LA BANDA
Autor: Juan Martín Perkins
Es una buena noticia que la inseguridad y la violencia, hayan dejado de ser una sensación y estén en boca de los políticos oficialistas, que la ocultaron bajo el relato.
Claro, ellos viven custodiados en barrios cerrados, en Recoleta o Puerto Madero, viajan blindados y cuando algo les pasa, acuden a las mejores clínicas privadas. Así cualquiera.
La banda de los copos, será un antes y un después. A pesar de todo lo bizarro que fue su proceder, alcanzó para evidenciar que la reina está desnuda por la ineptitud de su propia inteligencia y custodia.
Ineptitud como mínimo, pensando con buena leche. Con mala, burda y grosera maniobra.
Escucho en las noticias que la señora vicepresidente ha tomado conciencia y está en shock depresivo por saberse vulnerable. Bienvenida al club, señora. Nosotros vivimos bajo la zaraza de la garrafa con la que hacen los copitos… y la de la comitiva del ministro Massa, pateando una lata por las calles de Washington para conseguir una foto dando palmaditas en el hombro de Georgieva.
Desde el gobierno convocan al diálogo e invitan a la unión para luchar contra la violencia.
Se hace difícil aceptar la hipocresía… en boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso.
Raro concepto de violencia tienen… profanando la Basílica a la vista y por televisión, comulgando militantes del aborto, divorciados vueltos a juntar, asesinos ex terroristas y descendientes que participan de la industria de la indemnización. Facinerosos que ostentan cargos públicos, sin jamás pedir perdón por robarnos con la corrupción y los impuestos, o haberse levantado en armas contra la Patria.
Luchemos juntos contra la violencia, pero contra la violencia a la que nos someten a nosotros.
Es violento que todos los días te impidan el paso en las calles, te sitien el barrio y te quiten la paz.
Es violento ostentar la impunidad de robar y pavonearse con el dedo levantado dando lecciones de moral.
Es violento incitar en discursos cargados de calificativos y acusaciones.
Es violento que un senador avise que, si no nos dejamos de joder con la causa vialidad, no habrá paz social.
Es violento ir a la farmacia y que ya no exista tu medicamento.
Es violento que los funcionarios vuelen en primera clase a todo el mundo y te obliguen a pagar el déficit de Aerolíneas, a vos, que tomas 2 colectivos y el subte para llegar al trabajo.
Es violento que adoctrinen a nuestros hijos en la escuela y nos destrocen el lenguaje.
Es violenta toda la agenda 2030, especialmente la depravada ideología de género.
Son violentos el aborto y la eutanasia que matan a los más inocentes e indefensos.
Es violento provocar inflación para licuar deudas desintegrando nuestro poder adquisitivo.
Es violento votar prórrogas y aumentos de impuestos para mantener sus privilegios.
Podría escribir una lista interminable de todas las violencias que ejercen sobre nosotros, pero hoy dedico la columna a la violencia que pone al gobierno paranoico.
¡Bienvenidos al club!, nosotros nos sentimos inseguros y avasallados todos los días.
Es justo que alguna vez les toque a los que nos faltan el respeto con el relato de la “sensación”.
Lo merecen.
Tienen razón en estar paranoicos… la calle es un horno… y no está para bollos.
Una inflación de 7% mensual es una fábrica de pobres y no se barre debajo de un relato.
Por vivir en una nube de gases, son el peor gobierno y oposición de la historia.
Juan Martín Perkins.
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