FLUGALOO: RECUERDOS DEL FUTURO
Mi consejo, prepárense para lo peor, esperen lo mejor y compren balas
Después de mucho insistir la editora me hizo sentar a escribir lo q para muchos sera hoy un recuerdo del futuro, les voy a contar en primera persona los saqueos de Córdoba en la huelga policial de 2013.
Noviembre en Córdoba no tiene nada de particular, viento, tierra volando, y la esperanza de la primera lluvia que aplaque el guadal.
Hacia poco que había llegado a la provincia desde CABA y la verdad es que notaba la diferencia en el ambiente con la sensación de seguridad. No había (ni hay) salideras, no había entraderas, la apertura de los bancos esta prolijamente custodiada todas las mañanas 7 A.M. con un patrullero, controles con cacheos aleatorios por la calle.
Sí, algo que no se ve en CABA ni PBA desde hace por lo menos 20 años, una patrulla y los dos ocupantes de una moto con las manitas sobre el capot y sus efectos desparramados, me hacia sentir en USA o en 1976 cuando vivíamos seguros.
Controles automotores en puentes y sobre todo a motos, ya que el primer delito es el arrebato y la apretada en paradas de colectivo.
Había mal ambiente desde mediados de mes por los sueldos de la policía, manifestaciones de esposas frente a la central de policía sobre la Avenida Colón, durante por lo menos 3 oportunidades, mensajes telefónicos y caras de culo en los patrulleros.
El gobierno estaba muy al tanto, pero en la soberbia del fallecido gallego DLS que manejaba de taquito toda la provincia, hizo que se le escapara la tortuga.
Mientras paseaba por Centroamérica, el 3 de diciembre el turno noche del CAP, Comando de Acción Preventiva, que comprende los destacamentos de patrulleros por zonas, se negó a tomar servicio y a salir a las calles con los patrulleros.
Mas hacia las 6 A.M., se sumaron las esposas de los efectivos bloqueando la salida de lo que el “humor” cordobés bautizó como CAP: “cuatro al pedo”.
Hasta el mediodía se pudo decir que la vida continuó normalmente. Cerca de las 13 horas a la vuelta de mi casa, (son 6 casas en toda la manzana), empieza a sonar una alarma.
Mi vecino me llama y me pide que me acerque a ver si había pasado algo o era una falsa alarma, les recuerdo pleno mediodía de un día soleado.
Camino y me encuentro con la puerta de entrada pateada y la alarma sonando. Preparado para la contingencia me asomo y no veo a nadie, la alarma los había espantado, pero se ve que eso surtió efecto por un rato.
Ya para las cuatro de la tarde, la ciudad entraba al caos, los canales locales casi en cadena, mostrando corridas y saqueos, comerciantes atrincherados y otros que vaciaban sus locales a toda máquina para salvar algo.
La noche fue distópica: locales incendiados, disparos, corridas de motos y vecinos armados hasta los dientes. Duró toda la noche completa, recuerdo claramente un “nero culeado” corriendo por la Avenida Colón y Sagrada Gamilia, zona que yo llamo laundry money alley (*), con un carrito de bebé perseguido por dos custodios privados a los escopetazos.
Mientras la política, con la viuda y su empleado el gitano Capitanich se daban el lujo de despreciar la vida y los bienes de 3 millones de argentinos, negando la ayuda que por Twitter reclamaba el gobernador.
La ciudad a la mañana siguiente parecía Saigón en la ofensiva del Tet,
Barricadas, gente armada y encapuchada defendiendo sus comercios, humo, incendios sin atender, hospitales desbordados de heridos y una sensación inédita: estabamos solos por la nuestra.
Es difícil poner palabras al estado de ánimo de la gente: desazón, bronca, odio de clase, estupor, indignación.
Todo fue pobres contra pobres. Las dos zonas donde los destrozos fueron más notorios, justamente, fueron barriadas populares de laburantes. Los hijos de estos laburantes salieron a robar. No eran importados. Robaban en su barrio y orgullosos posteaban en FB sus hazañas de “altos choreos” de la noche anterior.
Argüello y Barrio San Vicente eran lo mas parecido a Beirut que haya visto, cosas rotas tiradas por la calle, basura, escombros, vidrios por donde mires en el piso.
¿A que viene hoy que les recuerde esto?, es que va a volver a pasar. Soy pesimista. La sociedad argentina esta rota, destrozada, sin valores y a las puertas de una guerra civil.
El flugaloo (TM @atuviejalegusto) va a estar feo. El gobierno, no es sorpresa, se muestra paralizado, incapaz de tomar una medida y sostenerla. Hacen cuentas sin considerar que los muertos no tributan.
Tomen conciencia, nada va a ser como antes, nada va a ser como lo conocemos, nada de nada.
Mi consejo, prepárense para lo peor, esperen lo mejor y compren balas.
Nos vemos del otro lado.
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Nota:
(*) La zona de Sagrada Familia y Colón esta llena de concesionarias top de autos, Porsche, Audi, BMW, Alfa Romeo, Mercedes Benz, Ducati, Honda, Suzuki, DS, y de las tradicionales Ford Fiat Chevrolet y WW todo en menos de 5 cuadras.