SALUD MODERNA

Si nos morimos antes, mejor, es el objetivo del sistema.



Autor: Juan Martín Perkins  



Hace 28 años nació una de mis hijas con una cardiopatía severa y necesitó 3 operaciones y la voluntad de Dios para sobrevivir.


Desesperados por nuestra hija preguntamos dónde era el mejor lugar del mundo para operar y pedimos ayuda para viajar, aunque fuera al fin del mundo.

La respuesta de mis padres y suegros fue unánime: “el mejor lugar para operar es acá, en tu país rodeado de la contención que te brindan la familia y los afectos”…


Nuestra hija fue operada por profesionales y tecnología argentinos en un instituto cardiovascular de un hospital público argentino.


El mejor lugar del mundo.


¿Qué fue de esa argentina que respondía por sus hijos cuando la necesitábamos?


¿Qué pasó en estos 28 años? 


La obra social no responde o te saca el cuerpo todo lo que puede, las clínicas están todas ahogadas financieramente y los profesionales penando por cobrar y cobrando miserias.


La gran mayoría de los hospitales son calvarios generados por la rosca política, donde nos abandonan a la suerte según quien te atienda. 


¿Dónde están los médicos de cabecera que conocían nuestra historia clínica de memoria?


Es como si el sistema apuntara a deshumanizar la salud convirtiéndonos en un número al cual lo atiende una máquina que da turnos para dentro de 6 meses. 


Si nos morimos antes, mejor, es el objetivo del sistema.


Hoy, 28 años después, la misma hija de la medicina de los 90, se pescó un dengue fuerte y nos sumergió en la realidad de la medicina del 2024.


La detonada medicina de la agenda 2030.


Todo pasó ante nuestra nariz, pero no lo vemos hasta que no estamos en una camilla.


Días pasados escuché en un taller de Trenque Lauquen a un parroquiano contar que había asistido a la última actuación del Gato Peters.


Le pidieron que se quedara en Trenque Lauquen por su seguridad, ya que se sentía mal y si le pasaba algo en Pehuajó “se iba a cagar muriendo como un perro”.


No me gustó nada el comentario, pero resultó cierto. En Pehuajó tenemos muy buenos cardiólogos y aparatología para diagnosticar, pero nadie te coloca un stent como dijo el jefe de taller de New Holland.


En Pehuajó te morís como un perro”, la frase me quedó grabada.


Después agregó, si te pasa algo no pierdas el tiempo. Si tenés los medios, dispara para otro lado.


Me pregunto, ¿tenemos conciencia de que estamos haciendo morisquetas en la cuerda floja y abajo no hay red?


O estamos tranquilos porque le podemos echar la culpa a Milei.


Los políticos están cubiertos, ellos hacen politiquería con los hospitales pero van a las mejores Clínicas y Centros médicos de Buenos Aires. 


Nosotros, a llorar al campito.


Sepamos que el problema NO ES ECONÓMICO, es político y “MORAL”.


Juan Martín Perkins.



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Agradecemos la difusión del presente artículo:  


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