PILI

 

Cada vez que observamos una injusticia y no actuamos, estamos entrenando nuestro carácter para ser pasivos. Así perdemos nuestra habilidad para defendernos a nosotros mismos y a aquellos que amamos”.
Julian Assange


Autor: Juan Martín Perkins  

Está archi probado, por medio siglo de conductas y experiencias, que los argentinos somos grandes consumidores de argumentos que nos sirvan para justificar nuestro fracaso.

Desde siempre venimos con el complejo de los ricos, la oligarquía o la opresión del imperio… son nuestras excusas preferidas que nos han justificado.


Con el avance de la historia, la política echó mano a nuevos argumentos que fue sacando de la galera para poder saquear bajo un relato con épica y autoridad.


Así arrancamos la última etapa democrática inaugurada en 1983.


¡¡Pavada de punto para apoyar la palanca!! ¡¡¡¡¡¡¡LA DICTADURA!!!!!! ¡Buuuuuuu el fantasma de la ultraderecha asociada al liberalismo destructor de la industria nacional! ¡Buuu!


La DICTADURA y la derrota en Malvinas fue un buen sustrato donde sentar las bases de la nueva socialdemocracia, terminar con las FFAA, desarmar el país, desmalvinizar, reformar la educación, la familia y la economía para poder aplicar la agenda globalista completa …


¡Ah!, pero la DICTADURA, ¡ah!, pero el neoliberalismo, ¡ah!, pero Menem y el desguace y la venta de las joyas, ¡ah! pero el plan Bonex y la Convertibilidad, ¡ah!, pero el corralito, ¡ah!, pero Cavallo, De La Rúa y el 2.001 con muertes y helicóptero culpa del FMI que nos cerró el grifo.


Siempre es “alguien o algo” que no somos nosotros. 


El malo preferido era el FMI hasta que San Duhalde inauguró la dinastía saqueadora y nos vendió la ilusión del desendeudamiento, soberanía, DDHH y demás mentiras del relato...


Ahora vivimos padeciendo este estado fallido, revolcados en la miseria de 20 millones de planes sociales, 15 millones de empleados públicos y jubilados que viven sobre los hombros de solo 5 millones de argentinos que trabajan y producen.


Argentina es un paraíso estatal. Un gigantesco subsidio para todos, administrado por funcionarios que integran la oligarquía más corrupta que supimos conseguir.


Y seguimos con las justificaciones… cobramos el subsidio y después le metemos jeta por intermedio del ejército de comunicadores que se la pasan en las radios y televisión, ¡ah!, pero Macri, ¡ah!, pero la pandemia, ¡ah!, pero la guerra en Ucrania… y le meten jeta siempre atentos a cualquier cosa que sirva de argumento para justificar el fracaso y la frustración que nos provoca… la DERECHA.


Poco a poco nos van convirtiendo en esclavos con nuestro consentimiento.


¡Lo merecemos! Por cómodos, cobardes y prebendarios. Por tender la mano para recibir una ventaja. Por votar con los pies y esperar que todo lo haga otro.


Dice Assange (un conocido exiliado): “Cada vez que observamos una injusticia y no actuamos, estamos entrenando nuestro carácter para ser pasivos. Así perdemos nuestra habilidad para defendernos a nosotros mismos y a aquellos que amamos”.


Nos hemos acostumbrado a vivir en la injusticia permanente.


Aprendimos a justificar, pero la injusticia está ahí y siempre nos alcanza. Siempre.


Esta semana, la injusticia se ensañó con Pili, una chiquita de 2 años que tenía que viajar derivada a La Plata por un problema de salud… Para ella no hubo recursos, cuando todos sabemos que los vehículos oficiales pululan como moscas, los aviones “sanitarios” van y vienen llevando queridas de los políticos a Miami, cuando sabemos que la flota de presidencia va y viene a Calafate a llevar los diarios… porque a la presidente (de hecho) le gusta leerlos en papel. 


No hay gasoil en plena cosecha, pero tenemos a “La Mancha de Rolando'' en la plaza Dardo Rocha…


Pan y circo. Dale que va… mientras Pili y su mamá, que esperen sentadas. 


Nos dicen que es gratis, disfrutan de vernos cada día un poco más arrodillados.


Juan Martín Perkins.

  



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