LOS BANCOS CENTRALES TENDRÁN QUE EMITIR SU PROPIA CRIPTO MONEDA
Por Stephen Hazell-Smith
También conocido como "City Grump". Recientemente publicó “The City Grump Rides Out”, Editorial Matador Books.
Nota original: https://reaction.life/central-banks-will-have-to-issue-their-own-digital-currencies/
Traducción Hyspasia. De repente el término técnico, Blockchain, es una papa caliente para los bancos centrales. Sorprendentemente, no es un elemento de tortura usado en el sistema penitenciario de los Estados Unidos, sino, de hecho, la tecnología que Facebook dice que usará para encender su proyecto de lanzar una moneda digital global llamada Libra.
La audaz declaración de Facebook de que pronto sus 2.400 millones de usuarios junto a 1.700 millones de ciudadanos no bancarizados alrededor de todo el mundo podrán aprovechar su moneda Libra dentro de Blockchain para comerciar y cancelar obligaciones le dio espasmos a todos los cognocesti en el mundo de las finanzas, para decirlo de alguna manera. Y algunos de ellos están horrorizados. Patrick Jenkins, el eminente editor de finanzas del Financial Times, pasó al ataque, remarcando: "Como con cualquier promesa por parte de una compañía de U$S 550.000 millones de valor y con 2.400 millones de usuarios y un récord irregular en su seriedad ética, hay buenas razones para dudar de los motivos de la empresa. Sí, las tradicionales compañías de servicios financieros son a veces culpables de presentar cargos exagerados. ¿Pero puede confiarse que Facebook sea una revolucionaria de buen corazón y buenos propósitos?". Y en el caso de que sus lectores no hayan recibido el mensaje alto y claro continuó con una cita digna del Día del Juicio Final, del profesor Scott Galloway (NY) quien advirtió: "primero logras control de los medios de comunicación...luego control del dinero...luego control de las fuerzas armadas". Jenkins concluye: "Causaría alarma ver a la moneda de Facebook convertirse en la moneda instalada del mundo, dadas la cantidad de dudas sin respuesta sobre contabilidad, control y rendición de cuentas. El Sr. Zuckerberg puede no parecer un monstruo con sus remeras y sus zapatillas, pero sí, cual Frankenstein, puede haber creado uno".
El lenguaje puede ser alarmista pero el mensaje no cayó en saco roto para los bancos centrales. Si a Facebook le permiten tener éxito entonces los países pueden perder el control monetario de sus sistemas en manos de los Nuevos Dioses de Silicon Valley.
Antes de que examine qué puede pasar déjenme explorar un mito. Las crypto monedas como Bitcoin son, literalmente, un mundo aparte de la Libra de Zuckerberg. Sí, Bitcoin usa Blockchain como la tecnología que le permite funcionar pero es un Blockchain abierto, lo que quiere decir que cualquier puede sumarse. Libra es lo que se conoce como una Blockchain de tecnología cerrada y que por lo tanto opera sólo entre determinados grupos identificados. En otras palabras la moneda Libra será controlado por sus socios operativos. Bitcoin es controlada por nadie, lo que, por supuesto, es el gran atractivo para algunos de nosotros con espíritu libre.
¿Cómo harán entonces los Grandes Sacerdotes de las Finanzas Centrales para parar a Zuckerberg y otros imitadores que andan girando con sus cucharas monetarias en la mano? Creo que la respuesta es obvia. Los Bancos Centrales necesitan emitir su propia moneda digital. Concordantemente, cuando uno se enfrenta a la opción de usar una moneda digital ofrecida por una organización con una reputación tan cuestionable como la de Facebook o una emitida por La Vieja Dama de la Calle Threedneedle (Banco de Inglaterra), garantizada por el gobierno, ¿cuál elegiría usted? Es más, esta semana Agustin Carstens, que dirigeel BIS (Bank for International Settlements) que es conocido como el banco central de los banqueros, hizo saber que apoyaría los esfuerzos de los guardianes de las políticas monetarias tradicionales si crearan una versión digital de las monedas nacionales. Haciéndose eco del profesor de Nueva York, Carstens sostuvo que las monedas impulsadas por grupos tecnológicos pueden "rápidamente establecer una posición dominante en las finanzas globales y presentar una potencial amenaza a la competencia, estabilidad y bienestar social".
