VIAJE IMAGINARIO
Autor: Juan Martín Perkins (@JuanMPerkins)
Hagamos un viaje imaginario.
Cruzas el Paraná de las Palmas y el Guazú por Zárate Brazo largo y a poco andar, por la ruta 14 hacia el norte, es como que te va pareciendo estar en otro país.
Tanto berretín que tenemos por las revoluciones…. Entre Ríos es una provincia no fácil de arrear.
En Gualeguaychú, a la pasada, tenés una prueba, ¿te acordás? Fue un chacarero entrerriano desdentado el que se le animó al centralismo prepotente que gobierna sentado sobre la aduana.
Si te llegas por Concepción del Uruguay, ahí nomás, sin desviarte mucho de la 14, está el Palacio San José. Desde allí se gobernó la Argentina cuando Buenos Aires no quería ser parte de la confederación. Desde allí se pensó la Argentina. Don Justo José de Urquiza recibía a ilustres huéspedes como Sarmiento y Alberdi. De esos debates salió nuestra constitución. Que nenes ¿no? En el palacio se conservan las habitaciones y los salones que fueron testigos del nacimiento de La LEY de leyes que nos hizo un gran país, hasta que empezamos a violarla y reformarla.
Siguiendo por la 14 no evitaras sorprenderte. Verás cómo se trabaja con otro concepto y hábitos. Distintos al lamento del ombligo del país.
Entre Chamarrita o Chamamé, al pasar a Corrientes también te parecerá que cambiaste de país. Es otro regionalismo fuerte, orgulloso y tradicional. Verás escuelas con dos banderas iguales… que no son iguales. La bandera nacional ondea en lo más alto del mástil, y la acompaña a su lado la de “la república de Corrientes”, también celeste y blanca con el escudo correntino en su centro y las palabras “Patria, Libertad y Constitución”. ¿Vas entendiendo tan sutiles diferencias?
Camino a los Esteros del Iberá, por Curuzú Cuatiá y Mercedes, te cruzarás algún gaucho. Te anticipo que será muy distinto a lo que estás acostumbrado a ver. Tendrá otro porte, otra estampa. Hombre y cabalgadura te parecerán salidos de un cuadro. Si está lloviendo, andarán emponchados pero como si nada, viajando por la banquina de la ruta con su carguero amadrinado a la par.
Me tocó cruzar dos domadores llevando dos pares de potros tordillos, acollarados por la ruta donde los contratistas de una empresa instalaban bajo tierra la fibra óptica. Dos épocas, dos tecnologías. Me dieron ganas de mandarle una foto a Andrés Opennheimer para que vea hombres que nunca serán reemplazados por robots en sus empleos.
Llegas a Colonia Carlos Pellegrini en los Esteros y te me vas derecho para lo de Maita y El Mono. Entenderás que lo simple y sencillo no está reñido con lo sofisticado. Googleas a Maíta y te aparece la definición del buen gusto de mi Corrientes Porá.
Yacarés, víboras, monos, carpinchos, ciervos y toda clase de pajarracos durante 250 kilómetros de tierra para retomar la ruta 14 y llegar a “Estancia Las Marías”, la capital mundial de la yerba mate y el té correntino-misionero. Sigo insistiendo en que te parecerá que estás en otro país. Oirás a una guia hablando con tanto orgullo de lo que te está mostrando, que te parecerá que estás en otro mundo, en el mundo del orgullo por el trabajo, la tierra y los argentinos.
Si creías conocer el jardín de la república, esperá ver donde los cercos que separan los terrenos son de azaleas y los lapachos florecidos sobresaliendo por sobre la exuberancia de la vegetación te quitan el aliento. Esperá ver una yunta de bueyes bajando troncos del monte. Esperá ver los jardines y las huertas misioneras.
Te encargo te corras hasta El Soberbio, y de allí, a los Saltos de Moconá. Si te embarcas y te dejas llevar remontando el río Uruguay hasta los saltos nunca lo olvidarás. Además de una maravilla natural, apreciarás la calidad y profesionalidad guaraní-alemana con la que te tratarán en el parque.
No te defraudaran las ruinas de San Ignacio… y entenderás muchas cosas.
Ni te cuento cuando llegues a Iguazú. La palabra “maravilla” te resultará insuficiente y no te alcanzarán los ojos en todo sentido para abarcar tanto. No solo en lo geográfico y natural. Todo superará tus expectativas.
Al final de la pasarela que conduce sobre el alto Iguazú hasta la “garganta del diablo”, hay un descanso sombreado donde un atril exhibe un poema de Alfonso Ricciutto enmarcado y protegido con un cofre de vidrio.
