Tarjetas


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Autora: Hyspasia

Ahora la AFIP obligará al uso de tarjeta de débito.
Años atrás el BCRA prohibió recargar el costo de las tarjetas de crédito y débito al cliente, teniéndolo que asumir el comerciante. Sobre este último punto me explayaré después.
La excusa del número 1 de la AFIP es luchar contra la evasión fiscal. Miente.
Pero entremos por un rato en sus argumentos:
O sea, usa el caballito de batalla de la evasión para conducir a agentes económicos a su redil. No es cierto, no le podemos creer en su sinceridad en la lucha contra la evasión cuando más del 30% de la economía es en negro - gracias a Dios, o esa gente se moriría de hambre - ni cuando en 18 meses de gobierno no se ocuparon de las ventas en ferias (de la cual La Salada es una de ellas solamente), ni de las bocas de expendio de los piratas del asfalto o del contrabando, cuando el contrabando, en particular de telas chinas, sigue intacto, cuando Llambiris sigue libre (sin una sola causa), cuando todos los traficantes de contratos de jugadores de fútbol siguen libres.
Cuando Echegaray sigue libre.
Simplemente, esa excusa suena a vacía. Al gobierno no le interesa, ni le interesó en estos 18 meses, pelear contra los bolsones de evasión o de contrabando.
Entonces, ¿a qué viene este interés de imponer las tarjetas de débito a los pequeños comerciantes que ya sufren el ABL, IIBB, tasas de seguridad e higiene, bromatología, tasas de habilitación, inspectores omnipresentes, etc.?
Bueno, la respuesta la da el mismo burócrata:
Acá hay dos temas:
  1. El negocio de los emisores de tarjetas.
Vamos por partes, como sugería Jack.
Los emisores de tarjetas son los bancos. Y los bancos, desde Alfonsín a hoy, han sido los financiadores de las campañas electorales de los radicales. No sólo de los radicales, pero siempre fieles a los radicales. Éstos han respondido siempre con largueza: el déficit cuasifiscal de Machinea (plan primavera) que enriqueció sus bolsillos, las supertasas de De la Rúa (12% anual en dólares, nuevamente con Machinea) y ahora Sturzenegger pagando los infames y delictivos Futuros, y las LEBACS, todo negoción bancario.
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Sturzenegger y Macri con camisa de
colectivero, sin corbata y con saco arrugado.
No se engañe. Reglamentan en contra suyo.
Recordemos que fueron los radicales los que gerenciaron con Kirchner el cambio de caras en la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que no saliera la inconstitucionalidad de la pesificación de los plazos fijos en dólares. [1]
Pero como si esto fuera poco, el estado obliga, escuchen bien, a desalentar el uso de la moneda de curso legal - el efectivo emitido por el propio gobierno - para usar un dinero que paga peaje a un privado. O sea, burócratas jugando en contra del interés del estado y en contra del monopolio del estado, encareciendo la transacción para beneficio de varios privados (el banco, el tipo que importa el cuchuflito del postnet, la empresa que maneja las transacciones electrónicas, la compañía de teléfono o fibertel que vende la comunicación).
Fíjense a todos los que el estado obliga a alimentar cuando uno paga una latita de caballa.
El negocio para el banco es múltiple:
1. la comisión de la transacción,
2. el uso del dinero, porque el monto de la compra descontadas las retenciones y percepciones de impuesto a los ingresos brutos, cargas sociales y cuanta cosa se les ocurra, le llega al comerciante días después. Aunque pague dentro de la semana, ese dinero lo usó el banco uno o dos días. Gratis.
Abad quiere convencer a los que nunca van a ser convencidos, de que “los van a ayudar”, les van a “regalar el postnet” o una parte - léase que el estado -nosotros- abonará la diferencia. Y tendrán excepciones por un tiempo. Como decían Los Twist: “El primero te lo regalan, el segundo te lo venden”.
Más allá de que el comerciante queda agarrado de por vida  con todos los cargos fijos de conexión. $ 1.400 mensuales de fibertel o arnet o speedy o lo que sea.
¿Por qué están interesados los supermercados?
Porque el comercio que no tiene tarjetas tiene menores costos y puede ser más competitivo en los precios. Una vez más, como hace siempre el Estado acá, en Francia o en EEUU (uno de los puntos de campaña de Trump), introduce regulaciones para dejar fuera de mercado a los pequeños y hacerle más fácil la vida a los grandes.

