ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO
Autor: Juan Martín Perkins
Tengo una radio despertador que se prende a las 6 con el programa “Alguien tiene que decirlo”
Esta mañana arrancó en seco, sin la cortina con la voz de Lady Gaga entonando “Million Reasons”, solo Eduardo Feinmann pronunciando la palabra “estupor”.
Con voz circunspecta y compungida, repitió dos veces que no podía salir del “estupor”.
Estupor significa: Asombro o sorpresa exagerada que impide a una persona hablar o reaccionar. Asombro, pasmo. Disminución de la actividad de las funciones intelectuales, acompañada de falta de reacción.
Feinmann debió haber usado otra palabra, pero prefirió la corrección política
Pido perdón anticipado, sé que puedo herir sentimientos sinceros, pero tengo que hacer la columna y no puedo rehuir al tema que acapara toda la centralidad política de mi país.
Algunos amigos lectores me recomendaron “ningunear” el tema, por cuestiones de seguridad.
No puedo, es pura honestidad intelectual.
Esta columna siempre fue al punto. Con respeto y prudencia, pretendo conservar para mi patria y para mí el derecho de ejercer y expresar una reflexión libre y sincera.
Yo no siento estupor, y creo, alguien tiene que decirlo, que Eduardo Feinmann tampoco lo siente.
Más de 10 días de acting trágico culminan en un triste episodio límite que no nos puede sorprender. Corresponde a una línea de coherencia sobre la que, por respeto y prudencia, no voy a entrar en detalles, pero que todos, cualquiera sea nuestra identidad política, con más o menos pasión, vimos y oímos en vivo y en directo, sabiendo que se estaba escalando en un acting de violencia.
Tampoco vamos a simular que somos todos distraídos e inocentes como para comernos todos los amagues.
Desde que el fiscal pidió 12 años, todo es “¡qué quilombo se va a armar!”.
¿De que voy a escribir? ¿De la escasez de figuritas del mundial?
Vivimos bajo una consigna que dice que la política es la herramienta para cambiar la realidad.
Algunos políticos y periodistas la repiten como loros… pero viven en Narnia y bajo una realidad paralela distinta.
En la realidad nuestra, nos detonan la economía, nos quedamos sin trabajo, nos agobia la inflación robando nuestro poder adquisitivo día a día, perdemos educación, salud, nos matan por un celular, nos imponen una agenda perversa … La política ha cambiado nuestra realidad para mal, solo mejora la de los políticos.
Feinmann no siente estupor… y más de la mitad del país tampoco. La mayoría silenciosa y trabajadora que hoy se levantó a luchar por el país y fue a trabajar desoyendo el ridículo feriado siente incredulidad y cansancio. Eso es lo que siente.
Agotaron toda su credibilidad.
Estamos seguros que si los medios no estuvieran todos los días, las 24 horas con los reflectores, cámaras y movileros dando cobertura a esta tragedia… esta profecía auto cumplida no hubiera ocurrido.
Yo no siento estupor.
Siento dolor por mi país, que deberá enfrentar las dificultades a las que lo somete tanto liderazgo tóxico, por tenerlo inmerso en esta tragicomedia edulcorada y vacía, que se repite como una farsa donde NADA ES LO QUE PARECE.
Vamos Argentina, que no decaiga la autoestima.
Juan Martín Perkins
* * *