VOCACIÓN DE POBREZA

 

Pasamos por la picadora de carne al exitoso, no sea cosa que se haga millonario por derecha y se convierta en ejemplo virtuoso.


Autor: Juan Martín Perkins  



Hace un par de años leí una editorial que se le atribuía al Washington Post sobre los argentinos y nuestra preferencia por la pobreza.

No sé si era auténtica y correspondía a esa fuente, pero era muy precisa. Sin duda fue escrita por alguien que nos conoce muy bien.

Recuerdo que decía, por ejemplo, que el argentino no vota kirchnerismo de buenos o malos modales “a pesar” de su política económica, sino “por” su política económica.

Tampoco vota kirchnerismo a pesar de que sean corruptos…pues comparte aquella máxima de Néstor que decía: “para hacer política hay que tener plata”. Y yo agregaría: Tanto comparte la idea, que da licencia para robar a mansalva… total, roban pero comparten y reparten.

Esta lógica, es una pauta cultural muy difícil de revertir porque el populismo pobrista la fomenta.

El final es conocido… ¿La tuya la tenés en el banco? Cruzá los dedos.

Pero nuestro problema no es económico… Es psicológico, se trata de salud mental.

Vivimos en permanente conflicto porque perdimos la conciencia de causa-consecuencia.

La mayoría de los argentinos en conflicto, kirchneristas y los que se dicen no kirchneristas, preferimos vivir en la pobreza. 

No lo admitimos, pero nuestros dichos y actos conducen a ella a sabiendas… y no hacemos nada para modificar nuestro destino.

Somos una sociedad militante, opositora a la riqueza. Siempre estamos en pie de guerra contra la riqueza desde las cátedras, las tribunas, los púlpitos, el arte y todas las manifestaciones culturales. 

Pasamos por la picadora de carne al exitoso, no sea cosa que se haga millonario por derecha y se convierta en ejemplo virtuoso.

Esos son los que verdaderamente nos molestan, los que la hacen por derecha, porque con los otros, los políticos corruptos y ladrones, los empresarios prebendarios o contratistas del estado, funcionarios coimeros, etc, no tenemos ningún problema, es más, los admiramos como cultores de la avivada criolla.

Por ejemplo, en el sector agropecuario, siempre estamos acreditando condiciones de pobreza. Nos identificamos sólo como pequeños o medianos productores, como si fuera una deshonra ser un estanciero.

Así es en toda la actividad privada culposa y vergonzante, la virtud llega solo hasta la dimensión PIME… toda empresa que sea más grande se convierte en un demonio opresor.

Jorge Bergoglio, es quien mejor expresa la esencia de este trauma tan argentino cuando dice: “el dinero es el estiércol del diablo”.

En resumen y pasando en limpio, no molesta la fortuna mal habida del corrupto.

La que provoca resentimiento y es resistida socialmente, es la riqueza del que tuvo éxito material en la vida gracias a su trabajo, esfuerzo, mérito e inteligencia. Ese personaje debe ser envidiado, maldito y destruido.

Así es como se genera cada vez menos riqueza y más pobreza.

Estamos todos felices por derrotar a la riqueza para ser todos igualmente felices y pobres en el estado más sublime del ser humano: “la pobreza tolerable igualmente distribuida”.

Mientras este complejo severo no sea extirpado del alma argentina, no tendremos solución.

Nadie vivirá mejor adorando vivir peor.

Al final, enfermos de idiotez en el pobrismo, descubriremos que los millonarios, grandes empresarios y estancieros creadores de riqueza, nunca mueren ni se funden, se mudan a Uruguay.


Juan Martín Perkins.

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