ESCLAVITUD EN EL SIGLO XXI
La Esclavitud del SXXI cae en Oídos Sordos cuando se trata de la Izquierda.
Autor: Allen Mashburn
Traducción: @SperoniIris
Nota original: https://amgreatness.com/2023/07/24/slavery-in-the-21st-century-falls-on-deaf-ears-of-the-left/
@theamgreatness
La última película en la que actúa Jim Caviezel, "Sound of Freedom" ("Sonido de Libertad") fue estrenada en algunos cines el 4 de julio en todo los EEUU. Caviezel, cuyo rol más famoso fue de Jesús en "La Pasión de Cristo", retrata una historia verídica que expone la maldad del tráfico de niños.
A la película no le faltan méritos, en tanto Caviezel trabajó con unos 30 SEALS de la Marina de EEUU y agentes federales retirados mientras rodaban en Colombia. No importa, la Izquierda se ha convertido en una negadora de que semejantes actos atroces sucedan en los EEUU, al inmediatamente etiquetar como una mirada "de extrema derecha" en medio de un sentido de pánico moral e incluso llamar "retórica adjunta a QAnon". Los norteamericanos que no regurgitan el alimento que les dan las cadenas de noticias se muestran imperturbables por el ataque de la Izquierda a "Sound of Freedom", que está a punto de pasar los U$D 100 millones de recaudación.
Obviamente, el film no cuaja en el manual de los progres, como sí sucede con el pánico climático o mandar las últimas municiones del stock de EEUU a Ucrania, que, según la definición de la izquierda, es por razones humanitarias. Son los mismos izquierdistas marxistas que quieren que creamos que la Tierra va a implosionar si no resignamos nuestras libertades individuales, nuestros motores a combustión, nuestras estufas y cocinas a gas y no les entregamos nuestras granjas - sin embargo sí niegan hechos que el tráfico de personas sea un problema REAL.
Hubieran preferido focalizarse en los EEUU como una nación racista - donde la única solución sea reformular la sociedad a través de diversidad, igualdad e inclusión (DEI en inglés) en las agencias gubernamentales y en las corporaciones, con aprendizaje social emocional (SEL), y por la gobernanza social medioambiental (ESG) en la banca y en la economía. Esto, junto al transgenerismo, se han convertido en la religión de la Izquierda y el vehículo que usan para "reformar" los EEUU. Sin embargo, para aquellos de nosotros que amamos los EEUU antes de que el marxismo se convirtiera en la religión oficial, reconocemos esto como un culto que busca la destrucción de la familia nuclear, de nuestros militares, nuestros niños y del país que amamos.
¿Por qué está la Izquierda ardientemente en contra de la película "Sound of Freedom"? ¿No es que el Partido Demócrata es el partido de la tolerancia? ¿Por qué están tan llenos de odio? Ellos "odian" la esclavitud sin embargo desacreditan una película que expone la esclavitud actual - mientras que piden reparaciones a gente que nunca poseyó esclavos para que le sean dadas a personas que nunca fueron esclavos. Usted podría pensar que la Izquierda se encolumnaría detrás de semejante película y usarla para promover la causa - A MENOS que el contenido de la película fuera verdad. La verdad no encaja en la narrativa de la Izquierda. Las acciones y palabra de aquellos que se oponen al film exudan hipocresía.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD en castellano y UNODC en inglés) estima que hay entre 20 y 40 millones de personas en esclavitud actualmente en todo el mundo. Aún así las personas que firmemente usan la esclavitud basada en la raza como palanca electoral, ahora se quedan calladas. Descartan una película que ofrece una foto de la realidad global. Los estimados sugieren que internacionalmente sólo el 0,4% de los casos de esclavitud son identificados, lo que significa que la mayoría de ellos permanecen sin ser detectados.
Es difícil entender que hay gente que gana dinero con el secuestro, la retención y con reducirlo a esclavitud ya sea para labores manuales, sexo o ambos. ¿Cómo puede una persona ser tan vil? Más aún, ¿quién o qué entidad está detrás de esto?
El tráfico de personas no sólo es un problema, sino que es una pandemia real que ha sido soltada por malhechores y es ampliamente ignorada por el gobierno de los EEUU y de los medios de comunicación. Debe ser parada y castigada - con la muerte. Las leyes escritas no tienen dientes si no se hacen cumplir y si quienes las violan no reciben castigo. No es secreto que las políticas y lo que difícilmente pueda llamarse "liderazgo" que la Izquierda ha proveído la última década nos ha traído a este punto de aterrizaje caótico en nuestro país. Los fiscales de distrito (fiscales de justicia ordinaria) de izquierda han infiltrado el sistema de justicia y se niegan a perseguir a los criminales; en su lugar eligen darle la espalda a la sociedad para que causen estragos a los ciudadanos pacíficos. Los jueces que deberían aplicar las leyes hechas por los legisladores que el Pueblo votó, en cambio buscan legislar en forma arbitraria desde sus estrados, con el objeto de satisfacer la cultura de moda en lugar de administrar la justicia según el texto de la ley.
