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¿ESTÁS ASUSTADA? EEUU POST-ROE

 

Si a usted le asusta unos EEUU post-Roe, considere cuán liberador es el fallo Dobbs.


Por Emily Jashinsky

Nota original: https://thefederalist.com/2022/06/24/if-youre-frightened-of-post-roe-america-consider-how-liberating-dobbs-is/

En inglés al pie.

Traducción: @Hyspasia

Todo, desde la biología, pasando por la psicología hasta llegar al sentido común, indica que la mayoría de las mujeres no están hechas para tener sexo sin compromiso.

Usted puede ser una de las mujeres norteamericanas asustada por la caída del fallo Roe. Aunque yo no estoy de acuerdo, su ansiedad es entendible. Los medios pro-aborto no le dicen a usted la verdad. Desde el Partido Demócrata, pasando por la Norteamérica corporativa, hasta Hollywood, nuestras instituciones presentan el aborto como un tratamiento médico necesario, uno que nos es necesario para igualarnos a los hombres.

Pero la realidad es liberadora. La vida cambió muy rápido en el SXX. Para mejor o peor, las nuevas tecnologías pusieron patas para arriba la forma en que los humanos vivimos nuestra existencia sobre esta tierra.

No pensamos de esa forma a menudo, pero las tecnologías contraceptivas cambiaron la forma en que tenemos sexo. Lo mismo sucedió con la industria del aborto, la cual creció y prosperó luego del fallo "Roe", que la sacó de oscuros callejones y la llevó a los consultorios de los médicos. Ahora los bebés pueden ser asesinados con una píldora distribuida por correo.

El argumento de la izquierda es que el aborto hace a las mujeres iguales, libres de vivir su vida al máximo de su potencial en sus propios términos. Esta lógica implica que un embarazo es lo que se elige y no el sexo (excepto en casos de violación, por supuesto). Esta lógica insiste en que los hombres pueden tener sexo sin tener que llevar bebés, provocar disrupciones en sus carreras profesionales; por lo tanto las mujeres deben poder hacer lo mismo para realizar la igualdad.

Debemos ser iguales en forma absoluta, pero no debemos tratar de ser lo mismo. Acá es donde la verdad nos libera. Todo, desde la biología, a la psicología, al sentido común nos indica que las mujeres no estamos hechas para tener sexo sin compromiso. No es bueno para nosotras. Sea usted religiosa o no, el sexo reservado para relaciones amantes y comprometidas es más saludable para las mujeres. Cada día más, hasta los medios de comunicación de izquierda concuerdan con esto.

Janet Yellen, tan luego, quien tiempo atrás fue coautora de un paper para el Instituto Brookings, de izquierda, demostró que el aborto legal aumentó la cantidad de madres solteras. Esto puede parecer contraintuitivo. Pero con un acceso al aborto facilitado, el sexo casual se incrementó, dejando más mujeres embarazadas fuera del matrimonio o de otras relaciones comprometidas.

Cuando Dave Portnoy de Barstool Sports se lamentó de la decisión "Dobbs"  en una conferencia de prensa de emergencia un día viernes, su posición pro-aborto lo mostraba al desnudo. Portnoy, como muchos otros hombres en el año 2022, pertenece a la cultura de hookups (encuentros sexuales casuales, de sólo una noche).

La legalización del aborto le permite a los hombres tener fácil acceso a una forma de sexo que lastima a las mujeres. Los demócratas y los medios de comunicación no lo admiten, ahora que el slogan "seguro, legal e infrecuente" voló por los aires, pero el aborto también causa cicatrices físicas y psicológicas que persiguen a las mujeres por años luego del procedimiento.

Usted puede estar en desacuerdo conmigo si las mujeres pueden o no tener el derecho de elegir practicar un aborto. Usted puede estar en desacuerdo si la vida comienza con la concepción. Pero si miramos la historia con perspectiva, este acceso a abortos de alta tecnología y a pedido no es natural. No es saludable.

