EL PROBLEMA ECONÓMICO EUROPEO ES ALEMANIA
"Berlín ha explotado la crisis: esto
es lo que ha ganado"
Por: Andrea Muratore
http://www.occhidellaguerra.it/germania-crisi-guadagno/
Traducción: Pachira (@cuabiapellarolo y @BGSNAFU)
Sergio Cesaratto prendió el ventilador en su entrevista con La Verità en la que tomó una posición clara y concreta en la responsabilidad de Alemania por la crisis económica en la eurozona que comenzó en 2008 y se vio agravada por las tensiones de las deudas de 2010-2011: "Alemania ganó con la crisis de 2008: el euro se debilitó, lo que fortaleció las exportaciones alemanas", dijo el profesor de política monetaria y fiscal de la Unión Europea Económica y Monetaria, economía del crecimiento y economía poskeynesiana en la Universidad de Siena al diario milanés.
Según Cesaratto, la insostenibilidad de las deudas públicas de los países periféricos de la zona del euro ha sido dictada por un círculo vicioso que ha sido autoalimentado durante años. "Estos países recibieron préstamos de Alemania, que se tradujeron en la compra de activos alemanes . Una política mercantilista, la de Berlín: mantener bajos los salarios internos, por lo que las ganancias son altas, y el excedente de productos se vende externamente. Pero es una política que tiene piernas cortas: los países periféricos ven cómo aumentan sus deudas, hay poca fe en su capacidad para devolverla y estalla la crisis. El modelo alemán es incompatible con una unión monetaria. El problema de Europa es Alemania ".
La investigación de Cesaratto sobre Alemania que no respeta las normas.
El economista keynesiano, además, no es nuevo en las críticas al método de conducir la política económica alemana. Su último ensayo, Quién no respeta las reglas, fue elogiado por Marcello Foa* por la "solidez de sus observaciones destinadas a no denigrar a Alemania y ni siquiera a ocultar las distorsiones de Italia, sino a observarlas con una mirada desencantada y objetiva".
Nietzsche escribió que "el genio alemán mezcla, embrolla, engaña y moraliza" y, según Foa, "analizando el comportamiento de la clase dominante de Berlín en los últimos treinta años, incluyendo obviamente el período de la moneda única, uno podría pensar que tal vez el aforismo, aunque provocativo, indicaba la tendencia de las elites alemanas a considerar solo un juicio de valor: el de su propio interés, ostentoso y molesto envuelto en moralismo ". También subrayado por el ex viceministro de Finanzas alemán Heiner Flassbeck , quien definió a Alemania como "el mayor pecador económico de Europa".
El objetivo directo de Cesaratto es establecer la política comercial alemana y su " mercantilismo monetario ". Alemania y otros países con un gran superávit comercial, como los Países Bajos, "aprovecharon el endeudamiento y las importaciones de los países periféricos para aumentar sus exportaciones y ahora [...] violan la regla fundamental del juego de ayudar a reequilibrar la unión monetaria interior expandiendo su propia demanda interna ". En este contexto, Alemania, aunque criticó la flexibilización cuantitativa de Mario Draghi**, se benefició indirectamente de ella gracias a la devaluación de la moneda única.
Los alfileres de la Europa alemana.
Mientras Thomas Fazi y William Mitchell escriben sobre soberanía o barbarie , la devaluación competitiva interna ha agudizado la proyección comercial alemana: la disciplina impuesta a los trabajadores por las reformas del mercado laboral por el ministro Peter Hartz entre 2003 y 2005 "ha permitido a las empresas del país que congelaran de hecho los salarios reales, reduciendo significativamente la participación salarial en el PIB y [...] reduciendo fuertemente la demanda interna a favor de las exportaciones."
En última instancia
Los desequilibrios comerciales vinculados a las opciones internas alemanas se han extendido por toda Europa, según lo informado por Cesaratto, y las elites de Berlín han perseguido tenázmente las políticas mercantilistas y la austeridad fiscal que han multiplicado la problemática estructural, y luego se han negado a continuar con los planes de expansión de la demanda interna capaces de reequilibrar la situación. Recientemente, Angela Merkel ha establecido una tímida expansión del gasto social, derivada de la agitación asociada con la disminución del consenso de la Gran Coalición Alemana.
En los últimos años, una parte sustancial del continente europeo se ha "rebelado" contra la matriz alemana de la Unión Europea. No solo el crecimiento de los partidos soberanos lo certifica, sino también la creciente manifestación de fenómenos críticos a la línea de rigor de los partidos de izquierda y derecha en todo el continente y, en los últimos tiempos, en la propia Alemania. El desafío comercial total con los Estados Unidos de Donald Trump ve a Alemania en dificultades y ayuda a acelerar el surgimiento de contradicciones de larga data en la zona euro.
No es casualidad que Berlín esté a la vanguardia en la discusión de esos "planes B" para la reforma o, en última instancia, el final de la moneda única que en Italia se considera un tabú, como lo demuestra la historia de la negación al nombramiento de Paolo Savona*** como ministro economía.
En un artículo publicado en Economics and Politics, Cesaratto criticó duramente un proyecto de reforma presentado en junio por Christian Calliess, un jurista alemán que propone "combinar el fortalecimiento de las sanciones de mercado" a países que violan las reglas de Maastricht con "el El control directo de las instituciones europeas sobre la aplicación de las normas fiscales por parte de los países ".
Esto sucedería a través del acuerdo combinado de un Ministerio de Hacienda de la zona del euro y la transformación del Mes (el actual fondo europeo de los estados de ahorro) en un Fondo Monetario Europeo (Fme) con poderes más amplios e intrusivos. "De acuerdo con una lógica similar a la propuesta de reforma franco-alemana del Eurogrupo, Alemania es consciente del papel desempeñado en la crisis de una orden construida a su alrededor, y busca una salida en dos direcciones aparentemente divergentes pero complementarias. por un lado, con el objetivo de fortalecer una integración económica completa, por otro lado, teniendo en cuenta la posibilidad de poder, algún día, saltar del barco del euro de la manera más conveniente".
Críticos como Cesaratto enfrentan la contradicción inherente a la conducta alemana en Europa. Conducta demasiado aceptada por la falta de una alternativa y que aún hoy, debido a las escaramuzas entre Italia y Francia, que podrían ser las únicas naciones interesadas en un frente común para equilibrar Berlín, es probable que encuentre pocos oponentes dispersos. Permitir que Alemania sea el último recurso de reglas que, en el futuro, continuará aplicándose solo a su gusto.
*Marcello Foa: Periodista y columnista de I Giornale. Nuevo director de la RAI
** Mario Draghi: economista italiano, presidente del Banco Central Europeo desde noviembre de 2011.
***Paolo Savona:Economista italiano, anti euro, elegido por Salvini para ministro de economía y bochado por la UE a través de Mattarella. Actualmente es ministro de Asuntos Europeos.
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