Raúl Patascortas

La izquierda que (hace 200 años) no sorprende a nadie: el caso Raúl.




Autora: Crai

La última semana de vacaciones (sí, yo tuve una semana más de vacaciones, porque en la Universidad en la que trabajo no sólo no encontramos la cancha de hockey que nos iba a construir Aníbal, tampoco tenemos gas; por favor no le digan a Espert o pedirá mi cabeza en una pica) nos agarra indignados porque la izquierda no va a apoyar el desafuero de Julio De Vido. 
Los dadores de quorum. Caso 2015, última sesión HCD.
Considerando que es la misma izquierda torpe a la que a nivel mundial le cierra la boca Mariano Cierre de Cita Rajoy porque no denuncian la violación de derechos humanos en Venezuela, y a nivel local no distingue citación a indagatoria de derecho a negarse a declarar, y se van de vacaciones a Punta del Este pero la culpa es nuestra por habernos dado cuenta, uno podría pensar que, justamente, están pecando de torpes. Pero NO. Ni siquiera la oligarquía de más rancio abolengo fue, es, y será más funcional a la derecha. Ni la derecha misma le hace mejor el juego a la derecha que la izquierda. 
Dadores de quorum.
Y no hablo sólo de la infiltración en fábricas que curiosamente cierran unos meses después, o de consignas imposibles como “$25.000 por 6 horas diarias de trabajo”, o la testimonial “que la crisis la paguen los ricos”. 
Dadores de quorum.
Hablo de acciones concretas, de personas de carne y hueso trabajando activa y secretamente para los gobiernos que repudian en Corrientes y Callao, megáfono en mano. Gobiernos democráticos y de facto, porque la izquierda no distingue legitimidades, y pareciera sentir una predilección por estos últimos. No puedo pensar en mejor ejemplo que el de Raúl Tarifeño.
Raúl Tarifeño.
Para cualquiera que no viva en Neuquén seguramente haya pasado desapercibido. Incluso los que vivimos acá nos enteramos varios años después, cuando ya era tarde. Quién es entonces Raúl Tarifeño, preguntarán ustedes. 
Raúl fue uno de los cuadros más importantes del MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores), llegó incluso a candidato a diputado en 2007. Raúl era, en la época en la que yo militaba (ahí la confesión de mi pecado de juventud) el referente con el que te mandaban a hablar cuando estabas en crisis, era formador de militantes, era el primero en aparecer en todas las marchas, volanteadas, pintadas de paredes con ese ferrite horrible. Raúl fue además, miembro activo del Batallón 601 de Inteligencia hasta su desvinculación en 2009.
Viamonte y Callao, sede del Batallón 601 de Inteligencia.
A Raúl ya lo había denunciado su primera mujer. Él se encargó de hacerla quedar como una loca despechada. Su partido en ese momento le brindó su apoyo, aunque haya algunos cuadros más viejos que AHORA digan que en ese momento tenían dudas. Y no era para menos: Raúl empezó su militancia en el Partido Comunista de Neuquén, en Cutral-Có, en 1976. Que a poco de empezar a militar hayan desaparecido unos cuantos comunistas es un detalle que los del partido prefirieron no dejar pasar, y lo expulsaron. 
A Raúl le gustaba contar sus aventuras en la pueblada de Cutral-Có, pero lo cierto es que tenía prohibida la entrada a la comarca petrolera desde 1997. Su segunda mujer, con quien tiene tres hijas, fue la que abrió la carta en la que comunicaban su desvinculación, en 2009. Según datos oficiales, fue en 2006 y para Página/12 se disolvió en 2001, pero, años más, años menos, hablamos de un cuadro de un partido de izquierda que formó parte de un organismo de espionaje que surgió durante la dictadura y siguió funcionando durante la democracia, informando a todos los presidentes DEMOCRÁTICOS –excepto, según el mismo Raúl, a su tocayo Alfonsín y a De la Rúa-.

La izquierda, lenta y perezosa, salió a hacer lo que mejor le sale: ser funcional. A la primera mujer de Raúl la trataron de loca; a los miembros de PC de Neuquén, también. Con la segunda no pudieron porque tenía la carta en la mano. Ripoll y a Bodart, balbuceando frases como “no lo podemos creer, estamos tan sorpresa como todos ustedes” fueron a denunciarlo, para que les explicaran que existe la figura de “entregador” y “cómplice” pero no la de soplón, que se busquen otro asesor letrado que no sea Myriam Bregman.

Imaginen la paranoia de los militantes de base, que ya sabemos a quién se lo dijo, pero no cuánto sabía de cada uno. Imagínense que cualquier boludez que la hayas contado a tipos como Raúl vaya a parar a oídos del gobierno campeón intercontinental de los derechos humanos (título que se ganó pese a no haber recibido jamás a ningún organismo hasta 2003) porque no sólo hablamos de Raúl sino de más de 1500 miembros activos desde 1976, que, insisto, informaban a presidentes democráticos y no me cabe ninguna duda de que con la complicidad y anuencia de la organización a la que pertenecían.
¿Es eso la izquierda, una mera runfla de buchones rentados, de idiotas útiles, de filibusteros que se vende al mejor postor? Después de Raúl, del quórum al oficialismo  [1] en contra de su propio mandato de base que han dado una y mil veces, del apoyo a De Vido, ¿a alguien le puede quedar alguna duda? Porque a mí no. Y si a todos nos pasa lo mismo, la próxima sacamos todos una hoja y escribimos dos carillas sobre el tema “la financiación de la izquierda.



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[1] Nota de la editora: La autora se refiere a la sesión del jueves 26 de diciembre de 2015 de la Honorable Cámara de Diputados donde se le dio media sanción a entregarle $ 4.500.000.000 a una concesionaria de Río Turbio que presuponemos testaferros de la familia Kirchner. La excusa era, cuándo no, desarrollar la actividad y darle el 10% del paquete accionario a los trabajadores. El quorum se obtuvo con diputados de izquierda (Del Caño, Bregman, Lozano, Donda, Argumedo). Con inteligencia el Senado jamás trató este proyecto de ley que significaba que el gobierno entrante quedaba obligado a regalarle semejante suma a la familia Kirchner.

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