El tráfico humano es inhumano, maligno y debe ser frenado a cualquier costo. No puede ser usado como capital político; debe ser erradicado de la sociedad. La esclavitud nunca estuvo bien - no estaba bien en nuestro pasado como país, y no está bien ahora. La sola idea de comprar y vender otro ser humano es impensable para cualquier persona que esté en su sano juicio. En la lucha contra este grotesco pecado, no hay términos medios.
Si la Izquierda no está en contra, ¿está a favor?
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Slavery in the 21st Century Falls on Deaf Ears of the Left
Actor Jim Caviezel’s latest film Sound of Freedom opened in select theaters on July 4 across the Nation. Caviezel, most famous for his role of Jesus in The Passion of the Christ, portrays a true story that exposes the evil of child trafficking.
The film is not without merit as Caviezel worked with some 30 Navy SEALS and former federal agents while filming in Colombia. No matter, as the Left has become the deniers of such heinous acts happening in America by immediately labeling it as “right-wing” worldview with a sense of moral panic and even calling it “QAnon-adjacent rhetoric.” True Americans who do not feed at the trough of the networks for their news, are unfazed by the Left’s attack on Sound of Freedom, which is on track to surpass $100 million in revenue.
Obviously, the film doesn’t fit into the progressive playbook as climate panic or sending Ukraine the last munitions in our stockpile, which is by their definition being humanitarians. These are the same Leftist Marxists that would have us to believe the Earth is going to implode if we don’t give up our freedoms, internal combustion engines, gas stoves, and our farms—yet they deny facts like human trafficking is a REAL problem.
They would have you focused on America being a racist nation—the only solution is a remake of society through diversity, equity, and inclusion (DEI) in corporate and government agencies, social emotional learning (SEL) in academia, and environmental social governance (ESG) in banking and economics. This, along with transgenderism, has become the religion of the Left and the vehicle they are using to “reshape” the United States. Yet, for those of us who love the America before Marxism became the Left’s official religion, recognize it as a cult that is seeking the destruction of the nuclear family, our military, our children, and the Country we love.
Why is the Left ardently against the film, Sound of Freedom? Is not the Democratic Party the party of tolerance? Why are they so filled with hate? They “hate” slavery yet they discredit a film that exposes present-day slavery—all the while calling for reparations from people who never owned slaves to be given to people who never were slaves. You’d think the Left would get behind such a film and use it to promote the cause—UNLESS, the film’s content is true. Truth doesn’t fit the narrative of the Left. The actions and words of those that oppose the film wreaks of hypocrisy.
The United Nations Office of Drug and Crime (UNODC) estimates that internationally there are between 20 million to 40 million people in modern slavery today, yet those who adamantly use race-incited slavery as leverage remain quiet, disparaging a film that offers a snapshot of a global reality. Estimates suggest that internationally only .04% survivors of human trafficking cases are identified, meaning that the vast majority of cases go undetected.
It’s difficult to understand that there are people who profit from the kidnapping, holding someone against their will, and then forcing them to be a slave in manual labor, sex, or both.
How can a person be so vile? Moreover, who or what entity is behind this?
Human trafficking is not only a problem, it’s the real pandemic that has been unleashed by evildoers and is being mostly ignored by the United States government and media. It must be stopped and punished—with death. Laws on the books have no teeth if they aren’t enforced and the penalties carried out. It’s no secret that the policies and what can hardly be called “leadership” the Left has provided the last decade has brought us to a point of chaotic landing in our Country. Leftist district attorneys have infiltrated the justice system and refuse to prosecute offenders, choosing rather to turn them back into society to wreak havoc on peaceful citizens. Judges that should interpret laws made by legislators voted in by the People, have sought to legislate from the bench arbitrarily, seeking to satisfy the culture rather than hand down justice from textual law.
Human trafficking is inhumane, evil, and must be stopped at all costs. It cannot be used as political capital; it must be eradicated from our society. Slavery has never been right— it wasn’t right in our past as a Country and it’s not right today. The thought of buying and selling another human being is unthinkable to anyone that is sane. In the fight against this grotesque sin, there is no middle ground.
If the Left isn’t against it, are they for it?