SUBÍ QUE TE LLEVO

"Exclusión", de Pablo Suárez, 1999.
Los colectiveros nos dieron dos presidentes: Cristina Fernández y Javier Milei

Autora: Iris Speroni (@SperoniIris)



Estos últimos días se instaló mediante la prensa - siempre tan solícita - la discusión sobre la tarjeta SUBE y/o medios alternativos de pago.


Además de hablar sobre el aumento del costo del pasaje.


La prensa azuzó a la población para que tramite anticipadamente un registro de su tarjeta SUBE y la sometió a largas esperas en filas interminables bajo calor tropical. Incomprensible, toda vez que el plazo límite para el trámite es el 1º de abril.


A esto se agregó que durante un par de días las boleterías de los trenes “se quedaron sin sistemas” por lo que obligaron a los pasajeros a deambular en busca de formas alternativas de cargar el crédito en su tarjeta. 


Como si esto fuera poco, el crédito de los pasajeros para uso de saldo negativo quedó exiguo dado el aumento del precio del pasaje.


En paralelo,  la prensa escrita, televisiva y radial más numerosos tuiteros fogonearon la supuesta conveniencia de reemplazar la tarjeta SUBE por sistemas alternativos de pago electrónico, como tarjeta de débito bancaria, Mercado Pago o aplicaciones en el celular.


Más allá de los pro y contra de cada uno de los medios de pago, que es todo un tema per se, - he hecho pública mi posición en defensa del dinero en efectivo -, llama la atención el interés, al menos de la prensa, de desacreditar el sistema SUBE.



El negocio


Me costó bastante obtener números de gestión de SUBE (1). Supongo que deben constar en manos de la Secretaría de Transporte, administradora del sistema.


Acá haré algunos cálculos en base a lo que conseguí.

El Ministerio de Economía publica la cantidad de viajes pagados con la tarjeta SUBE día a día y discriminado por proveedor.


En enero 2024, se efectuaron 261.958.964 viajes pagados por SUBE, desagregados de la siguiente manera:


  • Colectivo 226.137.355

  • Subte   12.372.589

  • Tren   23.422.452 

  • Total 261.958.964 de viajes enero 2024


Hubo aumento tarifario los últimos días. Y enero no es ciertamente representativo. Con lo cual haré un número de mínima que debe distar (en menos) del verdadero valor de recaudación por SUBE.


Tarifas mínimas febrero 2024:

  • Colectivo $ 270

  • Subte $ 125

  • Tren $ 130


Debemos tener en cuenta que la cantidad de pasajeros en enero es inferior a la media anual por efecto de las vacaciones laborales, el receso escolar y la feria judicial.


Si calculamos la cantidad de viajes de enero (mínimo) a precio mínimo tarifario, tenemos una recaudación de:

  • Colectivo:    226.137.355 x $ 270 = $ 61.057.085.850

  • Subte: 12.372.589 x $ 125 = $   1.546.573.625

  • Tren: 23.422.452 x $ 130 =  $   3.044.918.760

  • Total $ 65.648.578.235


En resumen, en el peor de los casos, hablamos de un negocio de facturación de 65 millones de dólares mensuales.


El número verdadero es necesariamente mayor por dos razones: a partir de marzo aumentan la cantidad de pasajeros y el costo promedio es mayor al mínimo.


Si en lugar de recaudar el estado ese dinero, lo hiciera un privado (bancos o un parabanco como Mercado Pago) y si cargara una comisión del 1%, facturarían, con las actuales tarifas, 650 mil dólares mensuales. Tampoco es tanto. A menos que suban las tarifas a valores internacionales.


Con la SUBE existe otro negocio adicional, hoy en manos del estado. Los saldos de la tarjeta que tiene cada pasajero. Cuando se carga por adelantado, es dinero que se le entrega al Estado a tasa cero. No pude encontrar el saldo consolidado a favor de los usuarios, dinero que sí lo conoce la Secretaría de Transporte. 


Solamente en Capital Federal y Gran Buenos Aires se usaron en promedio  2.494.958 

tarjetas SUBE diariamente durante enero 2024.


