PICHICHI


Autor: Juan Martín Perkins   


Hoy llego tarde con la columna. Tenía una idea formada en la cabeza y pensé que llegaría ante el teclado y todo fluiría rápidamente. Pero cometí el error de echar un vistazo a los portales de noticias y todo volvió a ponerse patas para arriba.

Es fija, siempre la realidad supera a la ficción en la Argentina.

Creo que el origen de todas nuestras calamidades, proviene de lo limada y devaluada que tenemos nuestra idea o concepto de propiedad privada. Por eso es tan fácil saquearnos.

Leo que en mi pueblo se robaron una moto. La redacción de la noticia dice que la propietaria la usaba para ir a trabajar y que es una excelente enfermera muy reconocida en el hospital. Como si hubiera que calificar para ser merecedora de una moto.

En la radio, unos periodistas deportivos discutían al aire si está bien o mal que Carlitos Tévez se pasee por ciudadela en una Ferrari T. También calificaban al “jugador de pueblo” acreditando sus merecimientos para ser propietario. Las condiciones fundamentales eran: pobreza en la niñez, tener potrero, ayudar a los demás, jugar en Boca y ser de Boca, conservar las amistades de fuerte Apache…. Tener una cicatriz en la cara y no dar facha de capitalista.

Toco este tema con estos ejemplos populares para ver si podemos entender este complejo que tenemos.

Decimos sorprendernos con lo que nos pasa y hasta nos echamos la culpa y nos responsabilizamos.

¿Pecamos de inocentes? Hasta con el mas idiota e indigno de los funcionarios nos engañan para saquearnos. Sino vean la foto de Pichichi haciendo la V de la victoria en el congreso.
La oposición sorprendida es como la Mesa de Enlace, también sorprendida con cada medida hacia el sector agropecuario.

Siempre estamos sorprendidos los argentinos, acreditando pobreza para legitimar nuestro derecho a ser propietarios soberanos de lo nuestro.

Seas un jubilado una y mil veces despojado, una enfermera que va a trabajar en moto, un astro de futbol, un tambero, farmacéutico, ingeniero o albañil, siempre tenemos una actitud culposa y vergonzante por ser propietarios. Especialmente los propietarios por derecha, esos que lo son gracias al producto de una actividad honesta y con trabajo y esfuerzo.

¿Por qué nos ocurre? Porque hemos sido educados así. En nuestro país no existe orgullo por la promoción económica, salvo que seas chorro, estafador o político. Especialmente políticos, a los que no les cierra nunca el patrimonio, salvo honrosas excepciones. A los políticos se les perdona todo, aunque te roben en la cara. Es una pauta social muy argentina votarlos una y otra vez.

Somos una sociedad que ha hecho un credo de poner la virtud en la pobreza y denostar al que pudo salir adelante y hacer un capital.

La virtud en la pobreza como si fuera tan lindo y fácil ser pobre.

Cristina si que sabe sorprender, ella no tiene ningún complejo “patrimonial” y cuando quiere dar una muestra de su personalidad, te lo trae a Pichichi para que te haga la V y nos la mande a guardar.

Me pregunto cual será el límite. ¿Habrá algo que merezca sanción social de nuestra parte?

Juan Martín Perkins.



Agradecemos la difusión del presente artículo:  

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