Hay, por supuesto, otros beneficios en tener moneda digital emitida por los bancos centrales de los cuales los bancos no quieren hablar. Por ejemplo, si el Banco de Inglaterra deja de emitir papel moneda y sólo emite moneda digital, entonces, de un día para otro la economía en negro que no paga impuestos desaparecería y lo mismo sucedería con el lavado de dinero. ¿Por qué? Porque todas las transacciones digitales son traceables mientras que si doy £200 en crujientes billetes de £20 no lo es. Aquí surgen importantes preguntas sobre la privacidad pero dado el crecimiento de la generación millennial que parece feliz en permitir a otros que vean inmensa cantidad de datos sobre ellos, pareciera que este tema de la privacidad ya es una causa perdida.
¿Cuál serían las trampas para el Banco de Inglaterra y sus compañeros de viaje? Una es que los bancos centrales no tienen los conocimientos de sistemas y de tecnología para manejar grandes volúmenes de movimientos digitales grabados, pero eso se puede adquirir con el tiempo. Estoy seguro que ex empleados de Mastercard o Visa estarían muy felices en asistirlos.
La pregunta mucho más gran es: ¿El dinero electrónico emitido por los bancos centrales y garantizado por los gobiernos disponible para el uso de individuos y negocios puede ser transferido desde los bancos comerciales a, en nuestro caso, el Banco de Inglaterra, y puede ese movimiento desestabilidar el sistema bancario actual y de tal forma reducir su habilidad de prestar dinero, por lo tanto, bajar el nivel de actividad? (*). Mi respuesta tiene tres caras. Primero, el gobierno de Gran Bretaña ya garantiza todos los depósitos hasta la suma de £ 85.000 por depósito, así que ¿para qué transferirlo? Segundo, si aún así tenemos miedo de que grandes sumas de dinero sean transferidas podemos poner una tasa de interés negativa para mantener dinero en el Banco de Inglaterra. Y tercero haríamos bien en recordar que actualmente el 85% de los depósitos son reciclados como préstamos al sector financiero que está colocado en su mayoría en hipotecas. Sugiero que si el punto 1 y 2 fallan en evitar que algunos depositantes muevan su dinero al Banco de Inglaterra, la resultante caída de los absurdos niveles de inflación en el precio de la vivienda no es algo malo en el largo plazo.
Podrá tomar un tiempo aún que el sucesor del Sr. Carney tome velocidad crucero pero si los bancos centrales quieren mantener el sistema financiero en sus manos mejor que empiecen cuanto antes la ruta digital.
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Nota de la Traductora:Ése problema no existe en la Argentina ya que los créditos a familias y negocios es mínimo por parte de los bancos comerciales. Los bancos se limitan a darle dinero al estado, el gran acreedor.
El problema en la Argentina, y no sólo en la Argentina, es un banco central que no rendiría cuentas sobre el dinero emitido y el gran riesgo de que emita dinero electrónico - hoy lo hace - para financiar al estado.
Los problemas de los británicos resultan, ante unos gobernantes primitivos como los nuestros, notoriamente sofisticados.
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Versión original
Central banks will have to issue their own digital currencies
BY STEPHEN HAZELL-SMITH / 3 JULY 2019
Suddenly the technical term, Blockchain, is a live issue for central banks. Surprisingly it is not actually a punishment used in the United States penitentiary system, but it is in fact the technology Facebook say they will use to power their bid to launch a global digital currency to be called Libra.
