TAXI DRIVER
Hacen caca con la puerta abierta.
Autor: Juan Martín Perkins
Un amigo que es diputado, está angustiado con el desinterés y la nula participación en política del sector agropecuario.
No es que no nos interese la política ni que no tengamos claro que hay que estar en la mesa donde se toman las decisiones, pero no podemos estar todos metidos ni haciendo marchas de protesta en los tiempos de cosecha, en que uno lucha por recoger los frutos de todo un año de esfuerzos. ¿nos quieren a todos chupando de la teta del estado?
Mi amigo diputado no me cree cuando le digo que en el campo y en todo el interior hay mucha tristeza, lo cual es peor que la bronca (que también hay).
No me creyó y se quedó con que somos pecho frío y cómodos.
La semana pasada recibí una invitación para ir a escuchar a mi amigo diputado en la rural.
Me dije para mis adentros… mi amigo diputado y algunos productores de Pehuajó tendremos la oportunidad de tomar el pulso real del humor agropecuario.
No la pasó nada bien el diputado… pudo comprobar in situ que los pechos no están fríos.
Luego de presentarse, aclarando su condición de agropecuario por tradición familiar, se desayunó de lo “cómodos” que somos algunos productores de Pehuajó.
Le dieron palos por la infraestructura, por los caminos rurales, por la falta de gasoil, por la inflación, por el desabastecimiento, por la falta de repuestos, por la inseguridad… por los 25 millones de pesos que nos cuesta cada diputado, por la caradurez de nunca ajustar a la política y seguir aumentando la presión fiscal a los privados, por cambiar cargos por concesiones al oficialismo.
Alguien dijo con mucha clase y en total calma cuando le tocó el turno de hablar, que reivindicaba la política, pero no la confundía con los políticos que la deshonran...
Aclaró, sin que se le moviera un pelo, que en Pehuajó hace 16 años que tenemos un intendente que fundió todo lo que tocó, jamás trabajó, empapeló Pehuajó de cheques sin fondo antes de llegar a la función pública… y a pesar de todo, lo seguimos votando para que nos dé lecciones de moral a los gritos y con el dedo levantado.
Así que, si hablamos de enfermos, enfermos estamos todos… porque al mono, la navaja, se la damos nosotros, el pueblo maravilloso que nunca se equivoca.
Hay que cambiar las demandas y las ideas que son eje de la política desde el 83. Son anacrónicas, no van más, están disociadas de la realidad de la calle y de nosotros los ciudadanos. Los políticos que no lo entienden, son una carga insoportable.
A la salida de la charla de mi amigo diputado me fui pensando en Travis Bickle, aquél inolvidable personaje que interpretó Robert De Niro en la película “Taxi Driver”, de Martin Scorsese.
Siento que todos, no sólo los agropecuarios, todos los ciudadanos que trabajan y sostienen con mucho sacrificio al país, todos en sentido figurado, estamos como Travis a punto de estallar y hacer una masacre. Sólo falta una chispa para que explotemos.
Maltratados, abusados, estafados, tristes, deprimidos, con insomnio permanente, trabajando día y noche sobre un taxi por los suburbios de una ciudad mugrienta y corrupta, donde reina la injusticia... y cada tanto baja algún senador con sueños presidenciales… a vender espejitos de colores.
Somos protagonistas y espectadores de una película pornográfica, donde nos roban sin pestañear desde vacunas hasta gasoductos, donde cuentan la plata en cámara y viralizan los videos de cuando la esconden en conventos…
Hacen caca con la puerta abierta, mientras entre todos le faltan el respeto y se ríen del productor, del que estudia y tiene mérito, del que vive de su trabajo y no del estado, del que da trabajo, del que invierte su propio dinero…
No somos pecho frío, no se confundan ni provoquen porque el horno no está para bollos.
Juan Martín Perkins