LA RECONQUISTA


La primera vez que escuché esta canción fue
 por un post de @TodosGronchos, hace años.
Toda vez que la escucho, lloro.

Autora: Hyspasia


El 7 de enero de 1806 el Ejército Británico, al mando de Sir David Baird desembarca en Ciudad del Cabo. Al día siguiente se produce la Batalla de Blaauwberg con efectos desoladores para el ejército holandés. El 9 los ingleses ingresan a Ciudad del Cabo. Durante días luchan contra los granjeros boers y el 18 el gobernador Janssens se rinde ante Beresford.

Desde Ciudad del Cabo zarpa la flota que invadiría Buenos Aires y Montevideo. El 24 de junio de 1806 Beresford intenta desembarcar en Punta Lara con escaso éxito. Al día siguiente, sí, bajan a tierra 1600 hombres, en las costas de Quilmes. Entre ellos uno de los regimientos más profesionales y aguerridos del invasor, el Regimiento 71 escocés. El 27 de junio se rinde la Ciudad de Buenos Aires. La invasión dura cuarenta y seis días, durante los cuales abundaron el pillaje de edificios públicos y casas particulares, la profanación de iglesias, incluso el Convento de Santa Catalina, donde las monjas fueron ultrajadas y robaron todos los enseres de oro y plata (candelabros, crucifijos, etc.) además del tesoro de la congregación.

Algunos sostienen que la invasión se da dentro de la lógica de las guerra española-británica. Napoleón consideraba que ambas invasiones, ésta y la del año siguiente,  1807, formaron parte de las Guerras Napoleónicas. De hecho, (refiriéndose a la segunda invasión) la calificó como la mayor derrota británica en las guerras napoleónicas [1].


Buenos Aires (Ciudad de La Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Ayres) fue fundada con objetivos militares y estratégicos: asegurar el dominio de España en la desembocadura del Río de la Plata e impedir asentamientos holandeses, ingleses o franceses en las costas del Atlántico Sur. Geopolítica.

Ya durante 1805 existían rumores de una invasión inglesa. Navíos de la corona española avistaron una armada inglesa en las costas de Brasil (donde se aprovisionaron, Portugal e Inglaterra son aliados de vieja data), pero finalmente esa flota fue a Ciudad del Cabo. El Virrey Sobremonte se cansó de pedir refuerzos a la Corona, sin ningún resultado. El ejército colonial estaba relativamente diezmado en Sudamérica tras la revuelta de Tupac Amaru y de todas formas la Corona focalizaba sus esfuerzos en el Caribe para garantizar el comercio desde Nueva España y Perú a Cádiz [2].


A lo que voy es que nosotros, los del Virreinato del Río de la Plata, nacimos por un interés geopolítico.


LA RECONQUISTA



La cuestión es que luego de días de ocupación, la población se organizó en milicias, Álzaga proveyó el dinero para la compra de armamento (contrabando probablemente holandés), Liniers cruzó desde la Banda Oriental con un pequeño ejército que recaló en Las Conchas (Tigre) al que se sumaron civiles. Sobremonte mandó tropas desde Santiago del Estero y desde Tucumán al mando de Santiago Alberdi.
El 12 de agosto se produjo un batalla campal por las calles de Buenos Aires, donde murieron más de 300 milicianos. El 20 de agosto Beresford capitula.


Lo más interesante se produce después. Los vecinos y las autoridades, convencidos de que los ingleses iban a volver, organizan a toda la población civil en milicias. Todos los varones desde los 15 a los 60 años, de todas las condiciones, libres o esclavos, son dados armas, instrucción militar y una pequeña paga. Ése es el verdadero mito fundacional de la Argentina, el hecho que da confianza en sí misma a una pequeña población de 35.000 almas en lo que eran los confines del reino.

Al año siguiente la población civil armada y entrenada junto a una pequeña guarnición profesional derrota a un ejército de 14.000 soldados en lo que Napoleón calificó de la peor derrota británica en las guerras napoleónicas e hizo considerar a Buenos Aires como una base prospectiva en caso de poder avanzar hacia América, objetivo que pretendía luego de afianzarse en Europa, lo que no sucedió. Es más, luego de la derrota, oficiales napoleónicos vinieron a toda América, algunos se establecieron en Buenos Aires y se sumaron a las Guerras de la Independencia. Parte de esto lo describí en FERNANDO VII.

