DEL PRIMERO AL ÚLTIMO

 

Sin autoestima no somos nación.

En tiempos de la crisis del 2001, cuando salieron a la calle a pedir que se vayan todos, resultó que no se fue nadie más que De La Rúa y que se quedaron todos…

Un presidente uruguayo de esa época, fastidiado con el lamento argentino, se sinceró ante las cámaras y nos vomitó la verdad que todo el mundo calla por hipocresía.

¿Los argentinos? Todos chorros, del primero al último. No me hablen de los argentinos ni de los problemas de la Argentina. Dejen de llorar y pedir ayuda al FMI y ayúdense ustedes. Me tienen harto con la Argentina. Esto es el  Uruguay y nosotros no tenemos nada que ver con la Argentina”. "Somos otro país, otra gente".

No me comparen la situación del Uruguay con la Argentina. ¿Ustedes conocen la realidad argentina? ¿Saben como se maneja la administración Argentina? ¿Saben el volumen y magnitud de la corrupción que hay en la Argentina? Como dice el señor Barrionuevo, si dejan de robar dos años, van a andar bien…. Se pasan la vida buscando culpables de sus tragedias para no reconocer que son ustedes mismos.

Y arreglen su lío con el FMI de una vez por todas y no vayan más… si no hay nadie que los obligue. 

Ahora, si son pedigüeños  y viven de la manga pactando en qué condiciones, después hay que cumplir”.



Cada tanto se reeditan las palabras del presidente uruguayo Jorge Batlle y circulan por las redes. 

Como en los tiempos turbulentos del 2001, ahora tampoco nos hacen mella. 

El Cabeza de Banfield con la venia de Alfonso y su aporte de “prestigio democrático” derrocaron al presidente De La Rúa y nos instalaron la nueva casta dinástica de atracadores patagónicos.

¿Qué diría hoy Batlle? Cuando se roban hasta las vacunas…

Está claro que nos sobran ladrones pero también tenemos muchos de los buenos.

Recuerdo hace unos 4 años, cuando finalmente pudimos viajar por primera vez, estaba en el aeropuerto de Barajas, sector asistencia al viajero, cuando se presentó Paco, funcionario del aeropuerto español acompañando a una pasajera argentina que había viajado en nuestro vuelo.

¿Qué has olvidado el móvil (celular) en el avión? Pero mujer, tienes que prestar más atención. Pero no te preocupes, la gente es buena y va a aparecer. Al fondo del pasillo está la oficina de objetos perdidos. Allí lo hallarás.

¿En qué compañía has volado?

¡¡¡AEROLÍNEAS ARGENTINAS PROCEDENTE DE EZEIZA!!!! 

Olvídate, te deseo mucha suerte, pero olvídate,

En silencio, con vergüenza, vi alejarse cansina y abatida a la señora rumbo a “objetos perdidos”. Para mis adentros pensé en el presidente uruguayo y en “los argentinos todos chorros del primero al último”.

Pero ¿saben qué?... a los 5 minutos apareció la señora, exultante, blandiendo su IPhone en alto para que PACO MALA ONDA se enterara de que los argentinos también podemos ser buena gente.

Ofelia se llamaba, argentina.

Celebré con ella su alegría y comprobé, según sus dichos, que creía que había vivido un milagro.

Necesitamos recuperar la fe en nosotros mismos. Sin autoestima no somos nación.


Juan Martín Perkins

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