MIS DÓLARES, TUS DÓLARES, NUESTROS DÓLARES
Autora: Iris Speroni
Durante el año 2021 nuestro país tuvo un superávit comercial de poco menos de U$D 15.000 millones. Sin embargo, durante todo lo que va del año 2022 hemos escuchado a las más altas jerarquías de gobierno lloriquear “faltan dólares”.
Dejemos de lado la discusión sobre quiénes son los dueños de los dólares. MIS DÓLARES.
Veamos cuántos sí hay.
El presidente, la vicepresidente el 20 de junio de 2022 en su clase magistral abierta de economía y el ministro de economía Guzmán alegan “faltan dólares”.
¿Faltan dólares?
Exportaciones enero-mayo 2022 35.917 millones de dólares
Importaciones enero-mayo 2022 32.722 millones de dólares
Balanza comercial Positiva enero-mayo 2022 3.196 millones de dólares
Superávit Comercial enero-mayo 2022 3.196 millones de dólares
Fuente: INDEC.
Exportaciones 2021 77.934 millones de dólares
Importaciones 2021 63.184 millones de dólares
Balanza comercial Positiva 2021 14.750 millones de dólares
Superávit Comercial 2021 14.750 millones de dólares
Fuente: INDEC.
Exportaciones 2020 54.884 millones de dólares
Importaciones 2020 42.356 millones de dólares
Balanza comercial Positiva 2020 12.528 millones de dólares
Superávit Comercial 2020 12.528 millones de dólares
Fuente: INDEC.
Si hay algo que no ha faltado durante el gobierno de Alberto Fernández son dólares.
Festival de Importaciones
¿A qué se refería la vicepresidente con “festival de importaciones”?
Este cuadro demuestra que las exportaciones enero-mayo 2022 subieron un 26,6% respecto al mismo período del año anterior. Las importaciones crecieron más aún (44,6%) lo que redujo el superávit comercial respecto al año anterior. Lo que en 2021 fue U$D 5.672 millones (enero-mayo), en esos cinco meses de 2022 fue sólo U$D 3.196 millones. Pobre pronóstico para el resto del año. Ése es el daño que pretende controlar la vicepresidente.
En los años 2020 y 2021 las importaciones fueron modestas debido a un mercado interno deprimido. La pregunta es qué explica el crecimiento en el 2022. Ciertamente no por la recuperación del consumo.
El problema es de difícil solución mientras el BCRA mantenga un tipo de cambio artificialmente bajo.
En estos momentos toda importación se compra a mitad de precio. Las autoridades monetarias venden los dólares a $ 120 en lugar de $ 220. La consecuencia es que toda compra en el exterior (bananas, una tonelada de carne de cerdo, o autopartes) cueste a quien lo importe significativamente menos.
Esta decisión gubernamental desvía el consumo. (El consumidor elige bananas ecuatorianas sobre manzanas rionegrinas). El estado mediante sus políticas incentiva las importaciones y por lo tanto la caída del superávit comercial. Esta política gubernamental de tipo de cambio atrasado genera una serie de injusticias.
Si compro una tonelada de carne de cerdo a $ 120 el dólar, alguien pone la diferencia. Alguien aporta esos $ 100 adicionales por dólar. Varios son los damnificados: a) el que produce bienes exportables porque le pagan la mitad por su producto (ej. quien produce manzanas); b) el pueblo en general, porque soporta el impuesto inflacionario; el impuesto cobrado por el BCRA; c) por último, quienes producen aquellos bienes - si los hubiere - que deben enfrentar la competencia desleal del producto extranjero, no por acción de los gobiernos ajenos (dumping, tipo de cambio exportador, devolución de impuestos, subsidios) sino porque es el propio gobierno argentino el que juega en contra. Es una forma de traición.
Este ataque cerrado sobre quienes producen en Argentina (tanto bienes exportables como para mercado doméstico) por parte del gobierno lleva más de diez años y es constante para todo signo político. Por eso hace 10 años que la economía no crece.
Un caso claro de competencia desleal es el sector de carne porcina. En los últimos años ha crecido al 8% anual, con fuertes inversiones en instalaciones y en retención de vientres, al punto de llegar a cubrir casi toda la demanda interna. Ahora deben competir (y perder) contra las importaciones brasileñas porque el BCRA subsidia (a razón de $ 100 por dólar) a los brasileños en contra de los argentinos.
Hasta ahora la explicación sobre las importaciones genuinas.
