FARC-EP: Los nuevos paramilitares
Versión original: http://revistajohngalt.com/2017/11/03/farc-ep-los-nuevos-paramilitares/
Autor: Hernando Carvalho. Director del Movimiento Libertario de Colombia. Empresario del AgTech. Enfoque académico en Desarrollo Económico
No solamente tenemos unos paramilitares de las FARC-EP con control territorial dedicados a la producción masiva de droga, protegidos por el Estado colombiano. Grosso modo, tenemos todo un paraestado administrado por las FARC-EP a nivel ejecutivo, legislativo y judicial y mediático, con fuertes conexiones internacionales.
En una guerra de lenguajes, solamente leer entre líneas nos puede permitir encontrar significado en la dinámica entre las diferentes ideologías que todavía se mantienen en nuestro país; esa dinámica que sigue perjudicando las libertades y el desarrollo de nuestra sociedad. La guerrilla comunista de las FARC-EP se ha convertido en los nuevos paramilitares durante este gobierno, pero no solamente eso, también amenazan con convertirse en el propio Estado. Vamos a revisar términos.
La definición de paramilitar varía en cada país y en cada contexto histórico. Encontramos en todo caso que es una fuerza armada ilegal por fuera del (supuesto) monopolio legítimo de la violencia (Weber) del Estado, pero que igual funciona como una organización militar. En Italia, Alemania, España e Irlanda surgieron organizaciones paramilitares, unas que apoyaron los regímenes socialistas nacionalistas del Eje, y las otras que combatieron guerrillas separatistas, entre otros muchos ejemplos. En Colombia la definición de paramilitares es un referente mundial e histórico por su escalada violenta y por el papel que han jugado en la historia política del país y sus vecinos. En nuestro caso se desarrolló a partir de dos términos: la autodefensa y la contrainsurgencia. Las autodenominadas Autodefensas de Colombia surgieron so pretexto de defender a los empresarios y al Estado colombiano, bajo lo que Sir Robert Thompson describía como una manera de hacer respetar el Rule of Law y la integridad territorial en contra de insurgencias comunistas. Los paramilitares colombianos han sido llamados de ultraderecha por sus detractores de izquierda, debido a que combaten a las guerrillas abiertamente comunistas, incluso a pesar de que ese término no coincida con la definición tradicional de ultraderecha, de xenofobia y racismo. En todo caso, fueron una organización ilegal, armada, violenta, sanguinaria y narcotraficante con conexiones políticas. Pero en realidad, Paramilitar ha tomado en nuestro contexto la definición de fuerza ilegal armada aliada con el Estado y el Ejército, en contra de sus enemigos políticos, con fines de consolidar el control de la nación. Hay incluso quienes argumentan que en esta forma, paramilitares ha habido desde el inicio de nuestra República.
Revisemos ahora brevemente la evolución del término guerrilla. La palabra surgió en España durante la invasión de Napoleón, y es una de esas palabras de nuestro idioma que se volvió universal. Se refería a una guerra no tradicional con tácticas innovadoras de una población civil campesina contra un ejército foráneo organizado. Sin embargo ya en el siglo 20 se popularizó y se reperfiló gracias al Che Guevara, quien reivindicaba estas tácticas a través de su teoría del foquismo en una estrategia que mediante la guerra atípica o irrestricta iba a lograr una reforma social contra los opresores. Claro, el término ayudaba a legitimar el uso de guerra sucia, pues guerrilla implica justicia, desprotección y desventaja. Por supuesto, fue una teoría ampliamente usada por revolucionarios comunistas alrededor del mundo con éxito en países como Vietnam. En Colombia, estas técnicas perduraron y parecen dar fruto en la presente década. Eso sí, así como las Autodefensas probablemente no eran solamente autodefensas en el sentido contrainsurgente, la guerrilla tampoco era/es guerrilla en el sentido de campesinos oprimidos. Más bien es probable que el mínimo común múltiplo de ambos grupos es que son PARAMILITARES, que fueron protegidos en su momento por el Estado. Obviamente las FARC-EP culpan a las Autodefensas de todos los problemas históricos del país, y las Autodefensas a las FARC-EP, pero entre estos paramilitares de izquierda y de derecha parecen haber socavado toda la legalidad en el país.
Obviamente la neolengua aguanta todo. Y del lado derecho e izquierdo del estatismo (ver Nolan) llueven nombres y definiciones diferentes para los mismos fenómenos. ¿Por qué paramilitares en vez de disidencias? Vimos este mes de Octubre la salida del líder de la Teófilo Forero, El Paisa, de los campos designados para los reinsertados para volver a sus actividades delincuenciales normales. Esto, hasta que altos mandos del nuevo brazo político de las FARC-EP lo visitaron y arreglaron términos en circunstancias desconocidas. Tal como el Paisa y Aldemar, los líderes regionales de las guerrillas comunistas parecen estar en la disyuntiva de si integrar el brazo armado o el brazo político: tin-marín. Ambos tienen sus ventajas y sus desventajas, pero en común tienen la protección de todas las ramas del Estado acaparadas actualmente por el pulpo de la administración Santos, que llega a su fin el próximo año. No se sabe si disidentes son los que dejaron la guerrilla para ir al congreso, o los que dejaron el Acuerdo para seguir en lo mismo.
