TIRANÍA

Autora: @Hyspasia



Oíd, mortales!, el grito sagrado:
¡Libertad!, ¡Libertad!, ¡Libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta en la faz de la tierra
una nueva gloriosa nación.
Coronada su sien de laureles,
y a sus plantas rendido un león. (bis)

Himno Nacional Argentino, fragmento, 1812.


"Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América,
reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas, y cada una de ellas, así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, baxo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama [1]. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración."

Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata;

San Miguel de Tucumán, 9 de julio de 1816.


CUBA Y VENEZUELA


Venezuela me parte el corazón. En realidad es como Cuba, con cuatro sátrapas abusando de un pueblo vulnerable e inerme.
Pero existen matices.
Cuba es una monarquía absoluta. Es la continuidad de los Borbones, en el orden práctico y en el orden ideológico y simbólico. El marxismo es una simple máscara. La realidad es que Cuba es una monarquía absoluta, los Borbones redivivos.
Cuba es el único país de la América Española que no participó de las luchas de la Independencia y siempre se mantuvo fiel a su amo, el Rey. La desvinculación de Cuba con la Corona no fue a instancias de Cuba sino que el Rey la vendió a EEUU (ya habían vendido La Florida y Puerto Rico [2]). Por oposición interna esta tercera venta se tuvo que disfrazar de una pseudoguerra arreglada (que le costó la vida a más de 200 soldados españoles) y ese estado pseudoindependiente cubano. Cuba siguió conectada con España de infinitas maneras. Continúa aún hoy.


A lo que voy es que las ideas de libertad que tuvimos bien o mal en el Continente, reflejadas en la Constitución de Cádiz de 1812, la Asamblea del Año XIII en Buenos Aires y la Declaración de la Independencia en 1816, jamás pasaron por los cerebritos de los cubanos. Simplemente jamás les picó la vacuna de la Libertad. Nunca.
Fueron y son fieles súbditos de la monarquía absoluta. Más que la propia España.

Los edificios donde no vive la élite que gobierna
Cuba.

Venezuela, por el contrario, fue una luchadora por la Libertad, tanto como lo fuimos nosotros. Esta destrucción ideológica, impensada, es un retroceso a los tiempos de Carlos III y Fernando VII que nunca, ninguno de nosotros, jamás hubiera creído posible: que la población, mansamente, acepte que una persona sea amo y señor de su hacienda (propiedad), de sus vidas y de su dignidad. No dejo de sorprenderme.

La otra razón por la que siento distintas emociones respecto a Venezuela y a Cuba es que el desastre de Cuba ocurrió y se estabilizó antes de que yo naciera. Crecí con Cuba siendo lo que es hoy: una gran mentira. Prometieron una revolución para que sus mujeres no fueran las putas de los turistas y hoy todos viven de las putas de la familia. No se me ocurre un mayor indicador del fracaso enorme que ha sido esa desgraciada “revolución”. Maldigo a todos los pseudo revolucionarios pseudo liberadores que condenan a su pueblo a la miseria y a la sumisión. Pero aún así, crecí sabiendo todo eso. Es terrible. Pero es como la pobreza de Zaire. Es un dato.

Distinto es el caso de Venezuela. Vimos cómo ocurría delante de nuestros ojos. Y no fue una revolución de un día para otro. Vimos como día a  día los ciudadanos fueron perdiendo uno a uno sus derechos, su libertad, su dignidad, su dinero, su patrimonio hasta convertirse en lo que son: siervos de una oligarquía violenta, inescrupulosa y cruel.


HOMENAJE


Brindo aquí públicamente mi homenaje al Pueblo de la Nación Argentina, quien vio el peligro de terminar como Venezuela vía Zannini (Scioli era un títere a ser revoleado rápidamente) y no quiso. El Pueblo Argentino dijo "no". "A nosotros, no".
El pueblo argentino es tremendamente conservador y de derechas en algunas cosas, lo demostró en el ‘73-’74 cuando el Presidente de la Nación le pidió que no se plegara a la aventura marxista y la combatiera a como diera lugar y el pueblo se encolumnó detrás de la consigna presidencial. El marxismo nunca logró penetrar en el corazón del pueblo argentino, no sé por qué, pero no lo logró.
Y ahora, a principios del SXXI, con el socialismo en auge en Sudamérica, con socialistas que -literalmente- manejaron fortunas de dinero nunca vistas que les permitieron comprar voluntades, alianzas, prensa, artistas, efectuar fraudes en elecciones, comprar jueces, sin embargo no conquistaron el corazón del pueblo argentino. Curioso.
Digo que fue el pueblo el que rechazó la oferta Scioli-Zannini, que iba a seguir el camino hacia Venezuela y no los políticos argentinos. No fueron los políticos argentinos los que rechazaron la propuesta. Es más, todos los partidos (PRO, Coalición Cívica, Radicalismo, con la excepción del FR) apoyaron la reforma del código penal de Zaffaroni/Slokar/Carlés. Todos los partidos aceptaron este código civil colectivista.
Ningún político argentino entendió, como sí lo entendimos nosotros, qué se jugaba. La clase política se limita a querer tener su turno para robar y usar una parte del botín para perpetuarse. No hay más. En ninguno.
Sin embargo el pueblo sí tiene muy en claro qué está bien, qué está mal, y no se come el chamuyo “progre”.
Tenemos un pueblo mucho más avanzado y preclaro que toda la dirigencia política del país. Eso es bueno por un lado: tenemos un pueblo con personalidad y es el resguardo de la Nación. Y es malo por el otro, porque nadie puede liderar el próximo paso que debemos dar, que es volver a la senda de la sensatez y la prosperidad que abandonamos en 1975 y con mayor virulencia en 1983. Fue nuestro pueblo, fuimos nosotros, los que no sólo fuimos a votar el 2015 para echar al socialismo SXXI (los amigos de Bergoglio, Obama, Hilaria, Macron, Merkel y toda esa murga), sino que fuimos a fiscalizar, entendiendo que si nos dormíamos, éramos billetera.

Ahora quieren que nos desarmemos. La socialdemocracia ya rompió la educación argentina (la mejor del continente por un siglo), rompió la salud, la justicia y la seguridad. El próximo paso es dejarnos desnudos, sin nuestras armas. No dejemos que estos socialdemócratas amarillos nos vuelvan indefensos frente a cualquier tirano que pueda venir.
Y como el caso venezolano demuestra, la tiranía puede estar a la vuelta de la esquina.


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[1] "...baxo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama...", los congresales garantizaron con su vida, su fortuna y su buen nombre esta solemne declaración. Me emociona. Pusieron TODO en juego.
[2] La versión del lado de EEUU es un poco distinta. Tomé la que es común entre los historiadores españoles.Más allá de los detalles de uno y otro bando, todos coinciden en que la Independencia de Cuba no fue un proceso endógeno de la población de la isla sino algo determinado por EEUU y España, cualquiera sea la forma en que hayan resuelto el conflicto.

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