ASAMBLEA


Como si no supiéramos que la riqueza real es todo lo nuestro, desde un carro para cartonear, hasta los 15.000$ que le quedan a un jubilado para llegar a fin de mes


Autor: Juan Martín Perkins  


El sábado pasado te conté sobre el espíritu pionero y emprendedor de los vecinos de Villa Meliquina y sobre su comisión de autogobierno y autogestión, sin política, sin injerencia ni dependencia estatal. Todo a fuerza de pura iniciativa privada. Y cuando digo todo, es todo.

Allí no existe la muletilla política de “estado presente o ausente” para explicar el destino de éxito o fracaso de los habitantes de la villa.


Ellos se proveen el agua que bombean del lago, cooperan y se organizan para proveer el gas, generar y distribuir su propia energía eléctrica, clasificar los residuos para hacer compostaje y vender los frutos del reciclado, tienen transporte público hacia la ciudad de San Martín, comunicaciones por radio, ya que no hay cobertura de celulares, ni supermercados, ni policía, bancos, oficinas ni ninguna dependencia estatal. 


No hay estado, solo argentinos organizados para ser autosuficientes.


Sol me contó con orgullo, desde su mirada clara y amable, que lo tienen todo de la naturaleza y de sus propias fuerzas y voluntad… Sol tiene el semblante que proviene de estar en paz con su interior para poder brindarse a su comunidad.


Todo lo contrario nos debe estar pasando a nosotros, por dejar las riendas de nuestro destino absolutamente en manos del estado y esperar todo de él.


Basta con remitirse a la reciente asamblea de apertura de sesiones y ver, al margen de estilos y modales personales, al jefe de estado municipal omnipotente y dueño de todos los destinos, con la caradurez de sentarse a dar cátedra balbuceante durante tres horas de irónico cinismo…  después de un año en que su gobierno destruyó la riqueza de todos los argentinos con una inflación del 98,8%.


Como si la riqueza fuera una fruta que uno arranca graciosamente de un árbol…  o algo propio del patrimonio de 10 señores que salen en la revista Forbes… ¿es que somos todos idiotas? Como si no supiéramos que la riqueza real es todo lo nuestro, desde un carro para cartonear, hasta los 15.000$ que le quedan a un jubilado para llegar a fin de mes… 


En Pehuajó, la empresa más importante y pujante es la municipalidad…  y el millonario más capito es el alcalde… con la plata de los contribuyentes. 


Ojo, la columna no pretende hacer una referencia personal ni cargar las tintas sobre un solo energúmeno que humilla a una mujer opositora bajo el aplauso cerrado de la alcahuetería… Lo que trato de expresar es que la foto de la asamblea nos retrata a todos, porque allí está lo que nosotros votamos y elegimos una y otra vez. 


Si hay un idiota en el poder, es porque quienes lo eligieron están bien representados”... Se lo adjudican a Ghandi, pero lo dice mi tía Meme y no es menos cierto.


Si Villa Meliquina crece bella y pujante impulsada por el motor de la iniciativa privada, en Pehuajó está claro que elegimos otro camino. 


El nuestro es propio de sociedades estatistas del llano, donde se dice que el grado de dificultad es menor, entonces el vecino es más cómodo y espera que todo le sea resuelto y tutelado por el estado.


Allí aparece la política empobrecedora con el 98,8% de inflación y la paupérrima educación.

Así es como te bajan la autoestima hasta que dejes de pretender un trabajo, hacerte tu casa o comprarte un auto por tus propios medios. 


Así es como en tu barrio no funciona la escuela, pero sí la oficina de Desarrollo Social.

A fin de mes nos visitará el gobernador que se jacta de ser licenciado sin haber leído nunca un libro. 


Junto al intendente en campaña, nos pedirán el voto y nos reafirmarán en la dependencia al estado soviético.


Es hora de que levantemos la autoestima, seamos soberanos de nosotros mismos y les brindemos una buena Perestroika.



Juan Martín Perkins 



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