ANCLA'O EN ODESSA
Escasez de granos en el mundo mientras decenas de buques anclados en los puertos ucranianos esperan poder zarpar con su carga.
Wassily Kandinsky, 1898, Puerto de Odessa. |
Nota original: https://www.economist.com/economist.com/europe/2022/05/18/how-to-unblock-ukraines-ports-to-relieve-world-hunger?itm_source=parsely-api
Traducción: Hyspasia
Nota de la Traductora: Presentamos a nuestros lectores la visión de The Economist, un medio de comunicación claramente atlantista. Entender qué piensan y que información manejan es clave para un país como el nuestro que exporta productos competitivos con los de la zona en conflicto y que claramente puede abastecer a los mercados abandonados por las partes en conflicto. Es la versión oficial del lado de la OTAN.
Nota original en inglés al pie.
Los puertos de Ucrania empeoran el hambre mundial.
Sin embargo existen pocas alternativas para llevar el grano ucraniano al mundo.
El fiasco de Gallipoli durante la campaña de 1915 fue causado, en parte, por la crisis alimentaria mundial. El ingreso del imperio otomano a la primera guerra mundial, por el lado de Alemania, bloqueó las exportaciones de grano de Rusia, que en ese momento incluía a Ucrania. Al forzar la apertura de un pasaje en el Mar Negro y el Mediterráneo, Gran Bretaña y sus aliados esperaban golpear a los turcos y quitarlos del mar con el objeto de reestablecer el comercio ruso. Esto ayudaría a bajar los precios de los alimentos, que ya estaban por las nubes, y fortalecer las flacas finanzas rusas. Pero el ingreso a las costas de los Dardanelos se convirtió en un desastre y Gran Bretaña y sus aliados se retiraron luego de un año.
Un siglo después. Occidente enfrenta un problema similar: cómo hacer pasar a la cosecha ucraniana por afuera del bloqueo ruso con el objeto de satisfacer los faltantes de alimentos del mundo. Andrey Stavnitser, el propietario de la mayor terminal y operadora de puertos de Ucrania, dice que los silos de granos ucranianos están repletos, y que no hay lugar para la actual cosecha. "Si no podemos acopiarla, va a comenzar a pudrirse", dijo. Al mismo tiempo, Rusia sí puede exportar sus granos desde el Mar Negro, incluidas las cosechas robadas en las tierras ocupadas, mientras que Ucrania está bloqueada. "Desbloquear Odessa es tan importante como proveer armas a Ucrania", dijo.
La UE buscar cómo expandir rutas alternativas por FFCC o carreteras. Pero éstos pueden hacerse cargo de una fracción de las exportaciones ucranianas. Si se quiere que la mayoría del grano ucraniano deje el país, debe ser por mar. ¿Pero cómo? Algunas personas exploran la idea de usar convoyes navales para escoltar los buques mercantes de y a Odessa y puertos cercanos. El Sr. Stavnitser espera que se logro con un convoy liderado por Turquía. James Stavridis, el ex comandante de las fuerzas aliadas de la OTAN, sugirió que se imitara la operación en el Golfo Persa durante la guerra Irán-Irak de los 80s donde buques militares de EEUU y aliados custodiaron a barcos petroleros.
Pero James Foggo, el ex comandante en jefe de las fuerzas aliadas de la OTAN en el Mediterráneo, sostiene que el paralelo es engañoso. "La diferencia es la siguiente: Irán no era una potencia nuclear. Rusia es una potencia nuclear y hay riesgo de que el conflicto escale".
Los convoyes en el Mar Negro enfrentarían restricciones militares, legales y políticas. Para empezar existen las fuerzas "antimarina" de Rusia - la batería de sistemas de ataque y defensa antiaeronaves, antibuques y electrónicos con base en Crimea, que Rusia anexó en 2014. Les permite dominar la mayor parte del Mar Negro desde tierra. Y a pesar del hundimiento del Moskva, el buque insignia en el Mar Negro, sus fuerzas navales permanecen poderosas - incluyendo buques y submarinos armados por misiles Kalibr. Aún si las fuerzas navales de Rusia fueran reducidas por los ataques de los convoyes, dice Michael Petersen del Colegio Naval de Guerra de los EEUU [US Naval War College], los buques amarrados son blancos fáciles. Odessa está dentro del rango de tiro del Bastion-b ruso, un misil tierra-mar con base en Crimea, remarca.
Ucrania ha colocado minas marinas para prevenir asaltos anfibios por parte de Rusia. Las playas de Odessa están cerras y custodiadas por solados camuflados. El puerto, incluyendo sus famosas escaleras Potemkin, está fuera de servicio. Rusia puso minas marinas también. Cerca de 80 buques extranjeros están anclados en aguas ucranianas. Algunos, incluso, fueron hundidos.
