CHINA: MANIFESTANTES SITIAN LAS OFICINAS DEL DESARROLLADOR INMOBILIARIO EVERGRANDE

Inversores furiosos rodean oficinas de Evergrande en toda China.



Nota original:  https://www.economist.com/china/2021/09/18/protesters-in-china-besiege-an-indebted-property-developer

Nota en inglés al pie de la traducción.

Traducción @hyspasia


Protestas conducidas por enojados inversores son comunes en China. Gente del común que ha sido engañada por prestamistas online o estafadores de poca monta tienen pocas herramientas para defender su patrimonio. Suelen ocupar los lobbies de las oficinas hasta que algún ejecutivo de rango aparece para calmar los ánimos. Sin embargo, es raro que los manifestantes tengan por objeto compañías reconocidas y más raro aún que protestas interconectadas se manifiesten por todo el país. Tales eventos han hecho de Evergrande, un desarrollador inmobiliario gigantesco que está al borde del default, un espectáculo en días recientes.

La compañía posee deudas por U$D 300 mil millones, más que ninguna otra empresa del sector en el mundo. El 13 de septiembre de este año, en su casa central en la ciudad sureña de Shenzhen, pequeños inversores indignados rodearon el edificio en demanda de que se les devolviera su dinero. Escenas similares se vieron en las oficinas de Evergrande en otras oficinas de China. Circula en internet un video donde una mujer grita por un megáfono, y exige respuestas a personal de Evergrande. En otro, un ejecutivo intenta explicar la situación en un pasillo repleto de gente, sólo para que los gritos de los manifestantes lo hagan callar.

Edificio de la Casa Central de Evergrande.


Desde el año 2020 el gobierno chino ha intentado limitar la capacidad de emitir deuda por parte de los desarrolladores inmobiliarios. El cambio de reglas forma parte de una campaña más extensa en contra del nivel de endeudamiento, que a su vez a provocado que diversas empresas inmobiliarias se acerquen a situaciones cercanas al default. En esa posición está Evergrande. En algún momento se creyó que la firma era demasiado grande para caer en la bancarrota. Sin embargo se ve en esa posición en este momento. La compañía ha contratado consultores para que les auxilie en resolver sus dificultades financieras y advirtió que en septiembre entrará en default. Muchos analistas que siguen al grupo, sostienen que es probable que se produzca, lo que será seguido de una restructuración.

Muchas de las personas en las protestas contra la firma pusieron sus ahorros en productos financieros gerenciados pro Evergrande. Otros grupos corresponden a proveedores y subcontratistas a los que les deben los pagos por su trabajo o provisiones. Las obras en curso se han paralizado por todo el país. En las últimas semanas la compañía ha tratado de vender algunos de sus proyectos de viviendas a medio terminar para poder hacer frente a sus deudas. Algunos videos muestran a empleados enojados enfrentados con sus jefes (Evergrande tiene 20.000 empleados directos).

El mayor grupo de damnificados es el de las familias que le han comprado viviendas, quienes ya las han pagado y las mismas están en pozo o sin terminar. El mercado de la propiedad de viviendas en China está mayormente basado en familias que entregan el dinero antes de que sus casas o departamentos estén completados, lo que le genera capital de trabajo a los desarrolladores inmobiliarios. De las deudas por U$D 300 mil millones de Evergrande, cerca de 2/3 (U$D 200 mil millones) corresponde a dinero entregado por los compradores como pago inicial de edificios pendientes de terminación. Es el equivalente a 1,4 millones de propiedades (N. de T.: equivalente a 1,4 millones de familias).

Las autoridades chinas están habituadas a manejar pequeñas protestas, a las que denominan "incidentes masivos". Cuando el boom de préstamos terminó en el año 2018, decenas de miles de pequeños ahorristas se presentaron en las oficinas de los prestamistas que se comieron sus ahorros a cambio de retornos soñados. Esos incidentes fueron fáciles de desactivar. Era raro que juntaran más de 100 personas en cada ocasión. El problema se volvió más intenso en Hangzhou, un centro de empresas de préstamo online, al punto de que el gobierno local se vio forzado a convertir dos estadios en zonas libres para recibir a los agraviados inversores.

