DEUDA PÚBLICA
Podemos pensar en una Patria orgullosa que no le deba un peso (o un dólar) a nadie. Y está al alcance de la mano, si nos dedicamos a exportar.
Autora: Iris Speroni
El ministerio de economía de la Nación publica un informe que se denomina “Deuda de la Administración Central” [1]. El último está actualizado a marzo del 2022.
Sostiene que al 31/03/22 la deuda bruta de la Administración Central era de U$D 376.300 millones. En pesos, euros, dólares y en otras monedas convertido a dólares.
Fuente: Ministerio de Economía |
Según este cuadro los mandatos presidenciales terminaron con los siguientes montos de deuda bruta:
Néstor Kichner (2007) : U$D 176.870 millones
Cristina Fernández (2011) U$D 197.154 millones
Cristina Fernández (2015) U$D 240.665 millones
Mauricio Macri (2019) U$D 323.065 millones
Alberto Fernández (en curso) U$D 376.300 millones
Vemos la diferencia entre el primer y segundo mandato de Cristina Fernández y el brutal incremento durante el de MM, todavía no superado por Alberto Fernández, pero en camino.
La deuda pendiente de renegociación con acreedores privados es menor al 0,6% del total.
¿A quién le debemos?
El 37% de este monto se debe a privados, ya sean personas físicas o jurídicas. Un poco más del 20% (U$D 78 mil millones) a organismos internacionales de todo tipo (FMI, BM, BID, etc.). El resto, más de 42%, a agencias públicas (ANSES, Banco Nación, etc.); esto último es más que interesante.
Elaboración propia en base a informe Ministerio de Economía. % del PBI y no de la deuda total. |
Lo que debemos en proporción a lo que producimos
En el 2004, la deuda era del 118% del PBI (heredado de gobiernos anteriores). Se redujo notoriamente durante el gobierno de NK. Llegó a un mínimo del SXXI durante el final del primer mandato de Cristina Fernández (2011) de 39% del PBI, básicamente por aumento del producto. A partir de entonces sólo subió hasta llegar al 104% en 2020. Actualmente es del 80%. El mérito es del crecimiento de la producción, en particular las exportaciones, por efecto precio (aumento de los precios internacionales de los productos que Argentina exporta). Los radicales y JxC (y Prat-Gay) van a salir a decir que podemos endeudarnos, que un 100% está bien. Hay que rechazarles cualquiera de esas ideas peregrinas. Lo único que les interesan son las comisiones de emisión de deuda.
Fuente: Ministerio de Economía. |
Deuda en divisa y deuda en moneda extranjera
El 31% de esta deuda está nominada en pesos (parte con tasa variable, ejemplo CER+%adicional “spread”) y el 69% restante en moneda extranjera.
Parte de estos pasivos están emitidos bajo legislación nacional y el resto bajo legislación extranjera. De la deuda cuyos acreedores son privados, el 60,6% es bajo legislación argentina y poco menos del 40% bajo legislación extranjera.
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Estructuración
“Estructuración” es un nombre pomposo para explicar cómo está armada: plazos, instrumentos y si es en deuda fija o variable.
Casi la mitad es con tasa fija (eso es bueno, en particular en contextos inflacionarios internacionales - un dólar hoy es menos que un dólar de hace un año atrás, ídem euros). El 35% es con tasa variable; no es bueno que sea variable, sin embargo la mayoría de este subgrupo está dominado en pesos, por lo que no es un punto de preocupación. El 16% restante es a tasa cero (tasa fija cero).
Tenemos que estar alertas de que las autoridades no nos endeuden en moneda extranjera a tasa variable. Cuando se trate el próximo presupuesto hay que prohibirles a los mandatarios expresamente que emitan deuda en moneda extranjera a tasa variable. Voy a explicar por qué. Durante el mandato de facto Videla-Martínez de Hoz, se contrajo deuda. La tasa pactada fue LIBOR+un plus (spread). Al momento de contraerla no era motivo de preocupación. Poco después la tasa LIBOR comenzó a subir por efecto de la inflación. Superó el 20% anual. La capitalización de los intereses aumentó geométricamente la deuda soberana argentina. Evitemos viejos errores.