Sobrefacturación de importaciones
Al vender el BCRA dólares a un precio artificial existe un incentivo para pretender comprar a $ 120 lo que vale $ 220. El mejor negocio del mundo. Ni vender armas, ni vender drogas da más dinero que comprarle dólares al BCRA. Una de las formas de hacerlo (no la única) es “dibujar” importaciones. Esto es “simular” que se importa sin hacerlo. Es un fraude. Pero es un fraude cuyas condiciones la crean los políticos. Recordar esto siempre. Generan las condiciones para defraudar al erario público. Nadie nos va a hacer creer que lo hacen gratis o por impericia.
¿Cuál sería el fraude? Decir que debo importar algo que vale U$D 3.000.000 cuando en verdad vale U$D 500.000. Logré comprar dos millones y medio de dólares a $ 120 cada uno. Puedo guardarlos o venderlos en el mercado negro argentino. Para poder hacerlo necesito la participación de personal de la Aduana, del ministerio de la Producción y de la permanencia de las políticas decididas por el BCRA. Fíjense que la vicepresidente se quejó de la falta de supervisión de los organismos de contralor pero nada dijo de desmontar las políticas que lo hacen posible.
Las reservas
Separemos los tantos. Estas importaciones, fraudulentas o no, existen. Verdaderas o fraudulentas, durante 2021 se importaron 63.184 millones de dólares.
Las importaciones no explican la falta de reservas toda vez que en los últimos 29 meses tuvimos superávit comercial.
Superávit comercial 2020 U$D 12.528 millones (https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_01_223173EDC303.pdf; pág. 11)
Superávit comercial 2021 U$D 14.750 millones (https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_01_223173EDC303.pdf; pág. 11)
Superávit comercial ene-may 2022 U$D 3.196 millones
https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_06_22319D2F6EE8.pdf; ; pág. 9)
Superávit comercial de los últimos 29 meses U$D 30.474 millones
¿Por qué no subieron las reservas del BCRA por ese monto? Es algo que las autoridades deberán explicar.
Estímulos e Impedimentos
De la misma forma en que la política del gobierno estimula las importaciones, también perjudica a quienes producen bienes exportables. Con un tipo de cambio justo podríamos exportar el triple o cuádruple que actualmente. Imaginen cuánto trabajo eso generaría.
Propuesta
Con la política de cambio actual (léase desde 2011 a la fecha) sólo generamos pobreza, caída del salario y desánimo.
Tengamos un tipo de cambio de equilibrio, libre y competitivo que aliente las exportaciones.
No habrá que perseguir importadores fraudulentos, ni revisar containers con chucherías vietnamitas, ni comer carne de cerdo brasileña.
Disfrutaríamos pleno empleo y salarios altos. Esto es, la felicidad.
FIN
Otro Sí Digo
Les voy a mostrar un ejemplo de un país que desestimula la producción, la inversión y el trabajo.
"14 Knits for Silver Anniversary", Knits magazine 2021, GB, 2021, pág. 45. Amazon.
Esta imagen es de una revista de tejidos británica. El modelo muestra un suéter gris y nombra las lanas utilizadas. Son dos. Ambas uruguayas exportadas a Gran Bretaña. Una denominada “Manos del Uruguay Milo” con 65% lana merino y 35% lino; y la otra “Manos del Uruguay Cabrito” con 80% lana mohair de cabrito y 20% poliamida. No pongo en duda que en Uruguay haya merino y mohair, probablemente existan. Ciertamente el lino o es del norte de Santa Fe o del Chaco o lo importan de otro país. Y probablemente la poliamida sea de Bahía Blanca (o de otro país). Son cuatro productos que la Argentina tiene. Pero lo que no tiene (y sí Uruguay) es un nombre, una cadena comercial, prestigio. Y claramente las hilanderías. Uno puede invertir en fábricas, en diseño de modelos, en propaganda (crear la marca) y red comercial en el exterior si hay continuidad. Si los gobiernos cada dos años cambian la política cambiaria o hay saltos abruptos, en un instante uno pasa de ganar dinero a perderlo. Y nadie invierte, toma gente, gasta tiempo, si un funcionario del BCRA en un segundo le puede borrar su patrimonio.
Esto explica por qué la Argentina no es el principal exportador mundial de lana de todo tipo de animal (oveja, alpaca, llama, guanaco, mohair, angora, lino, bambú, algodón, seda) del mundo. Sólo imaginen la cantidad de puestos de trabajo en la Patagonia, en las provincias andinas, en el litoral que esto significaría.
Los bodegueros argentinos invirtieron millones de dólares no sólo en bodegas sino en crear marcas, en tener un nombre en el exterior. Principalmente malbec, pero también otros varietales. Por un capricho gubernamental, porque un iluminado cree que puede ganar elecciones si retrasa el tipo de cambio, los bodegueros pasan de ganar a perder. Aguantan vendiendo a pérdida hasta que se cansan.
Nuestros políticos lo hicieron.