SEIS LATITAS DE ATÚN
Sobre inflación y la coalición que nos gobierna he escrito en otras oportunidades:
Inflación
Coalición gobernante
Por lo que intentaré no repetirme.
Quién es quién
El estado argentino es solventado por los más humildes. A pesar de los grandilocuentes discursos de los políticos, como por ejemplo Carlos Heller, sobre la necesidad de gravar a los más ricos, los impuestos recaen sobre la población de menores ingresos. De hecho, es una de las razones principales por las cuales quienes reciben menores ingresos permanecen en esa condición.
Uno de los principales ingresos de la AFIP es el impuesto al valor agregado (el 39% de la recaudación si excluímos la seguridad social); el cual recae sobre toda la población. Como los que menos ingresos tienen son quienes más destinan al consumo y menos al ahorro, son, entonces, los que más pagan proporcionalmente el IVA. Al mismo tiempo, como los argentinos nos hemos pauperizado, cada vez destinamos más de nuestros ingresos a consumir y en particular a comprar comida, por lo que el IVA sobre alimentos, combustibles, servicios públicos es responsable de llenar las arcas del Tesoro. En resumen, la mayor fuente de ingresos de la AFIP proviene de los bolsillos de los asalariados, jubilados, beneficiarios de planes sociales y trabajadores eventuales y/o informales (changas).
La otra fuente de ingresos del estado nacional es la inflación. Es, también, un impuesto, y como el anterior, lo pagan los pobres y los semipobres. Sin embargo presenta algunas diferencias con el impuesto anterior (IVA); diferencias que quisiera desmenuzar y exponer.
Pero antes me gustaría explicar por qué la inflación es un impuesto.
Caso: jubilado con ingresos mínimos, $ 32.630 pesos mensuales, los que son actualizados semestralmente.
Equivale a 127,33 latas de atún en aceite La Campagnola, precios cuidados, marzo 2022. Ingreso marzo 2022; latitas marzo 2022.
Para redondear diré que su ingreso equivale a 127 latitas de atún.
La inflación de marzo fue de 5%. Esto es, todos los meses el precio de las cosas sube - en promedio - un 5%. Por lo que de mantener el ingreso nominal, cada mes puede comprar un 5% de latitas menos.
El 5% de 127 es 6,35. Redondeo en 6. Cada mes, nuestro jubilado puede comprar 6 latas menos (acumuladamente: 6, 12, 18, etc.).
En la Argentina, según el censo 2010, existen 12,2 millones de hogares; las estimaciones actuales llevan ese número a 13 millones.
6 latitas por 13 millones de hogares, estamos con un piso de recaudación por inflación de 78 millones de latitas por mes.
Los números son mayores. Según el ANSES y su sistema de estadísticas (SIPA), tenemos, a diciembre 2021, beneficiarios (pasivos) 5.471.181 con un haber promedio de $ 54.411 (212 latitas) y trabajadores activos por 6.839.730 con haber medio de $ 87.219 (340 latitas). Se trata de sólo una porción del país. Están los que se ganan la vida fuera del radar del ANSES, los que tienen jubilaciones de sus propias provincias, los que reciben planes sociales, quienes son empresarios, etc. Sin embargo con estos números podemos subir el piso de latitas.
(5.471.181 x $ 54.411) + (6.839.730 x $ 87.219) = $ 894.246.840.261 de masa salarial.
A esta masa de trabajadores activos y pasivos el estado les quita a razón de 166 millones de latitas por mes. 13 latitas a cada familia por mes. Ésa es la recaudación del impuesto inflacionario, como mínimo. No termina ahí [1].
Imaginen 166.000.000 latas en la vereda del BCRA. Ésa es la transferencia enorme de riqueza de las familias al estado y del estado a los amigos del poder, vía el BCRA. Eso es lo que los políticos le quitan a la población hora tras hora, día tras día, mes tras mes, año tras año.
Diferencias entre el impuesto inflacionario y el IVA
El IVA es el 10,5% ó el 21% sobre todas las compras que hacen las familias, el impuesto inflacionario es sólo del 5% sobre las compras, medido respecto al mes anterior. A todas luces el IVA es más caro que la inflación para las familias. ¿Cierto? Sí y no. El alquiler de vivienda no lleva IVA, el colegio de los chicos, tampoco. El impuesto inflacionario se cobra sobre todo el ingreso, aún el que no se consume, si se mantiene en pesos.