Facebook’s audacious claim that soon their 2.4 billion users together with many of the 1.7 billion “unbanked “ citizens around the world will be able to take advantage of their Blockchain enabled Libra currency to trade and settle transactions has, understandably, got the financial cognoscenti all of a twitter, so to speak. And some even are outraged. Patrick Jenkins, the eminent Financial Editor of the Financial Times, went on the attack, remarking: “As with any pledge by a $550bn company with 2.4bn users and a patchy record of trustworthiness, there is good reason to doubt the company’s motives. Yes, established financial services companies are sometimes guilty of gross overcharging. But can Facebook be trusted to be a benign revolutionary?” And just in case his readers hadn’t got the message loud and clear he went onto produce a doomsday quote from a New York professor, Scott Galloway, who warned “ first you get control of the media…then control of the money… then control of the military”. Jenkins concludes: “It would be alarming to see the Facebook coin become a default currency of the world, given the unanswered questions around accountability and control. Mr Zuckerberg may not look like a monster in his T-shirts and trainers, but, in true Frankenstein form, he might well have created one”.
The language may be alarmist but the message is not lost on central banks. If Facebook is allowed to succeed then control of their countries’ monetary systems could be lost to the new Gods on the block down in Silicon Valley.
Before I examine what should happen let me explode one myth. Crypto currencies such as Bitcoin are, literally, a world apart from Zuckerberg’s Libra. Yes, Bitcoin uses Blockchain as the enabling technology but it is an open- ended Blockchain, which means anyone can join in. Libra is what’s known as closed-ended Blockchain and as such it operates between defined identified user groups. In other words the Libra currency will be controlled by its operating partners. Bitcoin is controlled by no one, which of course is its appeal to some of the more free-spirited amongst us.
How then do the high priests of central finance stop Zuckerberg and other imitators running away with their monetary spoons? I believe the answer is obvious. Central Banks need to issue their own digital currencies. Accordingly, when faced with the choice of using a digital currency offered by an organisation with the questionable reputation of Facebook or one issued by the Old Lady of Threedneedle Street, guaranteed by the Government, which one would you chose? Indeed, this week Agustin Carstens, who heads the BIS, which is known as the central bankers’ bank, let it be known that he supported the efforts of the world’s traditional monetary guardians in creating digital versions of state currencies. Echoing that New York professor, Carstens said coins backed by tech groups could “rapidly establish a dominant position in global finance and pose a potential threat to competition, stability and social welfare.”
There are of course other benefits from central bank digital currencies that the powers that be don’t like to talk about. For example, if the Bank of England did away with issuing the folding stuff and just went digital then overnight the tax-avoiding black economy disappears and also, probably, most money laundering as well. Why? Because all digital transactions are traceable whereas if I give £200 in crisp £20 notes that is not. Here important questions of privacy arise but given that the rising millennial generation seems quite happy to allow others to see vast amounts of data on them already then maybe this aspect of privacy is already a lost cause.
What are the pitfalls for the BoE and its fellow travellers? One is that central banks don’t have the technological expertise to handle high volumes of recorded digital movements but that is acquirable over time. I’m sure the likes of ex- employees of Mastercard or Visa would be happy to assist.
The very much bigger question is – would central banks making government guaranteed digital currency available to individuals and businesses mean that a vast wave of deposits move from high street banks to, in our case the BoE, destabilise the current banking system thereby reducing their ability to lend and thus curtailing economic growth? My answer is threefold. Firstly, the UK government already guarantees all deposits to the tune of £85k per deposit, so why move? Secondly if we are still worried significant deposits will move then we should put in place a negative interest rate for holding deposits at the BoE. And thirdly we would do well to remember that currently 85% of deposits are recycled as loans to the financial sector of which the vast majority is in mortgages. I would suggest that even if one and two fail to deter some depositors moving to the BoE the resultant dampening down of the absurd levels of inflation in house prices would be no bad thing in the long run.
It may take a while yet for Mr Carney’s successor to go full steam ahead but if they want to keep the financial system in their hands they had better get started down the digital road soon.
Stephen Hazell-Smith, otherwise known as the City Grump, has recently had his “The City Grump Rides Out” book published by Matador Books.