CARNE A PRESIÓN
- El precio de los alimentos es un problema al que se refirió varias veces. ¿Qué evalúa hacer para frenar los aumentos?
- Primero quisiera explicar qué pasa con la carne. Para que la gente me entienda, China era un país que solo importaba carne envasada y había un número limitado de frigoríficos que tenían capacidad de exportar. Ahora, decidió importar carne con hueso, medias reses y el productor de carne tiene la posibilidad de vendérsela al carnicero o vendérsela a China a un precio enorme. Yo necesito que ellos exporten porque necesito dólares que entren. Pero lo que no pueden es trasladar a los argentinos los precios internacionales porque no producen en precios internacionales. Ellos no producen en dólares. El Estado sólo tiene dos canales para resolver el problema, dos herramientas que preferiría no usar: subir las retenciones (que en este momento están acotadas) o poner cupos, decir esto no se exporta. Y no hay mucho más tiempo para que decidan. Yo les pido que comprendan de lo que estoy hablando y que la gente me entienda. Cuando estoy hablando de estas cosas no estoy contra el campo, estoy a favor de la mesa de los argentinos. Tienen que entender que son parte de la Argentina. Yo le he dicho al ministro de Agricultura que todo tiene un punto límite. Les estoy diciendo públicamente que no puedo dejar que esto siga pasando, porque el riesgo es que con la pandemia todos estos productos van a seguir creciendo en su precio y no estamos dispuestos a tolerarlo. Los aceiteros lo entendieron y organizaron un fideicomiso, resolvieron un mecanismo de compensación entre ellos. Si no lo entienden, me obligan a resolver el problema y no pueden hacerse los desentendidos. A mí me votaron para ejercer el poder cuando tengo que ejercerlo. No se puede especular en este contexto, no tienen derecho a lastimar la tranquilidad de la gente.
- En ese juego especulativo, las pequeñas devaluaciones mensuales que está sufriendo el peso ¿no tienen también algo que ver con la suba de precios?
- Se lo pregunté a Martín Guzmán y él dice que no, que es una forma de mantener el tipo de cambio equilibrado que ha funcionado bien.
- Es decir que usted cree que la inflación es responsabilidad de la especulación.
- Sí. Y ya lo saben. Estoy feliz de que podamos exportar, pero no puedo entender cómo puede ser que los argentinos convirtamos una oportunidad en un problema.
Todas las cosas que están mal en estas declaraciones:
a. “yo necesito que ellos exporten porque yo necesito dólares”. No, usted no necesita dólares. Otros argentinos los necesitan y deberían comprarlos a precio real, no a uno manipulado por el BCRA. Excepto que sea un compromiso de campaña. Que haya gente que haya puesto dinero en la campaña a cambio de comprar dólares a mitad de precio. Es la única explicación para “necesito dólares”.
b. "La carne es cara porque se la venden a China". Mentira. Las exportaciones de carne son ínfimas respecto de la producción total. Argentina pasó de ser uno de los principales exportadores del mundo a bajar en la tabla de posiciones vertiginosamente. La apertura del mercado chino no modifica que la producción argentina se destina mayormente al mercado interno.
c. “trasladar a los argentinos los precios internacionales”. El precio del novillo en EEUU es de más de 3 dólares el kilo [1, 2, 3]. Acá [4] es de 1,1 dólares (a dólar libre) o de 2 dólares a precio manipulado por el BCRA. ¿Dónde está trasladado el precio internacional? Otra mentira.
d. “no producen en precios internacionales”. Tampoco es cierto. El estado argentino cuesta casi el 50% del PBI, casi casi tan caro como el estado francés y más caro que el británico, el italiano o el alemán. El principal insumo de la carne es el estado (se lleva la mayor parte del precio vía impuestos) y el principal insumo (el estado) sí tiene precios internacionales.
e. “El Estado sólo tiene dos canales para resolver el problema, dos herramientas que preferiría no usar”. Esto es claramente una amenaza: “hacés lo que yo quiero o…”, estilo marido de Julia Roberts en "Durmiendo con el enemigo". Miente una vez más. El estado cuenta con otras herramientas, pero usarlas sería acabar con quioscos de gente que puso plata y energía para que Fernández esté hoy donde está. Éstas son las herramientas que Fernández no usa ni va a usar:
- Bajar el costo de los fletes. Los fletes en Argentina son el 20% del precio, más del doble de EEUU, Canadá, Brasil o la UE (para poner zonas con grandes extensiones). Esto sucede en 100% por responsabilidad de la casta que gobierna:
- El 55% del combustible son impuestos.
- El 50% del precio de camiones y cubiertas son impuestos.
- Las rutas fueron entregadas en su momento al Club de la Obra Pública a cambio de soporte político y sobornos.
- La casta política destruyó a sabiendas y con intención los FFCC, el transporte fluvial y marítimo y los astilleros, privando a los argentinos de fletes alternativos.