Las tarjetas
Hace ya muchos años (con Menem o De la Rúa, no recuerdo bien), el BCRA obligó a que los comerciantes no recargaran el costo de intermediación de la tarjeta de débito o crédito al cliente.
Eso está intrínsecamente mal, porque el comerciante y el cliente pueden (según la Constitución Nacional) elegir la forma de pago que crean conveniente y el costo inherente a dicha transacción debe ser tenido en cuenta al momento de seleccionar el modo. Y si el costo lo quiere absorber el comerciante o no, es una decisión comercial que ambas partes deben consensuar.
La reglamentación lo que hace es: esconder el costo de las tarjetas, esconderle al cliente la porción que se llevan (como no desagregar el IVA), que el cliente no sepa de los $ 2.400 de un par de zapatos, cuánto es para el comerciante, cuanto para VISA-SANTANDER-RÍO, cuánto para la Nación (21%) y cuánto para la Ciudad (5%).
Lo que la reglamentación, a pedido de las tarjetas y emitida por burócratas lábiles, hace es: esconderle al cliente el costo de intermediación de la tarjeta, cuánto del sueldo del tipo le queda a VISA o MASTERCARD o AMEX o TARJETA NARANJA.
Lo que hace el banco y su tarjeta de crédito es socializar entre todos los clientes del comerciante el costo de su modalidad de pago.
Al no poder cargar el comerciante el costo de ésa transacción en ésa transacción, reparte el costo de la tarjeta entre todas sus ventas, es decir, entre todos sus clientes. Socializa el costo. [2].
Yo, que pago en efectivo, estoy pagando parcialmente el negocio de VISA y sus bancos representantes.
Y eso ha sido pergeñado entre los bancos, que gerencian las tarjetas, y los funcionarios del Banco Central.
Y todos los funcionarios que quieren obligar al uso del negocio electrónico, agregándome un 3%/5% al costo de los bienes y servicios, para que se privatice el pago, en lugar de usar el dinero de curso legal, atentan contra el interés del estado y actúa a favor de cuatro privados. Y, básicamente, en contra del público. O sea, usted, el que vive en Tres Arroyos o en Nonogasta, yo, todos.

El dinero y la Libertad


Gina Lollobrigida.
Cada uno con su dinero hace lo que quiere.
Hay otro tema que no quiero pasar por alto: el dinero es anónimo. Si pago en efectivo nadie sabe en qué gasté la plata, excepto que yo quiera mostrar el comprobante. Lo gasté en putas, en alcohol, en calaverear con mi amante, en queso de cabra salteño, en salamín de Tandil, en cochinito, en chivito, en torrontés, en aceitunas negras rellenas de morrones, en nafta, en ropa, en carteras. Lo gasto en lo que quiera.
Las transacciones electrónicas son un archivo eterno. Queda registro de qué hice, dónde estuve, cuándo. El gran hermano.
Las cuatro corporaciones socias de los burócratas y los burócratas teniendo información sobre mi intimidad. Cuando quieren.
Porque cuando los burócratas quieren perder las grabaciones de la torre donde vivía Nisman, las pierden, pero eso es otro cantar.
El pago electrónico es dejar nuestra vida en manos de burócratas. Y no debemos permitirlo.
Debemos defender el uso del efectivo con uñas y dientes contra todos estos marxistas disfrazados de capitalistas. Y los bancos, una vez más, no tienen ideología. Fueron monárquicos con las monarquías absolutas, cruzados con los cruzados, revolucionarios con nosotros y Napoleón, capitalistas en el SXIX, y son el gran soporte del socialismo de la Unión Europea hoy. Quizás el principal soporte, más que ninguno otro.
Bueno, que roben prestándole al Estado Francés y ahora al nuestro. Pero que no se metan en nuestras vidas.

