LIBRA
Autor: Juan Martín Perkins
No saquearon ningún supermercado. No cerraron el comercio ni declararon feriado bancario.
Nadie cambió la lista de precios ni se negó a entregar mercaderías.
Los cultivos continuaron su ciclo vital, los animales su crecimiento y engorde, las fábricas no detuvieron las líneas de producción y los mercados están perfectamente abastecidos…
El tipo de cambio, las acciones en las bolsas y todas los mercados de timba financiera que me importan un pomo, apenas pestañearon, a pesar de las plegarias kukas para que todo volara por los aires. Por el bien del argentino laburante, nada pasó.
Salvo en el deseo y en boca de periodistas y políticos, ¿dónde está el estallido y el caos apocalíptico que fogonearon toda la semana?
Parece que toda mala leche de la argentina golpista no alcanzó.
Desde el moco cripto del desafortunado tuit del presidente y la posterior nota de Viale, torpemente interrumpida por un asesor, que vienen psicopateando a todos los argentinos con la sarasa de que la situación ya no da para más.
Nadie, principalmente los periodistas, tiene idea sobre el mundillo cripto, pero olfatearon sangre y se volvieron expertos para lanzarse a la carga, como si tuvieran alguna autoridad moral para hacerlo.
Para Cristina, tuitear es más grave que despacharse un fiscal.
No voy a enumerar el largo listado de barbaridades a las que nos han sometido los cínicos de siempre, pero no olvidamos a Berni con más de 100 kirchneristas chapoteando en la sangre de Nisman para borrar las pruebas que incriminan a la jefa de la banda.
Ladrona y además asesina, que agita al golpe en tono arrabalero para voltear a Milei.
Se imaginan a todos estos republicanos y democráticos de pacotilla, si tuviéramos Ejército, como estarían golpeando las puertas de los cuarteles para echar al gobierno.
Claro, esa herramienta ya no la tienen desde que Duhalde y Alfonsín echaron a De la Rúa inaugurando la nueva modalidad en nombre de la “democracia”… y además se olvidaron un pequeño detalle, necesitan la anuencia y colaboración de la ciudadanía ¡Que no tienen!
El pueblo laburante se hartó de la psicopateada de relato resentido y les picó el boleto.
Desde la jefa hasta el más pinche y patético intendente K, están desesperados perdiendo privilegios oligárquicos. En buena hora, porque todo sale de nuestro bolsillo.
En ocasiones se hace difícil defender algunos dichos y actos del gobierno, pero basta con ver a todos los chorros y asesinos abroquelados en su contra, para darnos cuenta de que Milei es por lejos lo mejor que tenemos y debemos defenderlo con uñas y dientes, para que no vuelva la banda.
Dentro de toda la oferta política, aún con todos sus defectos, es un milagro.
Dejen de llorar por flan, tengan vergüenza y paciencia, el país nos precisa a todos trabajando en paz.
Juan Martín Perkins.
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