Fuente: Ministerio de Economía. En azul pesos, en verde dólares. |
En cuanto a la forma actual podemos decir que:
El 38% vence dentro del mandato de Alberto Fernández (incluidos los vencimientos recientemente renegociados).
Un 25% caerá en el próximo mandato presidencial. El resto es más largo.
El 56% es en dólares y euros y el 12,5% en DEG (una moneda de cuenta del FMI).
El 30% en pesos se desagrega:
10% tasa fija
19 ajustable por CER (inflación)
1,6% atado a la cotización del dólar (es un seguro de cambio).
Fuente: Ministerio de Economía. |
Deuda con privados:
28% de U$S 136.959 millones vence durante este mandato presidencial.
25% de U$S 136.959 millones vence durante el próximo mandato presidencial.
67% está en dólares.
99% a tasa fija o tasa cero (esto es bueno).
Como nota de color, el 56% de la deuda del estado nacional con el sector público es en dólares. ¿Qué tal? Podemos enrostrárselo a algún funcionario que pontifique sobre la conveniencia de ahorrar en pesos.
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Deuda en valor de mercado
Informe INDEC “Cuentas Internacionales” [2] sobre deuda externa: a gobiernos, organismos, empresas y personas físicas residentes en el exterior a marzo 2022 (Vol. 6, n° 117).
Establece que el BCRA debe más de U$D 30.000 millones de dólares, el gobierno general (en todas sus formas) U$D 164.258 millones y las empresas y familias locales la no pequeña suma de U$D 74.900 millones.
Dato interesante: La deuda del gobierno general, a mercado, es U$D 44 mil millones menos (U$D 120.106 millones) que la nominal.
Fuente INDEC, informe citado, página 23. |
Conclusiones y propuestas
Este año 2022 exportaremos U$D 90 mil millones. Tenemos perspectivas favorables en los próximos años - siempre y cuando los gobernantes no hagan más daño del que ya hacen- . Hoy, con estos volúmenes de exportación y estos precios internacionales (y la devaluación del dólar y euro), la deuda es pagable. Si logramos el objetivo de triplicar o quintuplicar las exportaciones podemos rápidamente pasar a un panorama de acumulación de reservas (como Brasil, como Rusia) y de cancelación definitiva de nuestros pasivos soberanos.
Recaudos: un país desendeudado es un botín para los políticos, que se relamen en poder endeudarnos nuevamente y piensan en las comisiones bancarias que se van a embolsar.
Recuerden las obligaciones contraídas durante las regencias de Kicillof o Toto Caputo. Debemos, una vez que hayamos avanzado en el repago y nos liberemos de este collar de melones, incluir una cláusula en la Constitución que impida a todo gobierno de todo nivel contraer deuda pública. No es justo para las próximas generaciones. La Patria es, entre muchas cosas, un contrato intergeneracional.
Los políticos se han acostumbrado a asustarnos con la deuda externa y usarlo como excusa para seguir robando y no hacer nada en las áreas que les compete (educación, seguridad, administración de justicia, salud, prevención de incendios, esas cosas).
Podemos pensar en una Patria orgullosa que no le deba un peso (o un dólar) a nadie. Y está al alcance de la mano, si nos dedicamos a exportar.
Hace unas semanas, sostuve que el gobierno de Alberto Fernández le robó a los exportadores U$D 88 mil millones de dólares ("SE ROBARON DOS CRÉDITOS CON EL FMI") al comprarles sus divisas a $ 100 cuando el dólar vale $ 200. El número puede ser un poco menor, porque el sector automotriz y el minero no tienen obligación de liquidar las divisas, pero no modifica el concepto general. Peso más, peso menos, Alberto Fernández, con el dinero que le quitó a los exportadores hubiera podido cancelar el 100% de la deuda con el FMI y del resto otros U$D 40 mil millones. Hoy tendríamos una deuda externa pública del 27% de la actual. En sólo dos años y medio. La administración federal prefirió lloriquear con el crédito del FMI, ganar tiempo, y regalarle dólares baratos a los amigos.
De todas formas, son anécdotas del pasado. El futuro es nuestro.