POLÍTICA DEL NOA
Autor: Juan Martín Perkins
Esta semana anduve por el norte.
Me encantaría hacerles una crónica de viaje, pero mi compromiso con la radio es que la columna sea de actualidad política, máxime en vísperas de elecciones.
De arranque nomás, antes de salir de la provincia de Buenos Aires, sobre la ruta 188, pude apreciar lo que en su momento fue el río Quinto, y para lo cual las autoridades tuvieron que cortar la ruta para descomprimir y preservar a General Villegas.
Recordé a nuestro intendente echando culpas y responsabilidades a la ex gobernadora Vidal cuando despotricaba con que nos habríamos inundado si no fuera por su oportuna gestión, y gracias a la espada y el poder de He Man. Moraleja: Dios hizo que dejara de llover y ya no hace falta discutir por los excesos de agua que algunos políticos, en su infinita soberbia, creen controlar y dirigir… Ahora nos dedicamos a ofrecerle solución habitacional a los carpinchos desarraigados por la “chetada de Nordelta''. Eso sí, atentos, con manos fuera del bolsillo, por si Cabito anda caminando por el Parque San Martín.
El norte si que tiene a los dos aparatos a toda máquina. Recorrí La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy.
Donde te pares, el pueblo que sea, un altoparlante te romperá el tímpano. Lo de rigor, los nombres de los candidatos y la marcha como quien compra baterías, cables de cobre y placas de bronce afanadas en el cementerio. La campaña política del NOA es una tomada de pelo, una falta de respeto total. Nada de proyecto o propuesta, mucha sonrisa y festival de planes, como en todo el país.
Ojo, no es igual en todos lados, cada provincia tiene su impronta y diferencias de matices, pero está claro que sólo hay dos aparatos que luchan por el poder. Todo lo demás no existe.
Ambas maquinarias hablan de lo mismo, con matices… uno gana, el otro se lleva el resto de los cargos y presupuestos… y todo sigue igual.
A pesar de peronistas y radicales, aunque no lo creas, se mantienen las rutas, se levantan puentes, se plantan viñedos y olivares, etc. Nos roban de día, pero nos recuperamos cuando duermen.
En La Rioja te muestran con orgullo el producto del lavado. O la pista que Carlos Saúl hizo en Anillaco y desde donde iba a volar a la estratósfera para llegar a Japón en 20 minutos.
En Catamarca llevan más de 30 años respirando la injusticia y la prepotencia del poder con María Soledad Morales. ¿Alguien sintió vergüenza?
En Tucumán, por ejemplo, donde han bajado de todos los carteles a Alperovich, ¡lo reemplazan por Manzur! Sale un corrupto abusador de sobrinas y entra su delfín... un corrupto corregido y aumentado que nadie entiende cómo está en la gobernación. Pero está y seguirá estando, aunque los changuitos cañeros andan en patas, sucios y muertos de hambre entre perros flacos, como los describe Palito Ortega.
Por todos lados hay carteles que hablan de memoria, verdad y justicia. Justo lo que no hay.
Pensaron que nos mataban… y nos estaban sembrando, dice la obra de un resentido.
En Jujuy capital, la Tupac Amaru se respira en el aire. En los barrios, los tanques de agua en los techos exhiben estampada la cara de Milagro Sala o la del Che Guevara… de lejos no se sabe cual es cual, de cerca tampoco.
Lo que desespera, es que con más honestidad y República o con menos… Nadie propone algo distinto.
La cuestión, es que el espíritu federal del Chacho Peñaloza, Facundo Quiroga o Don Martín Miguel de Güemes ya no existe ni en los carteles, hoy todos rinden pleitesía y se arrodillan por los fondos de coparticipación ante Cristina y Alberto.
Una buena para levantar el ánimo… en Cafayate, cuna del vino calchaquí de Salta la linda, encontré un cartel en el tapial de un colegio que decía: “Libres son quienes crean, no copian... y libres son quienes piensan, no obedecen”. Este cartel me hizo acordar a una conversación que tuve con Juan José Gómez Centurión.
Juan Martín Perkins.