad de seguidores argentinos que tiene Mark. Complacientes, como toda nuestra casta política y periodística con psicosis de pandemia. Complacientes con el “nuevo orden” de la remera negra, con reemplazar la Constitución Nacional por “Laudato Si”, con la paternidad de la ONU y OMS.

Quien hoy es presidente ya estaba en el gobierno del padre de la democracia como subdirector de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía… desde entonces barrena la ola, así que de hiperinflación debe saberla lunga.

Datos, no relato. Te cuento, para que ates cabos y no te agarre de sorpresa mientras te masturbas en tu casa por mandato del ministerio.

Juan Martín Perkins.

Agradecemos la difusión del presente artículo:   

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