Imaginate el marco natural, caminaste sobre el río, estás impresionado por todo lo que te rodea pero aún no te has asomado al salto más impresionante del mundo. Oyes el rugido, ves el vapor y el arco iris que se forma ante tus ojos y lees:
“Medita y siente la emoción profunda
Contemplando el vibrante paroxismo
Que de brumas eternas se circunda
Y no intentes describirla con tu voz
Solo inclina la frente ante éste abismo
Que es el espejo de la palabra de Dios”
No intentaré describirte lo que vi y sentí cuando me asomé al balcón porque, como dice el poema, solo incliné la frente, abracé a mi mujer y lloré.
Comprendí que estaba en un lugar donde es Dios el que habla y te cuenta cual es el plan.
Argentina es nuestra patria y es maravillosa.
A las cataratas hay 14 horas de auto, más o menos lo que duró el allanamiento al domicilio de nuestra ex presidente, en el que hallaron una carta manuscrita de San Martín a su amigo O’Higgins. Si te da vergüenza este acto ratero, al volver, podes hacer una escala en Yapeyú, para desagraviar al padre de la Patria. Quizás nos sirva para entender esa filosofía de hacer lo imposible, simplemente, porque es imprescindible para tener un presente y futuro mejor.
Durante la semana de corrida cambiaria recibí audios y escritos por Whatsapp. En todos se reflejaba el bochorno económico y moral. Unos motivadores y positivos para dar ánimo en la adversidad, otros, como es costumbre de su militancia, cultivando el ¡cuanto peor mejor! En ambos casos vi teoría conspirativa. En ambos casos vi revolear culpas y responsabilidades por la crisis sin aceptar su propia mala praxis…
Los invité a este viaje para recordarles la patria real. La PATRIA que siempre está ahí. Con el dólar a 30, 40, 50 ó 1500.
No quiero relativizar nuestros problemas, por el contrario, quiero darles la dimensión que les corresponde y ponerlos en positivo. Esta vez, por fin, tenemos que convertir la crisis en evolución. Demostrémonos que hemos aprendido. Por primera vez empieza a haber presos. Será por eso, tal vez, que mucha gente apuesta fuerte al cuanto peor mejor.
Pero estemos tranquilos y serenos. Hemos pasado muchas de estas, demasiadas, y salimos. Esta vez también lo haremos, pero tiene que ser distinto. Tiene que servirnos para entender porque nos pasa lo que nos pasa. Para aprender a unir causa con consecuencia y cambiar. Somos a prueba de corruptos, ineptos y mal intencionados.
Es importante que muchos vayan presos y que devuelvan lo robado, pero también que hayamos aprendido.
La PATRIA espera. Está ahí, gaucha, profunda, eterna, majestuosa… con sus valores, tradiciones, familias, iglesias e instituciones fundantes. No es solo un mercado financiero.
Seamos dignos de ella.
Hagamos un viaje imaginario.
Cruzas el Paraná de las Palmas y el Guazú por Zárate Brazo largo y a poco andar, por la ruta 14 hacia el norte, es como que te va pareciendo estar en otro país.
Tanto berretín que tenemos por las revoluciones…. Entre Ríos es una provincia no fácil de arrear.
En Gualeguaychú, a la pasada, tenés una prueba, ¿te acordás? Fue un chacarero entrerriano desdentado el que se le animó al centralismo prepotente que gobierna sentado sobre la aduana.
Si te llegas por Concepción del Uruguay, ahí nomás, sin desviarte mucho de la 14, está el Palacio San José. Desde allí se gobernó la Argentina cuando Buenos Aires no quería ser parte de la confederación. Desde allí se pensó la Argentina. Don Justo José de Urquiza recibía a ilustres huéspedes como Sarmiento y Alberdi. De esos debates salió nuestra constitución. Que nenes ¿no? En el palacio se conservan las habitaciones y los salones que fueron testigos del nacimiento de La LEY de leyes que nos hizo un gran país, hasta que empezamos a violarla y reformarla.
Siguiendo por la 14 no evitaras sorprenderte. Verás cómo se trabaja con otro concepto y hábitos. Distintos al lamento del ombligo del país.
Entre Chamarrita o Chamamé, al pasar a Corrientes también te parecerá que cambiaste de país. Es otro regionalismo fuerte, orgulloso y tradicional. Verás escuelas con dos banderas iguales… que no son iguales. La bandera nacional ondea en lo más alto del mástil, y la acompaña a su lado la de “la república de Corrientes”, también celeste y blanca con el escudo correntino en su centro y las palabras “Patria, Libertad y Constitución”. ¿Vas entendiendo tan sutiles diferencias?
"El carpincho que está sólo y espera" Foto de @cthulhufhtagn_ aquí. |
Me tocó cruzar dos domadores llevando dos pares de potros tordillos, acollarados por la ruta donde los contratistas de una empresa instalaban bajo tierra la fibra óptica. Dos épocas, dos tecnologías. Me dieron ganas de mandarle una foto a Andrés Opennheimer para que vea hombres que nunca serán reemplazados por robots en sus empleos.