- Bajar los impuestos a la comida, a la electricidad y al combustible que constituyen el 50% del precio de los alimentos [5]. Esto es, el 50% del magro ingreso de los argentinos vuelve al estado en impuestos.
- Eliminar los adelantos impositivos, lo que le quita el capital de trabajo a los productores de alimentos, encareciendo su costo (los obliga a endeudarse a altas tasas de interés para mantener la producción a flote).
- Dejar de emitir. Es un impuesto adicional a pequeñas empresas y familias (consumidores).
- Dejarnos trabajar. El sueldo promedio es de 300 dólares. El 25% del ingreso mínimo de los EEUU. La falta de prosperidad de la población es responsabilidad de la casta política (como lo ordena el preámbulo de la constitución [6]). Una vez más fallaron, como en todo lo que hacen, porque no gobiernan para nuestro bienestar sino para el de sus mandantes (y/o para sus propios bolsillos). Con Menem el sueldo promedio era de 863 pesos=dólar y el asado costaba 1 peso=dólar, el kilo de papas 0,21 peso=dólar. Nos sacaron ⅔ de nuestros ingresos en un cuarto de siglo. Mientras, en el mismo lapso, duplicaron el costo del estado (más dinero disponible para darle a los amigos, handlers y para ellos mismos). Y sólo los argentinos afortunados ganan 300 dólares. Millones están a la intemperie.
- Permitir otras formas de comercialización minorista. La casta política dio preponderancia a las cadenas de supermercados, que controlan el 75% del mercado minorista de la capital y en menor medida el resto del país. No sólo manipulan precios y márgenes de ganancias, sino que dejan a empresas sin bocas de expendio. Pero eso sí, le pagaron millones de dólares a un presidente para que autorice una fusión ilegal, los absolvieron de contrabando y otro presidente puso de jefe de gabinete a un lobbista del sector.
Así que sí, tiene muchas herramientas que no usa. Prefiere dos: la prohibición para exportar (lo que deja que los amigos compren a precio vil y que luego vendan con márgenes extraordinarios, cuando finalmente los burócratas levanten las barreras) o las modificaciones de los derechos de exportación, que resultan en negocios adicionales para las exportadoras, en su mayoría empresas multinacionales.
f. “todos estos productos van a seguir creciendo en su precio”. Los precios suben no porque la estructura de costos se modifica sino porque el estado nacional (BCRA) emite. Eso en contra del mandato constitucional de preservar el valor de la moneda. Si los precios “crecen” es por responsabilidad exclusiva de Alberto Fernández que ha nombrado autoridades del BCRA en comisión (sin acuerdo del Senado) y por el Congreso que no le hace juicio político por desobedecer la constitución.
g. “no estamos dispuestos a tolerarlo”. Amo esta frase. Pone la responsabilidad de sus acciones en el otro. Él, Alberto Fernández no es responsable de lo que es su responsabilidad. No. Es de otro y no va a tolerarlo. Es de un cinismo espeluznante.
h. “Los aceiteros lo entendieron”. De manual. Enfrentar unos contra otros. Productores agropecuarios contra aceiteros. Y en particular, olvidando que: a. los aceiteros son muy pocos; b. en su gran mayoría son multinacionales extranjeras; c. las aceiteras lucran con la diferencia de alícuotas de los derechos de exportación, esto es, un privilegio que les concedió la política pagadero por el productor rural.
i. “no tienen derecho a lastimar la tranquilidad de la gente”. Esto es “no soy yo el responsable de que el sueldo sea 300 dólares y no alcance para nada”. Cinismo puro. [7].
j. Pregunta: “Usted cree que la inflación es responsabilidad de la especulación”. Respuesta de AF “Sí”. Esto es: no soy responsable de la emisión monetaria, no soy responsable del accionar del BCRA, no soy responsable de sacarle al Congreso la responsabilidad otorgada por el artículo 75 de la Constitución, no soy responsable del valor del dinero, no soy responsable de que las autoridades estén nombradas en comisión. No. La responsabilidad es de agentes privados. Se merece juicio político sólo por esto. No lo van a hacer, porque los diputados pertenecen a la misma casta, y la oposición (suponiendo que exista) hizo exactamente lo mismo todas las veces que fue gobierno.
k. "no puedo entender cómo puede ser que...", para el que no sabe a donde va, ningún viento le es propicio (Séneca). Al que es duro de entendederas, la regla del tres es un problema insoluble. Presidente Fernández, no nos extraña que no pueda entender. No ha dado muestras de entender nada en sus catorce meses de gobierno.
La casta política debería estar ocupada en ver cómo hace que el salario promedio vuelva a ser 863 dólares. No, ya están pensando en la próxima elección. Decididamente no juegan para nosotros: patean en contra.
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"Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, ... promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino...".
