LA VIDA DESPUÉS DE LA VIDA
Autor: Juan Martín Perkins
El asado de mi cumpleaños coincidió con la muerte de Miguel Ángel Russo.
En torno al costillar que se asaba despacito, bolaceabamos con Beto, Cachila, Ernesto y Andrés.
El duelo de nuestros corazones Xeneizes nos llevó a reflexionar sobre la dignidad con la que el DT afrontó la enfermedad y muerte en su casa junto a sus seres queridos preservando la intimidad de toda su familia.
Un ejemplo de vida privada que en su último momento tuvo la asistencia y compañía de un sacerdote.
De la nada lancé la pregunta: "¿Qué creen que pasa en la vida después de la vida?".
Beto, Cachila, Ernesto y Andrés, después de la sorpresa, coincidieron en poner al unísono sus mejores caras de “a mí que me importa si voy a estar muerto”.
Andrés se animó a más y agregó: “Supongo que nos pudrimos dentro de un cajón bajo tierra a las cachetadas con los gusanos”.
Okey, todos estuvimos de acuerdo en lo que pasa con el cuerpo, pero ¿Y el alma?
¿Qué pasa con el espíritu?
Beto opinó que se la estaba complicando mucho pero igual redoblé y volví a preguntar:
- ¿En serio se conforman con creer que todo termina en un cajón bajo tierra o en una urna de cenizas esparcidas en La Bombonera? ¡Vamos muchachos!
¿Nunca han pensado sobre la vida después de la vida?
Yo creo que hay un gran trabajo por hacer, porque de él depende la calidad de la vida después de la vida que tendremos.
Está muy bien cuidar y respetar el cuerpo y la salud, pero ¿y el alma? en la intimidad, los lazos familiares y la fe es donde viviremos por siempre… como Russo.
Se quedaron pensando…hasta que Cachila dijo en voz baja: “Era amigo de Riquelme, se le va a complicar llegar al cielo”.
Pensé para mis adentros que la política es como el diablo, siempre mete la cola sembrando discordia y sacándonos de foco.
Tenés razón, saltó Beto, "Si es que hay vida eterna, yo la quiero para mí. Es buen negocio creer que la hay, te da esperanza y alegría por ir a un lugar mejor. Total, por creer no perdés nada".
Hablando de fútbol no da para misionar ni predicar, menos yo que soy más bruto que un arado, pero sí da para hacer preguntas y animar a los amigos a buscar las respuestas.
Cada uno cuida la salud de su alma, ¿no?... yo me ocupo de la mía, nadie sabe el tiempo que tiene.
La vida después de la vida…
El costillar de Juan Godoy estuvo tremendo.
Juan Martín Perkins.
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