Si usted es una millennial como yo, la caída de "Roe" era inconcebible, como si siempre iba a estar y siempre estaría. Pero 50 años son sólo un parpadeo en este universo. Todos nosotros vivos en 2022 vivmos un extraordinario momento en la historia de la humanidad, una en que la magia tecnológica mejora la vida en forma inconmensurable pero también nos envía a territorio inexplorado, alguno del cual es profundamente anti-humano.

Estamos a los trompicones por estos cambios en nuestras funciones más básicas. Si usted da un paso atrás y examina la sexualidad humana bajo esta óptica, usted se libera de las formas de la explotación de la sexualidad postmoderna. Usted es libre de ser igual, feliz y saludable.

* * *

Emily Jashinsky es editora de la sección cultura de "The Federalist" y anfitriona en " Federalist Radio Hour". Previamente formó parte de "Examiner" y fue vocera de la Fundación Young America. ... Nacida en Wiscosin, EEUU, se graduó en la Universidad George Washington.

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If You’re Frightened Of Post-Roe America, Consider How Liberating Dobbs Is

Pro-life sign
IMAGE CREDITTHE FEDERALIST / CANVA

Everything from biology to psychology to common sense indicates that most women are not made to have sex without commitment.

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You may be among the many women frightened by the downfall of Roe. Although we disagree, your anxiety is understandable: The pro-abortion media is not telling you the truth. From the Democratic Party to corporate America to Hollywood, our institutions present abortion as a necessary medical treatment—one we rely on for full equality with men.

But the reality is liberating. Life changed very quickly in the 20th century. For better and for worse, new technologies upended the way humans lived for the vast majority of our existence on this earth.

We don’t often think of it this way, but contraceptive technologies changed the way we have sex. So, too, did the abortion industry that developed and then flourished after Roe, taking the procedure from dangerous back alleys into doctor’s offices. Children can now be killed with pills sent through the mail.

The left’s argument was that abortion made women equal, free to live to life’s fullest potential on their own terms. The implication of that logic is that pregnancy is the choice in question, not sex. (Except, of course, in the case of rape.) This logic insists men can have sex without carrying babies and disrupting their careers, so women must be able to do the same in order to realize equality.

We should absolutely be equal, but we should not try to be the same. This is where the truth becomes liberating. Everything from biology to psychology to common sense indicates that most women are not made to have sex without commitment. It is not good for us. Whether you’re religious or not, sex reserved for loving and committed relationships is the healthiest norm for women. Increasingly, even secular left-wing media is reckoning with this.

Janet Yellen, of all people, once co-authored a paper for the leftist Brookings Institute that determined legal abortion increased single motherhood. This may seem counterintuitive. But with easy abortion access, casual sex increased, leaving more women pregnant outside of marriage or other committed relationships.

When Dave Portnoy of Barstool Sports lamented the Dobbs decision in an emergency Friday press conference, his pro-abortion position was very telling. Portnoy, like many guys in 2022, engages in hookup culture.

Legalized abortion enables men to engage in the kind of sex that hurts women. Democrats and media won’t admit it anymore, now that “safe, legal, and rare” is out the window, but abortion also causes physical and psychological scars that haunt women for years after the procedure.

You may disagree with whether women have or should have a right to choose abortion. You may disagree with whether life begins at conception. But viewed in the full sweep of history, access to high-tech abortions on demand is not natural. It is not healthy.

If you’re a millennial like me, the death of Roe felt unthinkable, like it’s always been here and always will be. But 50 years is the blink of an eye in this universe. Those of us alive in 2022 are living through a truly extraordinary moment in human history, one in which technological magic improves life immeasurably but also thrusts us into uncharted territory, some of which is profoundly anti-human.

We’re reeling from these rapid changes to our most basic functions. When you step back and see human sexuality through this lens, you are free from the exploitive norms of postmodern sexuality. You’re free to be equal, happy, and healthy.


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