Esa seguridad es lo que hace declarar el 9 de Julio de 1816 nuestra independencia de la Corona de España y de toda otra nación extranjera. No nacimos para ser vasallo de nadie. O eso creímos.


* * *


Nosotros hemos estado ocupados y hemos organizado una Reconquista. Mucho cambió de entonces ahora. Antes había personas con sentido de pertenencia y además, estaba muy claro que había un ejército invasor (como no estarlo si cinco forajidos entran a tu casa, roban todo y violan a todas las mujeres).
En DERROTADOS expuse mi tesis de que Argentina es un país intervenido por la socialdemocracia (no invadido, gran diferencia, porque en apariencia somos soberanos).


Pero a los ejércitos invasores se los puede echar y a los interventores, también.



* * *


¿Qué tenemos, qué no, con qué contamos, con qué no, cuántos somos, cómo podemos organizarnos sin que nos saboteen?


Por lo pronto, somos muy pocos los que tenemos conciencia de estar intervenidos. La gran mayoría o está conforme con el estado de cosas o le achaca a males endógenos las desventuras actuales.


La totalidad de la oferta política es socialdemócrata, de subordinación ante Brasil, desindustrialización, desmantelamiento de las Fuerzas Armadas, soporte al clientelismo (planes sociales), endeudamiento, altos impuestos, destrucción de la educación, salud precaria, inseguridad zaffaroniana y despojo de riquezas naturales (Mar Argentino, minería, petróleo, comercio de granos y oleaginosas). En el mejor de los casos hay diferencias de matices.


El año pasado, en agosto, con las multitudinarias marchas contra el aborto en cada ciudad y la mayor en la 9 de Julio en capital, se mostró que hay un pueblo que quiere otra cosa y que es impermeable a la agenda de los gobiernos y de la socialdemocracia europea. Mi sospecha es que somos más, pero no tenemos representación política. Indemostrable.


Quedó claro en la votación de Diputados y Senadores, respecto al aborto, que hay representantes (radicales, del PRO, del FR y del PJ) que no aceptan el 100% de la agenda de la Intervención, que votaron contra la legalización del aborto. Veremos qué hacen los partidos políticos al conformar las listas ahora en el 2019, si van a eliminar a los antiaborto de las mismas o no. Por lo pronto Unidad Ciudadana y el PJ en Santa Fe van a presentar candidatos abortistas para el Congreso de la Nación.


Estamos en la situación de que el Pueblo piensa una cosa  y los representantes otra. No es original de la Argentina. Es lo que sucede en Europa, que quedó muy claro con el #Brexit: las autoridades de ambos partidos en contra y el pueblo votando contra los dirigentes.


Pero “el sistema”, (the establishment” como dice Farage), o las “élites”, como dice Laura Ingraham, controlan todos los resortes. Que en este caso serían los mecanismos de selección de los representantes y los funcionarios que colocan en el poder ejecutivos y los magistrados. Todos deben dar en algún momento muestras de domesticación.

De aceptar el credo de las élites. De subordinarse al orden establecido.

Los pretendientes a magistrados deben demostrar públicamente su adhesión a la doctrina abolicionista, los legisladores aprobar todo sin discutir demasiado (por ejemplo como hicieron con la ley CELS de inmigración en el 2003 o con el nuevo código civil en 2015), los miembros del ejecutivo van mostrando paso a pasa su predisposición para sostener el status quo. Lousteau es un ejemplo: presidente del BAPRO (¿qué antecedentes tenía? ¿quién le banca la carrera? ¿quién es el financista?), luego asumió como ministro de Economía con un objetivo, que no sabemos si logró o no, luego fue candidato por el radicalismo a la ciudad y todo así. Lo mismo podemos decir de Garavano: miembro de una agrupación que recibió financiación del Departamento de Estado de EEUU y del Foreign Office, entró como Procurador de la Ciudad. Demostró su adhesión al gerenciar el traspaso de la jurisdicción del delito de usurpación de propiedades desde la Nación a la Ciudad para el distrito capital. Se ocupó de que el delito no fuera perseguido, lo que queda demostrado con las miles de casas usurpadas. Esto en concordancia con la ley de inmigración CELS, el plan internacional de movimientos migracionales y la tolerancia a territorios tomados (enclaves) que son las villa miseria sobre terrenos públicos. Fue premiado con ser Ministro de Justicia de la Nación. Hoy sigue demostrando, día a día, su adhesión al plan general socialdemócrata: militares presos con ocho o nueve años de prisión preventiva, fortunas de donaciones a los grupos socialdemócratas de pseudoderechos humanos, banalidades varias como “Argentina Afro”.

