HONOR Y GLORIA II
Autor: Juan Martín Perkins
Argentina cree que su problema es económico.
Se cree que la economía es la causa cuando, en realidad, es el efecto, la consecuencia.
Si lo leyéramos un poco a Alberdi entenderíamos que tenemos un drama ético jurídico.
Yo lo explico así:
Toda identidad tiene un subsuelo, entendiendo a la identidad como cultura. El subsuelo, la base nuestra, es la religión.
En la religión están los dogmas, por eso en la Constitución Nacional se establece que la Argentina es un país católico. Por algo los cargos se juran sobre los Evangelios y hay crucifijos en las oficinas públicas.
Eso indica cuál es nuestra cultura, es decir, la identidad de esta Nación. Que es abierta a todo aquel que la quiera habitar respetando nuestros valores, nuestra cultura, nuestra ley y normas de convivencia.
Eso es lo que se ha roto durante 70 años. Nuestros valores y principios son mucho mas flexibles que los dogmas de la religión y se trasladan a la vida cívica y política como Ética. Para ello, la Constitución, organiza jurídicamente al Estado, a las instituciones que establecen con las leyes el régimen en donde vivimos. ESTO ES LO QUE TENEMOS DESQUICIADO.
Tenemos quebrado el encadenamiento de base religiosa, de identidad o cultura, de Ética en la política y la sociedad, tenemos CORRUPCIÓN generalizada, desconfianza y falta de credibilidad. Es decir, ausencia de crédito.
Ese es el proceso, pero la lectura que hacemos de él es la inversa. Lo recorremos en sentido contrario, como si no hiciera 70 años que venimos faltando a la palabra e incumpliendo el contrato.
Se cree que el problema es económico pero nuestro drama está en la base.
Como creemos que el problema es económico y financiero somos cortoplacistas y nos abrazamos a cualquiera que nos muestre una moneda. A cambio, aceptamos cualquier agenda, hasta la mas nefasta. Todo vale implorando salvataje e inversiones extranjeras. Mientras, fugan al exterior las propias porque las ahogamos de tal manera que se vuelven inviables.
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| Enrique Breccia. |
¿Quien puede creer en un país que no cree en si mismo?
La agenda de estos tiempos es feroz. Va contra la base, el subsuelo y la identidad de nuestra cultura. Nunca antes nos habíamos animado a tanto.
Sabemos que estamos jugando con fuego, pero razonamos exclusivamente con el bolsillo.
Anoche hallaron el ARA San Juan. La cantidad de comentarios miserables que leo y escucho hablan de nuestra crisis. ¡Terminal! No nos tenemos piedad, ni el mas mínimo respeto.
Hace justo un año me publicaron una columna titulada “Honor y Gloria”. Hoy la busqué y volví a emocionarme, sobre todo con la actitud de Adrián Arregui, aquel jugador de Témperley que cuando fue abordado por los periodistas al finalizar el partido para que comentara el golazo convertido, se excusó, pidió disculpas y dijo que la única declaración que podía hacer era de cariño y respeto para los muchachos marinos argentinos que estaban perdidos en el mar. “El futbol es un juego, una fachada, un divertimento, el partido importante, el mas bravo de todos, es el que jugaban ellos”. Dijo Arregui y se le quebró la voz.
Ruego porque entendamos lo que planteo al principio. El partido que jugaban estos 44 marinos argentinos, mucho mas que contra los temporales y peligros del mar, era contra la corrupción generalizada, la desconfianza, la falta de credibilidad, la falta de “crédito” en todo el significado completo de la palabra.
Nuestro problema NO ES ECONÓMICO.
Nobleza obliga, hoy hay que agradecer que los responsables de la búsqueda, no se dieron por vencidos. Un país serio no abandona a sus hijos.
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| El presidente visita a los deudos en jogginetta. |
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El día ha terminado.
Se fue el sol de los lagos, las colinas y los cielos.
Todo está bien.
Descansen protegidos… con Dios.
No hemos podido ponerles un crespón
Porque están durmiendo en el azul profundo
Lejos de este llanto, amargo e iracundo
Cuidando la patria, aunque estén dormidos
Honrosos marinos de un sueño perdido
Vigilantes del mar Argentino.
QEPD.
Juan Martín Perkins.
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