"Poner minas es fácil; quitarlas es complicado", remarca un diplomático occidental. Ucrania carece de la capacidad para desactivarlas. Es más, dice otro diplomático, "Si fueran desactivadas con el objeto de dejar salir al trigo, intentaríamos hacerlo, pero apenas se haga los rusos pueden ingresar y atacar Odessa. Ése es el problema". A medida que se estanca la avanzada rusa, sin embargo, una provisión de misiles, afirmó el presidente Volodymyr Zelensky cuando recibió a un congresista norteamericano, permitiría desactivar las minas.
Proteger los convoyes requeriría una substancial precia de la marina de la OTAN. Lo que generaría conflicto con la Convención de Montreux de 1036, que regula el tráfico marítimo por los estrechos turcos. Turquía invocó el artículo 19, de hecho prohibiendo el paso de buques de naciones beligerantes, una decisión que afecta a Rusia más que al resto. Turquía informó off the record a otros países no desplegar buques de guerra en el Mar Negro. Sostuvo que tomarías formalmente medidas amparado en el artículo 21 del tratado si se sintiera "amenazado con riesgo bélico inminente".La convención establece límites a la marina de guerra de estados no litoraleños del Mar Negro y cuánto tiempo pueden permanecer en el Mar Negro. Una operación de la OTAN requeriría, entonces, una rotación permanente de buques de guerra de los estado miembro. Turquía es miembro de la OTAN y no sufre las restricciones descriptas. Pero la relación de Turquía con Rusia es ambigua: le ha vendido a Ucrania el muy celebrado Bayraktar tb-2, un dron de combate, pero también se negó a imponer sanciones a Rusia y permite que los yates de los "oligarcas" busquen refugio en sus aguas.
El debate sobre los convoyes hace eco de otro previo sobre imponer una zona de bloqueo aéreo sobre el occidente de Ucrania: ¿están dispuestos los aliados de la OTAN a arriesgar un conflicto directo con Rusia? El presidente Joe Biden rechazó la propuesta del bloqueo aéreo. Esto generaría un riesgo de una tercera guerra mundial "World War III", sostuvo. Sin el apoyo de EEUU, es difícil imaginar que otros confronten a Rusia.
La esperanza de que la presión internacional, particularmente por parte de países no occidentales, pudiera persuadir a Rusia a retirarse es tenue. Algunos en Naciones Unidas piensan - o desean - que Vladimir Putin, no quiera ser acusado de ser el causante del hambre mundial. António Guterres, el secretario general de la ONU, sugirió un acuerdo para que Rusia permita que salgan de Odessa los buques con granos y oleaginosas a cambio de disminuir parcialmente las sanciones sobre la exportación de fertilizantes desde Belorusia y Rusia.
Muchos funcionarios creen que el Sr. Putin está aún más determinado en aplastar a Ucrania económicamente dada su imposibilidad de conquistarla militarmente. Los diplomáticos occidentales sostienen que reabrir los puertos ucranianos no constituye una opción práctica, por lo menos los próximos 6 meses. Un oficial ucraniano es aún más directo: "No tiene ningún sentido custodiar buques mercantes si nadie está dispuesto a dispararle a los rusos. La única opción para nosotros es vencer a Rusia".
Los EEUU, que actualmente preside el consejo de seguridad de la ONU, presiona para que se tomen medidas para mejorar la seguridad alimentaria general. El esfuerzo está focalizado en demostrar a los países que optaron por la neutralidad que la guerra en Ucrania, y la disrupción económica uqe causa, debe ser reprochada a Rusia, no a Occidente.
Los países occidentales no han mocionado la reapertura del puerto de Odessa en el Consejo de Seguridad de la ONU, aunque más no sea para forzar al veto a Rusia. La Asamblea General de Naciones Unidas, que incluye a la totalidad de los miembros, requiere que todo país que vete, justifique su postura a la Asamblea dentro de los 10 días. A Rusia podrá no importarle, sostiene Richard Gowan de International Crisis Group, un think-tank. "De alguna manera el mayor riesgo es que Rusia acepte reabrir Odessa pero luego cree toda suerte de obstáculos en los procedimientos".
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Ukraine’s ports are worsening world hunger
But there are few good options to get Ukrainian grain to global markets
The fiasco of the Gallipoli campaign of 1915 was caused, in part, by a global food crisis. The Ottoman empire’s entry into the first world war, on Germany’s side, blocked grain exports from the Russian empire, which then encompassed Ukraine. By forcing open the passage between the Black Sea and the Mediterranean, Britain and its allies hoped to knock the Turks out of the war and restore Russian trade. That would help lower soaring food prices, and strengthen Russia’s weak finances. But the landings in the Dardanelles turned to disaster and the allies withdrew after a year.
A century on, the West faces a similar conundrum: how to get Ukraine’s vast food crop past Russia’s blockade to relieve global food shortages. Andrey Stavnitser, the owner of Ukraine’s largest private shipping-terminal operator, tis, says that Ukrainian grain silos are largely full, and there is not enough room for this year’s crop. “If we can’t store it, it will start rotting,” he says. Frustratingly, Russia is able to export its grain, including crops stolen from occupied land, from the Black Sea while Ukraine’s is shut in. “Unblocking Odessa is as important as providing weapons to Ukraine,” he says.
