MACRON VS LE PEN
Autor: Santiago González (@gauchomalo140)
El duelo entre globalistas y soberanistas se libra desde ahora tanto en los campos de Ucrania como en las mesas de votación de Francia, y ambas batallas impactan de lleno en Europa. Marine Le Pen, nacionalista y admiradora de Vladimir Putin, volverá como en 2017 a medir fuerzas en una segunda ronda electoral con Emmanuel Macron, un campeón del progresismo socialdemócrata. Los resultados de la votación por celebrarse dentro de dos semanas excederán en su impacto las fronteras francesas, ya que Macron es ampliamente considerado como el sucesor natural de Angela Merkel en el liderazgo de la Unión Europea, ensayo y maqueta del orden mundial que entusiasma a los globalistas.
“El 24 de abril habrá una decisión fundamental entre dos visiones opuestas de país: por un lado la división y el desorden, por el otro la reunión de los franceses en torno de la justicia social garantizada por un marco fraternal. El 24 de abril estarán en juego una sociedad e incluso una civilización”, declaró Le Pen tras conocerse los resultados preliminares. La candidata de Reunión Nacional (RN) se siente ahora más confiada: aumentó en dos puntos su caudal electoral pese a la aparición de otros candidatos nacionalistas, y según las encuestas los ciudadanos la consideran como la mejor posicionada para mejorar su vida cotidiana.
Marine logró convertir a RN en una alternativa real de poder moderando las posturas más urticantes heredadas de su padre Jean-Marie Le Pen. Tuvo la fortuna de que le surgieran rivales desde la derecha, como Eric Zemmour y su propia sobrina Marion Marechal, y aparecer así mucho más al centro de lo que realmente está. En ella encuentra eco el tradicional nacionalismo francés, al que no le gusta ni la inmigración masiva de africanos ni el sometimiento a los dictados comunitarios emanados de Bruselas ni en general cualquier cosa que no sea francesa. El impacto social negativo de las sanciones de la UE contra Rusia le llegó como anillo al dedo para reforzar sus impugnaciones al europeísmo.
Macron obtuvo un 28% de respaldo en el primer turno frente al 23,2% de Le Pen. Es previsible que toda la izquierda francesa responda al llamado de su candidato insignia Jean-Luc Mélenchon y se vuelque detrás de Macron en la segunda vuelta para “cerrar el paso a la derecha”, del mismo modo que los partidos derechistas, nacionalistas o conservadores darán su apoyo a RN. Zemmour, que cosechó un 7% de los votos, llamó a sus seguidores a votar por Le Pen. Si sus sufragios se sumaran, ambos dirigentes habrían derrotado a Macron. Una figura prominente de la izquierda francesa comprobó espantada que la derecha en su conjunto había superado a la izquierda en esta elección.
Para la ascendente estrella nacionalista, sin embargo, la batalla realmente dura empieza ahora. Marine Le Pen puede esperar una andanada de operaciones en su contra destinadas a amedrentar al electorado hasta hacerle cambiar el voto. El diario Libération anticipa con indisimulada preocupación “la violencia a la que se van a entregar los protagonistas de esta elección presidencial durante quince días. De hoy en más, todos los golpes están permitidos. Lo que está en juego provoca vértigo: Marine Le Pen está matemáticamente en condiciones de lograr que la extrema derecha acceda al poder.”
Le Pen logró calar en el electorado de clase media, el que en todas partes decide las elecciones en un sentido o en otro, centrándose en los temas que lo afligen: encarecimiento de la vivienda, los alimentos y la energía, pérdida de calidad del empleo, e inflación en niveles que se creía definitivamente olvidados. La campaña contra Le Pen va a cuestionar su capacidad para afrontar esos problemas, la calidad de sus propuestas económicas y la solvencia de sus equipos. El votante francés suele ser timorato, y si la candidata no logra rechazar esa previsible embestida con energía, argumentos sólidos y sostenida presencia en los medios y las redes, la segunda ronda podría convertírsele en un obstáculo insuperable.
Santiago González