MI HIJO EL DIPUTADO

Obligue a vender las tierras a los Cristóbal López y a los Lázaros Báez del relato nacional y popular alineado con Davos y su agenda 2030.

 Autor: Juan Martín Perkins  


En mis años de colegio Nacional, cuando el profesor Calvo tomaba la lista y se paraba en el frente a recorrerla con la punta de su birome Parker, no volaba ni una mosca. El aire se cortaba a cuchillo y hasta el más valiente se fruncía en el banco, esperando no ser llamado  a dar lección en el frente. 

Podías decir “no sé”, pero te valía un 1 clavado en el hígado que después te costaba un parto levantar para no llevarte la materia a diciembre o marzo.


Lo mismo, con la Gallega Gallo, la Carmencita Potenza, Irastorza, Carretero… ¿Las hacías? ¡Las pagabas! ...Y ¡Guay! si les faltabas el respeto… ¡amonestaciones! Y cuando llegabas a 25 faltas tenías que rendir todas las materias libres.


El director del Nacional Chilin García, para mis padres, era poco menos que Dios… y los profesores, una especie de profetas del conocimiento. 


¡Ojo con llevarles un puterío a tus viejos! Eran socios en la tarea de instruir y no había forma de distraerlos con cuentos.


La socialdemocracia aún no había parido sus congresos pedagógicos de reformas.


Nadie se traumaba ni se sentía “estigmatizado” por un boletín con números de 0 a 10, ni porque ser abanderado fuera un “premio” para el mejor alumno. 


El objetivo era aprender y el ideal era la búsqueda de la excelencia.


¿Alguien se imagina al Nacional tomado por el presidente del centro de estudiantes porque los sándwiches tienen una sola feta de jamón? ¡Si comíamos en casa con papá y mamá!


¿Qué es lo que nos convirtió en una sociedad rota? ¿Qué es lo que nos hace tan enemigos de nosotros mismos?


Hoy no comprenden un texto simple, desconocen la historia, no saben ni las tablas, total, todo está en un dispositivo y se comunican con un vocabulario de apenas 20 palabras…


Adolescentes maleducados, soberbios, prepotentes de dialecto inclusivo con letra “e” que toman de rehenes a sus compañeros y que, en nombre de asambleas minoritarias, privan “democráticamente” a todos los colegios “semilleros de políticos” de poder funcionar.


Llenan la semana de actualidad un grupo piquetero que interrumpe la ruta. Son desalojados por la barra brava de Talleres a garrotazos y tiros, mientras corren a campo traviesa llamando a la policía, a la misma policía que repudian y sepultan bajo piedras.


¿En qué momento volcamos y volvimos a la era de piedra?


Nos lavaron la cabeza para aceptar que los gremios se carguen todas las empresas y desintegren la educación, arrodillándola al servicio de la política …donde todas las familias aspiran a tener un “diputado” que les permita salvarse.


Nos lavaron la cabeza para permitir que prendan fuego medio país, forzar una maliciosa ley de humedales que condicione la propiedad privada… y obligue a vender las tierras a los Cristóbal López y a los Lázaros Báez del relato nacional y popular alineado con Davos y su agenda 2030…


Nos lavaron la cabeza para que aceptemos mansamente el avance del terrorismo en la cordillera patagónica. Y lo aceptamos sin chistar, mientras vemos como desconocen la soberanía argentina sobre el territorio, total, queda lejos y acá no van a llegar.


De todo esto, más las elecciones en Brasil operando contra Bolsonaro, se habló esta semana… 


De todo, menos de las causas de la Capo jefa, que siguen adelante en la justicia. 


Por eso hay tanto conflicto en la calle. Distraen hasta que llegue el mundial y la magia de la Selección nos regale otro rato de ensueño.


Juan Martín Perkins.



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