The eu is seeking to expand alternative routes by rail and road. But these can take only a fraction of Ukraine’s exports. If the bulk of Ukraine’s grain is to get out, it must be by sea. But how? Some people are now exploring the idea of naval convoys to escort merchant vessels in and out of Odessa and nearby ports. Mr Stavnitser hopes for a un convoy led by Turkey. James Stavridis, nato’s former supreme allied commander, has suggested taking a leaf out of the operation by America and some allies to protect oil tankers in the Persian Gulf during the Iran-Iraq war of the 1980s.
But James Foggo, the ex-commander of nato forces in the Mediterranean, argues the parallel is misleading. “The difference is: Iran was not a nuclear power. Russia is a nuclear power. Russia is a major power and there is a risk of escalation.” The tanker war was fraught; America’s warships were struck by Iraq and Iran and one of them mistakenly shot down an Iranian airliner.
Convoys in the Black Sea face military, legal and political constraints. Begin with Russia’s “anti-navy”—the thicket of anti-aircraft, anti-shipping and electronic-warfare systems based in Crimea, which Russia annexed in 2014. This allows it to dominate much of the Black Sea from the land. And despite the sinking of the Moskva, Russia’s flagship in the Black Sea, its naval forces remain powerful—including ships and submarines armed with Kalibr cruise missiles. Even if Russia shrinks from attacking convoys, says Michael Petersen of the us Naval War College, ships in port will be sitting ducks. Odessa is within range of Russia’s Bastion-b anti-ship cruise missiles in Crimea, he notes.
Ukraine has heavily mined its waters to prevent a Russian amphibious assault. Odessa’s beaches are closed and guarded by soldiers in camouflaged outposts. The port, including its famous Potemkin Stairs, is off-limits. Russia has laid mines, too. About 80 foreign ships are now stuck in Ukrainian waters; some have been sunk.
“Mining is easy; de-mining is complicated,” notes a Western diplomat. Ukraine lacks the capacity to clear the necessary sea-lanes. Moreover, says another diplomat, “If things are de-mined for the purposes of letting the wheat out, but then Russians are allowed to sneak in and attack Odessa, that’s a problem.” As the Russian advance falters, however, President Volodymyr Zelensky has told visiting American congressmen that arming Ukraine with more anti-ship missiles could allow de-mining to start.
Protecting convoys might require a substantial nato naval presence. This raises questions related to the Montreux Convention of 1936, which regulates shipping in the Turkish straits. Turkey has invoked Article 19, in effect barring passage to the navies of belligerent states—a move that affects Russia more than others. Turkey has informally told other countries not to deploy warships in the Black Sea. It could take such measures formally under Article 21 if it felt “threatened with imminent danger of war”.
The convention anyhow limits war vessels from non-littoral states, and how long they can stay in the Black Sea. A nato operation would thus require the frequent rotation of ships. Turkey is a nato member and faces no such limits. But its dealings with Russia are ambiguous: it has sold Ukraine the much-celebrated Bayraktar tb-2 combat drone, but has also declined to impose sanctions on Russia and has allowed oligarchs’ superyachts to shelter in its waters.
The debate over convoys has echoes of the earlier one over imposing a no-fly zone over western Ukraine: are nato allies ready to risk a direct fight with Russia? President Joe Biden said no to a no-fly zone. That would risk “World War III”, he said. Without American backing, it is hard to imagine others confronting Russia.
The faint hope is that international pressure, particularly from non-Western countries, may persuade Russia to relent. Some in the un think—or hope—that Vladimir Putin, its president, will not want to be accused of causing global hunger. António Guterres, the un secretary-general, has suggested a deal whereby Russia would allow food shipments out of Odessa in exchange for easing of sanctions on fertiliser exports from Belarus and Russia.
Many officials think Mr Putin is, if anything, even more determined to crush Ukraine economically given his failure to conquer it militarily. Western diplomats say reopening Ukrainian ports is not a practical option for at least six months. A Ukrainian one is blunter: “There is no point in escorting merchant ships if nobody is prepared to shoot back at Russia. The only answer is for us to defeat Russia.”
America, which currently holds the presidency of the un Security Council, is pushing for action on improving food security generally. The effort is intended in part to prove to fence-sitting countries that the war in Ukraine, and the economic disruption it is causing, should be blamed on Russia, not the West.
Western countries may yet put forward a motion calling for the reopening of Odessa, if only to force Russia to use its veto. The un General Assembly, which includes all members, requires any country casting a veto to explain itself before the assembly within ten days. Russia may not care, says Richard Gowan of the International Crisis Group, a think-tank. “In some ways the greatest risk is that Russia says yes to reopening Odessa but then creates all manner of procedural obstacles.”