Resumen
Atentan contra la libertad de comercio. Atentan contra la libertad de dos agentes económicos a contratar precio y forma de pago libremente.
Atentan contra el pequeño comerciante, agregándole más trabas aún, reduciéndole su rentabilidad y, en definitiva, concentrando el negocio en las manos de los que sí pueden sentarse a negociar con los burócratas.
Los burócratas son los agentes comerciales de los bancos y de su negocio de tarjetas de crédito.
Atentan contra el monopolio del dinero de curso legal, monopolio del estado y dinero gratis.
Atentan contra la economía de las familias encareciéndoles sus compras.

-Para favorecer la concentración de compras en supermercados y cadenas de electrodomésticos e indumentaria,
-Para favorecer a los bancos que gerencian a las grandes tarjetas,
-Para favorecer a las empresas que venden la infraestructura para el pago en tarjetas,
El Estado, una vez más, y sin que intervenga ni el Defensor del Pueblo, ni la justicia, abusa de nosotros.
Sin que nadie ponga un amparo, en contra del pequeño comerciante y del consumidor, dos grupos de personas que no tenemos representante alguno en el Congreso o en el Ministerio Público o en la Justicia. Nadie que vele por nuestros intereses.
El Estado, una vez más, abusa de nosotros.
Esta vez, en la figura de Abad.
También le deseamos los senderos pestilentes.
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Liborio Guarulla, gobernador de Amazonía, destituido por Maduro ilegalmente, lanza maldición sobre el tirano.
Liborio Guarulla, nuestro único héroe, a la fecha.


* * *

[1] El pedido fue de los bancos y el lobby lo gerenció el Coti. Kirchner, habilidoso, lo trasvistió de una gesto pro DDHH, y la prensa, tipo Lanata, se colgaron en la opereta. “La mejor Corte de todos los tiempos”, a pedido del Coti, que lo hizo a pedido de los bancos. ¡Vamos!
De la misma forma que la Cámara de Apelaciones no puede decir que libera a Arce y le da la custodia de los hijos de la mujer que mató por dinero  (porque Arce le dio dinero a los camaristas), o al menos no lo puede poner así en la sentencia y por lo tanto lo viste de “ideología de DDHH o de abolicionismo”, de la misma forma, Kirchner no podía decir: “cambio a los miembros de la Corte Suprema porque van a votar que hay que devolver los dólares de los plazos fijos y los bancos me pusieron X y entonces no lo voy a permitir, cambiemos a los jueces”. Tenía que decir otra cosa que vistiera lo que pasó. Entonces dijo que cambiaba a los jueces de la CSJN porque era corruptos (lo cual es cierto, por ejemplo, sobreseyeron a Macri por contrabando a pesar de que fue condenado en todas las instancias anteriores) y porque no les gustaba la posición de los jueces de la corte respecto a la persecución de los delitos de los agentes del estado durante la dictadura. Ya lo que sí admite - que cambia a los jueces porque no le gusta como fallan - es horroroso. Pero lo que no dice (el negocio bancario), es peor aún. A pesar de ello, hasta hoy, agentes pagos como Leuco o Lanata, siguen hablando de la “Corte de Lujo”.

[2] Ejemplo: Si un comerciante en promedio vende 40% en efectivo, 15% en tarjeta de débito y 55% en tarjeta de crédito, suponiendo que no negree el efectivo - lo que yo haría - entonces, si los costos son: 0%, 1,4% y 3% el costo promedio es 1,875%. El comerciante la hace fácil, le carga 2% a todo. Como además, al 55% de su ventas le inmovilizan el dinero 15 días (1,08%) y le hacen retención de IIBB que Dios sabe cuándo va a recuperar, le recarga un 3% ó 4% a todo y chau. En resumen, para ocultar el costo transaccional de las tarjetas y por lo tanto, para ampliarle las ventas, le recargan un 3% al precio del que paga en efectivo.

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