MILAGRO

Roberto Canessa se ha pasado la vida entrando y saliendo de la cordillera


Autor: Juan Martín Perkins  



Cada tanto, el “Milagro de Los Andes" vuelve a la escena y todo el mundo habla de una de las historias más fuertes del siglo 20.

Ya tiene 5 libros, 6 películas, 1 obra de teatro, innumerable cantidad de conferencias por todo el mundo, un museo, fundaciones, temas musicales… he pasado 50 años reeditando las historias una y otra vez y siempre encuentro una nueva mirada desde un ángulo distinto.


Por estos días, como consecuencia del estreno de la última película “La sociedad de la nieve”, se pueden leer artículos con crónicas de todo tipo, todas ellas cada vez más subidas de tono, como para seguir logrando impacto emocional.


He leído todo lo publicado, hasta lo de mal gusto y sensacionalista que no voy a repetir acá.

Rescato como lo más interesante del “Milagro de Los Andes” (este es el título más preciso), las vidas de los sobrevivientes de 1972 en adelante.


El impacto del “Milagro” fue tan variado como diversas las personalidades y circunstancias de cada uno de los muchachos uruguayos de Carrasco, el conocido barrio de Montevideo.


Leí sobre todos y escuché sus conferencias. El más cinematográfico de todos quizás sea Nando Parrado.


Su vida fue realmente de novela, playboy en Europa, piloto de autos de carrera, motos de alta cilindrada, deportes de riesgo, mujeres hermosas, ricas y famosas como la princesa Carolina de Mónaco, que lo fue a buscar a un hotel francés para vivir un romance. 


El que más me gusta a mi es Roberto Canessa y es por él que uso la palabra “Milagro” para referirme a lo que pasó en el Valle de Las Lágrimas y pasa en algún momento en cada una de nuestras vidas.


Roberto Canessa se recibió de médico, es cardiólogo infantil y tiene un matrimonio de más de 40 años con aquella chica que lo esperó cada uno de los 71 días que estuvo perdido en la cordillera.


Roberto resucitó, fue a EEUU a comprar un ecógrafo color para diagnosticar por imágenes y no tener que usar métodos invasivos como el cateterismo en niños.


Valiéndose de su “Milagro” personal reunió fondos para pagar los nuevos y carísimos aparatos que fueron los primeros en entrar al Uruguay. (de contrabando, gracias a un funcionario que tuvo la bondad de mirar para otro lado, porque los fondos no alcanzaban para los impuestos).


A Roberto se le quiebra la voz aún hoy, después de 50 años, cuando mira un eco color y tiene que informar a un papá y a una mamá que no está viendo la arteria pulmonar en su bebito porque sabe que esos papás, en ese momento, caen en la cordillera y tendrán su propio Valle de Las Lágrimas, para aprender a sobrevivir sobre un glaciar y sepultados por 2 avalanchas.


Roberto lleva 50 años milagrosos arreglando errores de la naturaleza.


Quien sepa imaginar lo que es entregar a su bebito en brazos de un cirujano en la puerta del quirófano de un hospital público, sabrá de qué estoy hablando…  y entenderá porqué Roberto Canessa se ha pasado la vida entrando y saliendo de la cordillera vestido de guardapolvo blanco y con un estetoscopio en su cuello.


Sin duda, el personaje que más me gusta del “Milagro de Los Andes” es “El médico de la montaña”. 

Su Fundación “Corazoncitos”, integrada por madres y padres de niños uruguayos operados en EEUU y Uruguay, financia ayuda a niños que padecen cardiopatías congénitas y a sus familias…  para que puedan enfrentar su “cordillera”.


De Roberto debemos aprender a vivir día por día y a morir en el intento, siempre caminando y caminando para llegar al valle.


Juan Martín Perkins.


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Agradecemos la difusión del presente artículo:  


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