LA LEY DE ALQUILERES Y EL PATRIMONIO DE LAS FAMILIAS
La ruina de las familias argentinas como “genialidad” del sistema partidario (partidocrático) argentino.
Autor: Germán Masserdotti (@GermanMasser)
Resultado de la lucha interna entre los principales frentes o coaliciones político-partidarias argentinos (FdT y JxC), las familias argentinas gastarán, si tienen que hacerlo con un contrato nuevo -remito a los precios promedio del mercado- o abonar el aumento anual, alrededor de la mitad del sueldo principal de la casa. O más.
O sea, ante la falta de estabilidad económica –lo que recuerda que más de un equipo de fútbol no gane campeonatos porque no llega el día en que las vacas vuelen ni que, en la Argentina, baje la inflación–, las matemáticas dicen que esas familias perderán la posición social que tienen a la fecha: las familias pobres caerán en la miseria, las de media–baja, en la pobreza, las de media–media, en la media–baja. Todavía no comieron, no gastaron en viáticos, no mandaron a sus hijos –si los tienen– al colegio, no pagaron la obra social, y un largo etcétera. La palabra “ahorro” no existe en el diccionario de los argentinos de a pie que hemos formado una familia. Imagínense “comprar la casa propia” para forjar un hogar. Ni siquiera aplican las palabras de Sir Charles Tévez: “Is very dificul”. En realidad, “that is imposible”.
Es decir, las familias argentinas van hacia la ruina económica.
La observación vale porque, sin haber adoptado una mentalidad materialista, “lo económico” condiciona la estabilidad familiar y su progreso. Ante el mal actual o futuro de la ruina económica ¿quién va a formar una familia? ¿Quién, si no tiene para pagar un alquiler, va a tener más hijos, no obstante desearlo en el mejor de los casos?
Hasta aquí, la crónica de una parte principal de la vida cotidiana de los argentinos de carne y hueso y de sus familias. Entonces ¿por qué su ruina es una “genialidad” –otra más– del sistema partidario (entiéndase, partidocrático) argentino?
El Poder Ejecutivo de la Nación convocó al Honorable Congreso de la Nación a Sesiones Extraordinarias desde el 23 de enero hasta el 28 de febrero de 2023. Entre esas fechas se considerarán 27 proyectos, según informa también Telam. En lo que se refiere al tema de nuestra nota, no se incluyó la reforma de la ley de alquileres. De acuerdo a una nota publicada en La Nación, de esta manera “no habrá cambios en el corto plazo y, ante una economía indexada, los inquilinos que deban actualizar y renovar sus contratos seguirán afrontando fuertes subas. En lo que va de enero, los aumentos promedian el 84% y en el mercado inmobiliario estiman que a fines de febrero llegarían hasta el 90%”.
A continuación, tendré en cuenta otras afirmaciones y declaraciones publicadas en la misma nota con algunos subtítulos a modo de glosa.
La “calidad institucional” de la democracia argentina. “Sin embargo, las fuerzas no lograron ponerse de acuerdo entre sí, ni tampoco al interior de sus bloques. Ahora, tras la frustrada última sesión del año en la Cámara de Diputados por falta de quorum, y al no haberse incluido los dictámenes para su tratamiento en las sesiones extraordinarias, el debate queda postergado para el próximo período legislativo que inicia en marzo”.
A confesión de parte. “«Me avergüenza que no hayamos podido modificar esta ley, que es mala, que perjudica a los inquilinos y que ha distorsionado el mercado de los alquileres», confesó Tonelli. Sin embargo, aventuró: «Haremos todo lo posible por llegar a ese consenso entre los bloques opositores, aunque no será fácil»” (Pablo Tonelli, diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, del Pro).
A esto, señoras y señores, damas y caballeros, suele llamarse “democracia argentina”. Argentina, remarco, porque en otros países –como Hungría en la actualidad no obstante los ataques del globalismo–, funciona bien y gobierna para las familias.
En 2023 habrá, nuevamente, nuevas elecciones generales en nuestro país. Al momento de poner la boleta en el sobre y el sobre en la urna, le recomiendo recordar lo dicho hasta aquí. Si los vota, no se queje.
P/D para algunos argentinos “fifí” que se quejan de no poder vacacionar en el exterior. Además de Punta del Este, existe Punta Lara. Se llega con la SUBE y puede tomarse el 129. Hay costa –el Río de la Plata– y, probablemente, más Brava que Mansa.