Xi Jinping, el presidente de China, ha prometido cerrar la brecha que divide a China entre los que tienen y los que no tienen. Un foco particular del gobierno es el alto costo de la vivienda. No está claro si está campaña hará bajar dichos precios. Pero ciertamente hará parar dos décadas de precios crecientes. El crecimiento del precio de los alquileres y de la compra de viviendas en las cuatro ciudades más grandes de China se moderó levemente en agosto 2021, comparado con el mes previo.

La amplia cobertura de los medios de comunicación chinos de empleados, inversores y proveedores indignados, hace pensar que existe el riesgo de que el Sr. Xi regule el mercado inmobiliario para frenar la especulación y corte los excesos del mercado en el nombre de mayor justicia en la distribución del ingreso o como él lo llama "prosperidad igualitaria". Por otro lado, el Sr. Xi y su equipo pueden adquirir otra lección de todos esos videos de gente enojada: que demasiado poco control estatal es el mayor riesgo de todos.


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Protesters in China besiege an indebted property developer

Angry investors have flocked to several of Evergrande’s offices




Protests by angry investors are common in China. Average folk who have been deceived by online lenders or other scam artists have few outlets for redress. They occupy office lobbies until a senior executive appears to calm their nerves. It is rare, however, for demonstrators to target well-known companies, and rarer still for connected protests to crop up all across the country. Events such as these have made Evergrande, a massive property developer on the brink of default, something of a spectacle in recent days.

The company has debts of around $300bn, the most of any property group in the world. On September 13th its headquarters in the southern city of Shenzhen (pictured) were besieged by investors who were demanding that their money be returned. Similar scenes were witnessed at Evergrande offices in several other cities. In one video circulating online a woman yells into a loudspeaker, demanding answers from Evergrande staff. In another, an executive attempts to field questions in a cramped hallway, only to be shouted down by protesters.


Since 2020 the Chinese government has sought to limit property developers’ borrowing. Rule changes that are part of a wider campaign against indebtedness have nudged several real-estate groups into default, or to the cusp of it. That is where Evergrande, once thought too big to fail, now finds itself. The company has hired advisers to help it resolve its financial difficulties and warned on September 14th that it could default. Many analysts who follow the group say that such an outcome, followed by a restructuring, is beginning to look unavoidable.


Many of the people who have been protesting have put cash into financial products managed by Evergrande. Others are suppliers and contractors owed payment for their work on projects that have stalled all across China. In recent weeks the company has tried to sell off some of its unfinished housing developments in order to pay down its debts. Some videos also purport to show frustrated employees berating their bosses (Evergrande has well over 100,000 staff).


The single largest group of people fearing harm are homebuyers who have already paid for their flats. China’s property market has long relied on people coughing up before their homes are completed, in order to generate working capital for developers. Of Evergrande’s roughly $300bn in liabilities, about 1.3trn yuan ($200bn) is cash that customers have put down for homes that have yet to be finished, estimates Capital Economics, a research firm. That is equivalent to the value of 1.4m individual properties.


Chinese authorities are adept at managing small protests, which they often refer to as “mass incidents”. When China’s 1trn-yuan peer-to-peer lending boom came to an end in 2018, tens of thousands of ordinary people turned up on the doorsteps of companies that had swallowed their savings instead of providing the promised returns. These incidents were diffuse. It was rare for more than 100 people to protest at any given site. But the problem became so acute in Hangzhou, a hub for online-lending firms, that the local government was eventually forced to convert two stadiums into venues that could receive complaints from aggrieved investors.


Xi Jinping, China’s president, has vowed to narrow the yawning chasm that divides China’s haves from its have-nots. High house prices are a particular focus. It is not yet clear whether this campaign will send prices lower. But it could very well bring to an end two decades of unbridled increases. House-price growth in China’s four largest cities eased slightly in August, compared with the month before.


Footage of indignant investors, suppliers and employees, which has been shared widely on local social media, underscores the risks that Mr Xi runs as he orders state regulators to curb speculation in housing and clamp down on market excesses in the name of greater income equality or, as he calls it, “common prosperity”. Then again, Mr Xi and his team may draw another moral from those angry smartphone videos: that too little state control is the greatest risk of all. 

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