A lo que voy es que no importa que estén Nosiglia/Gil Lavedra, Corach, Storani, Nilda Garré o Garavano, es indistinto: la agenda es exactamente la misma.


Último ejemplo: Durante el gobierno de Alfonsín unos guerrilleros tomaron por asalto al Regimiento de La Tablada. Jamás se investigó la veracidad de las reuniones entre Gorriarán Merlo y Gil Lavedra días antes del hecho. Décadas después, Duhalde indulta a los guerrilleros. Hoy tenemos una denuncia de uno de los guerrilleros contra ¡los militares que defendieron el regimiento atacado! ¡Estamos locos! Uno de ellos, héroes de Malvinas, Nani. Todo esto bajo Garavano. Total continuidad de la agenda socialdemócrata y antimalvinera.


A lo que voy, luego de todo este lío, es que existe un mecanismo de selección de los funcionarios públicos. Si demuestra adhesión, mejor aún, adhesión abyecta al sistema de intervención, hacen carrera.


¿Con qué contamos y con qué no? No tenemos conciencia de nosotros mismos como grupo (como le pasaba a los británicos previo a la campaña del #Brexit, ver la película de HBO) y no sabemos cuántos somos. Yo sostengo que somos mayoría pero por ahora no lo puedo probar. Estamos desorganizados. Desorganizados totalmente. Ni siquiera una organización de base celular.


Sin embargo con la discusión por el aborto dijimos:
  1. Acá estamos.
  2. No nos vamos a callar.
  3. No hay líderes, no hay jefes. Todos los que hay nos traicionaron, pero vamos a dar pelea.
  4. Ganamos.
  5. Somos inspiración para el mundo.
Esta es una pequeña batalla. Estamos a años luz de desactivar la agenda socialdemócrata y de imponer la nuestra. A mano alzada diría que hay que tener algunas líneas directrices, no más de 10. Hacer como hicieron los ingleses con el #Brexit, apelar a la tradición y a la propia historia al momento de elegir qué es importante y qué no y decir "quiero volver a este carril que está compuesto de 1), 2)...10)". 

Hacer un trabajo hormiga de reconocer a los propios. Estoy convencida que en juzgados, fiscalías, institutos de estudios, recovecos de la buracracia, escondidos en la docencia, dedicados únicamente a ganarse el garbanzo, hay miles de personas que saben qué tiene que hacer la Argentina para re-emprender el camino de una gran Nación. Que saben distinguier entre lo que está bien y lo que está mal. (Sodomizar niños está mal, matar y robar está mal, recibir dinero para cerrar una causa o dar un contrato a X está mal, comprar con sobreprecio está mal, esas cosas). Empezaría por ahí.


¿Cómo debemos organizarnos para que no nos infiltren ni saboteen? No lo sé. Escucho ideas.

* * *

Agradecemos la difusión del presente artículo:  

* * *

[1] "La Independencia Argentina", De la fábula a la Historia, por Emilio Ocampo, Editorial Claridad, Buenos Aires, 2016.
[2] El 5 de octubre buques ingleses atacaron barcos de pasajeros y mercantes cerca de Cádiz. Mandaron a pique a uno de ellos donde viajaban la madre y hermana de Carlos María de Alvear, hecho que Don Carlos María, razonablemente, jamás perdonó tal cobarde afrenta. En el libro de Ocampo citado en [1]. 

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