Hay personas que viven con saldo negativo (yo), otros cargan el consumo de dos días y otros cargan para usar toda la semana. Desconozco el saldo consolidado de todas las tarjetas y por lo tanto desconozco el saldo promedio y el saldo promedio de las tarjetas en uso (único dato relevante). Aventuro un cálculo. 2,5 millones de tarjetas con un promedio de cuatro viajes mínimos.


2.494.958 x $ 130 x 4 =  $ 1.297.378.365 a tasa cero. Stock apetecible.


Un millón de dólares diarios a tasa cero. No es una fortuna pero no es despreciable.


Obviamente, si baja la autorización de giro en descubierto y si sube la tarifa mínima, tendremos un mayor saldo a tasa cero. ¿Qué banco no quiere ese caramelo?


Así que ahora saben por qué todos los canales de TV mostraron las largas colas de gente bajo el sol: para justificar el cambio de sistema. 



El Transporte en Colectivo


Cuando yo era chica, las líneas de colectivo, en su mayoría, eran cooperativas de propietarios de unidades. El colectivero no era un chofer de colectivo sino el dueño de la unidad. En general o se turnaban con algún pariente para conducirlo o tenían contratado un chofer para complementar el día. Los colectiveros nos dieron dos presidentes: Cristina Fernández y Javier Milei.





A partir del kirchnerismo, se generó un nuevo circuito monetario: en lugar de que los pasajeros paguen un boleto, el estado empezó a pagar parte del mismo. En casi 20 años, el sistema evolucionó a que el estado pague casi la totalidad de los costos de los pasajes.


El estado se convirtió en el intermediario financiero de una millonada de plata. Y varios inteligentes decidieron que en lugar de que existan cientos o miles de pequeños propietarios con una o dos o tres unidades (como el papá de Cristina Fernández), era mejor que los dueños de todo fueran propietarios de compañías de transporte que gerencian varias líneas de colectivo cada una. 


El proceso de concentración fue rápido. El gobierno dejó de girarle dinero a las cooperativas, mientras mantenía las tarifas a valor inferior de los costos y así obligarlas a entrar en suspensión de pagos de impuestos y salarios, hasta llegar al punto de no poder comprar el combustible. En resumen: los forzaron a vender. Los nuevos dueños de las líneas de colectivos fueron y son políticos y en menor medida, sindicalistas.


Así que tuvimos y tenemos políticos como pagadores y receptores de subsidios. 


Respecto a los subsidios al transporte, voy a repetir las sabias palabras de Altamira, del Partido Obrero: “el subsidio al transporte no es un subsidio al trabajador sino a la patronal”. Esto es así, por la simple razón que un aumento de la tarifa obliga a un aumento salarial. El empleador debe pagar al menos el costo de reproducción del trabajo, si usamos el criterio de Carlos Marx (y hay que usarlo). Si el trabajador gana menos que el costo del traslado de su casa al trabajo, el trabajador no puede concurrir a trabajar.


El transporte de pasajeros se convirtió en un buen negocio para pocos (a diferencia de décadas pasadas que era un negocio más o menos para miles de familias). Al mismo tiempo se convirtió en una fuente infinita de corrupción (tenemos dos secretarios de transporte condenados por la Justicia Federal). Todo hoy está mal parido.


Las consecuencias son claras: mal servicio, falta de respeto al usuario, destrucción de capital y una fuente permanente e infinita de corrupción y concentración de riqueza. Transferencia de dineros públicos a (pocas) manos privadas.


Ha sido una constante en los gobiernos Néstor Kirchner - Cristina Fernández (x2) - Mauricio Macri - Alberto Fernández.



Situación Actual


Éramos pocos y aparecieron los bancos.


* * *


Fuentes:
Ministerio de Economía
2. https://datos.gob.ar/ko_KR/dataset/transporte-sube---cantidad-tarjetas-usuarios-por-dia-amba

* * *

Nota:
(1)
En el transcurso de mi búsqueda me encontré con esta perlita del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires:
Página 18


Página 26


Teníamos razón en que Larreta no tenía que ser presidente.



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