Hay otras diferencias más interesantes. El IVA es un impuesto legislado y contabilizado. Una parte, el estado federal lo coparticipa, el resto se lo queda para sí. Sea como sea, la administración debe dar cuenta del destino de la recaudación.
El impuesto inflacionario no está ni legislado ni contabilizado. El estado no tiene por qué rendir cuentas de algo que legalmente no existe. Es más, la Constitución prohíbe que este impuesto se establezca y pone en cabeza de los diputados y senadores asegurarse que no suceda. Lo que desobedecen olímpicamente.
Desearía que cada familia grafique cuánto paga de impuesto inflacionario. Supongan que gastan el 100% del sueldo en el supermercado. Llenen el changuito con el total de la cifra. Quítenle el 5%, y luego otro 5% y así. Si les actualizan el sueldo cada seis meses, hagan la cuenta de todo lo que sacaron del changuito. Ésa es la transferencia desde el bolsillo de la familia al BCRA.
Destino
¿Qué hace el gobierno con todo ese dinero? (El del IVA que le queda y el impuesto inflacionario).
Como regla general, todo lo que emite, todas esas latitas de atún, van a parar a la banca. El BCRA dice que tiene que “sacar” pesos del mercado para que no se vayan al dólar. ¿Qué pesos? Los que el BCRA emitió ¡para pagarle a los bancos! Reproduzco el cuadro que arma Ricardo Inti Alperto con cifras públicas.
https://twitter.com/intialpert/status/1510244057515057157 |
Esto explica por qué la banca paga la carrera política de diputados, senadores, legisladores de la ciudad y otros políticos. Así se garantizan que cuando el Senado nombre las autoridades del BCRA, éstas sean leales a este programa.
Una porción menor del dinero emitido - “darle a la maquinita” - va al estado nacional que lo usa para subsidiar las tarifas de colectivo, energía eléctrica, “garrafa social”, gas de red, etc. Montos que van directo a las manos de los empresarios que brindan esos servicios. Será por eso que en el SXXI todas esas empresas pasaron a manos de políticos, sindicalistas y empresarios amigos, o fondos de inversión que son testaferros de políticos. La misma mano que da el subsidio es la que lo recibe. Lo que se dice, un negocio redondo.
¿Qué deberíamos hacer para cambiar la realidad?
Actualmente (léase en las últimas décadas) la coalición que nos gobierna, integrada por políticos y empresarios favorecidos, mantiene el status quo. Es lo que explica por qué, aún cuando cambie el partido de gobierno, las políticas sean las mismas: alta tasa BCRA, subsidios a empresas generadoras, transportadoras y distribuidoras de energía, a empresas de transporte de personas en poder de sindicalistas y políticos, a supermercados, big pharma y una larga lista.
Es tanto el dinero que se llevan, que el país no crece. 1) ya no hay proyecto de crecimiento de país; 2) no quedan excedentes para reinvertir.
El país tiene una fácil solución económica. No más de cinco medidas y el país arranca nuevamente camino a la prosperidad.
Eso no será posible mientras la actual coalición gobernante siga al frente del país. Están cómodos. Se sienten seguros. No tienen razón para cambiar; no seriamente [2].
Si queremos que la gente gane bien (U$D 1.000 a U$D 1.400 mensuales promedio); que las jubilaciones se tripliquen; que la burocracia estatal funcione; que haya moneda, administración de justicia y policía; que los impuestos sean soportables, hay que cambiar la coalición que decide los destinos del país. No sé cuántos estamos preparados para esta discusión.
Un abrazo y deje sus 6 latitas en el canasto antes de retirarse.
* * *
Notas:
[1]
Deberían hacer la misma cuenta por cada factura a cobrar. Cada tambero que debe esperar semanas para cobrar la leche entregada. Los honorarios profesionales pagados con 60 días de retraso. La bicicleta a proveedores. Traduzcan eso a bienes. ¿Cuántos litros de leche le regalan a la usina? Todo eso termina en manos del BCRA.
[2]
Los empresarios de la UIA querrían un nuevo régimen laboral más benigno a sus intereses, bajar el monto de las indemnizaciones para mejorar la cotización de sus empresas si las quieren vender, cosas así. Detalles. Pero realmente no quieren cambiar. Tampoco los bancos. Querrían un país más próspero, pero sin modificar el carry trade. Los transportistas querrían que la gente gane más para que viaje más, pero seguir dentro del sistema de subsidios. Las big pharma son felices vendiéndole al PAMI y a las OOSSSS. Como verán, hay un patrón de conducta. Cambio pero poquito.