Llegas a Colonia Carlos Pellegrini en los Esteros y te me vas derecho para lo de Maita y El Mono. Entenderás que lo simple y sencillo no está reñido con lo sofisticado. Googleas a Maíta y te aparece la definición del buen gusto de mi Corrientes Porá.
Yacarés, víboras, monos, carpinchos, ciervos y toda clase de pajarracos durante 250 kilómetros de tierra para retomar la ruta 14 y llegar a “Estancia Las Marías”, la capital mundial de la yerba mate y el té correntino-misionero. Sigo insistiendo en que te parecerá que estás en otro país. Oirás a una guia hablando con tanto orgullo de lo que te está mostrando, que te parecerá que estás en otro mundo, en el mundo del orgullo por el trabajo, la tierra y los argentinos.
Si creías conocer el jardín de la república, esperá ver donde los cercos que separan los terrenos son de azaleas y los lapachos florecidos sobresaliendo por sobre la exuberancia de la vegetación te quitan el aliento. Esperá ver una yunta de bueyes bajando troncos del monte. Esperá ver los jardines y las huertas misioneras.
Te encargo te corras hasta El Soberbio, y de allí, a los Saltos de Moconá. Si te embarcas y te dejas llevar remontando el río Uruguay hasta los saltos nunca lo olvidarás. Además de una maravilla natural, apreciarás la calidad y profesionalidad guaraní-alemana con la que te tratarán en el parque.
No te defraudaran las ruinas de San Ignacio… y entenderás muchas cosas.
Ni te cuento cuando llegues a Iguazú. La palabra “maravilla” te resultará insuficiente y no te alcanzarán los ojos en todo sentido para abarcar tanto. No solo en lo geográfico y natural. Todo superará tus expectativas.
Al final de la pasarela que conduce sobre el alto Iguazú hasta la “garganta del diablo”, hay un descanso sombreado donde un atril exhibe un poema de Alfonso Ricciutto enmarcado y protegido con un cofre de vidrio.
Imaginate el marco natural, caminaste sobre el río, estás impresionado por todo lo que te rodea pero aún no te has asomado al salto más impresionante del mundo. Oyes el rugido, ves el vapor y el arco iris que se forma ante tus ojos y lees:
“Medita y siente la emoción profunda
Contemplando el vibrante paroxismo
Que de brumas eternas se circunda
Y no intentes describirla con tu voz
Solo inclina la frente ante éste abismo
Que es el espejo de la palabra de Dios”
No intentaré describirte lo que vi y sentí cuando me asomé al balcón porque, como dice el poema, solo incliné la frente, abracé a mi mujer y lloré.
Comprendí que estaba en un lugar donde es Dios el que habla y te cuenta cual es el plan.
Argentina es nuestra patria y es maravillosa.
A las cataratas hay 14 horas de auto, más o menos lo que duró el allanamiento al domicilio de nuestra ex presidente, en el que hallaron una carta manuscrita de San Martín a su amigo O’Higgins. Si te da vergüenza este acto ratero, al volver, podes hacer una escala en Yapeyú, para desagraviar al padre de la Patria. Quizás nos sirva para entender esa filosofía de hacer lo imposible, simplemente, porque es imprescindible para tener un presente y futuro mejor.
Durante la semana de corrida cambiaria recibí audios y escritos por Whatsapp. En todos se reflejaba el bochorno económico y moral. Unos motivadores y positivos para dar ánimo en la adversidad, otros, como es costumbre de su militancia, cultivando el ¡cuanto peor mejor! En ambos casos vi teoría conspirativa. En ambos casos vi revolear culpas y responsabilidades por la crisis sin aceptar su propia mala praxis…
Los invité a este viaje para recordarles la patria real. La PATRIA que siempre está ahí. Con el dólar a 30, 40, 50 ó 1500.
No quiero relativizar nuestros problemas, por el contrario, quiero darles la dimensión que les corresponde y ponerlos en positivo. Esta vez, por fin, tenemos que convertir la crisis en evolución. Demostrémonos que hemos aprendido. Por primera vez empieza a haber presos. Será por eso, tal vez, que mucha gente apuesta fuerte al cuanto peor mejor.
Pero estemos tranquilos y serenos. Hemos pasado muchas de estas, demasiadas, y salimos. Esta vez también lo haremos, pero tiene que ser distinto. Tiene que servirnos para entender porque nos pasa lo que nos pasa. Para aprender a unir causa con consecuencia y cambiar. Somos a prueba de corruptos, ineptos y mal intencionados.
Es importante que muchos vayan presos y que devuelvan lo robado, pero también que hayamos aprendido.
La PATRIA espera. Está ahí, gaucha, profunda, eterna, majestuosa… con sus valores, tradiciones, familias, iglesias e instituciones fundantes. No es solo un mercado financiero.
Seamos dignos de ella.
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