En cualquiera de los dos casos, la guerrilla sigue siendo un proyecto comunista. El que cambió en realidad fue el Estado, que sin el conocimiento del ciudadano de a pie, se empieza a fusionar con las FARC-EP. O sea, las FARC-EP armadas siguen igual y las FARC-EP política ganó su propio Estado. Me explico: las FARC-EP no solamente pasaron a ser una fuerza armada aliada del gobierno Santos, además pasaron a tener un Estado completo en paralelo. Según trabajos adelantados por el ICP, por ejemplo, la CSIVI ya constituye una especie de Corte Constitucional que verifica que toda la legislación nueva se apegue al Acuerdo de Paz, firmado “yo-con-yo“ entre toda la izquierda colombiana. Esta instancia es seleccionada a dedo por las FARC-EP y con participación de regímenes extranjeros de izquierda. Así, hay otros organismos, leyes, decretos tipo Fast Track, y 3 reformas constitucionales que ya están en implementación y que la gente del común no conoce. Las FARC-EP entran a formar parte del congreso gratis. Instalan una jurisdicción penal paralela con la JEP, también conformada de manera opaca. Todo esto entre una alianza oscura de fuerzas entre grupos armados ilegales narcotraficantes y políticos, ¿podemos entonces retomar el término “parapolítica”? Pero lo más grave, es que ya se deja entrever una constituyente. ¡Apague y vámonos!
El discurso de “Menos Muertes bajo el Acuerdo”, esconde en realidad una pronta explosión de violencia como nunca antes se vio en Colombia. Claro, en este momento hay menos muertes porque el Ejército ya no combate a las mafias narcotraficantes, a pesar de que Trump sospechosamente diga lo contrario. Pero es solamente la calma antes de la tormenta, pues el crecimiento de organizaciones mafiosas con control territorial y la incertidumbre jurídica nos puede llevar incluso a la destrucción total de la República.No solamente tenemos unos paramilitares de las FARC-EP con control territorial dedicados a la producción masiva de droga, protegidos por el Estado colombiano. Grosso modo, tenemos todo un paraestado administrado por las FARC-EP a nivel ejecutivo, legislativo y judicial y mediático, con fuertes conexiones internacionales. ¿Lograrán llegar a fusionarse definitivamente con lo que queda del Estado Colombiano? ¿Lograrán llegar a fusionarse definitivamente con lo que queda del Estado Colombiano?
Autor: Hernando Carvalho. Director del Movimiento Libertario de Colombia. Empresario del AgTech. Enfoque académico en Desarrollo Económico
No solamente tenemos unos paramilitares de las FARC-EP con control territorial dedicados a la producción masiva de droga, protegidos por el Estado colombiano. Grosso modo, tenemos todo un paraestado administrado por las FARC-EP a nivel ejecutivo, legislativo y judicial y mediático, con fuertes conexiones internacionales.
En una guerra de lenguajes, solamente leer entre líneas nos puede permitir encontrar significado en la dinámica entre las diferentes ideologías que todavía se mantienen en nuestro país; esa dinámica que sigue perjudicando las libertades y el desarrollo de nuestra sociedad. La guerrilla comunista de las FARC-EP se ha convertido en los nuevos paramilitares durante este gobierno, pero no solamente eso, también amenazan con convertirse en el propio Estado. Vamos a revisar términos.
La definición de paramilitar varía en cada país y en cada contexto histórico. Encontramos en todo caso que es una fuerza armada ilegal por fuera del (supuesto) monopolio legítimo de la violencia (Weber) del Estado, pero que igual funciona como una organización militar. En Italia, Alemania, España e Irlanda surgieron organizaciones paramilitares, unas que apoyaron los regímenes socialistas nacionalistas del Eje, y las otras que combatieron guerrillas separatistas, entre otros muchos ejemplos. En Colombia la definición de paramilitares es un referente mundial e histórico por su escalada violenta y por el papel que han jugado en la historia política del país y sus vecinos. En nuestro caso se desarrolló a partir de dos términos: la autodefensa y la contrainsurgencia. Las autodenominadas Autodefensas de Colombia surgieron so pretexto de defender a los empresarios y al Estado colombiano, bajo lo que Sir Robert Thompson describía como una manera de hacer respetar el Rule of Law y la integridad territorial en contra de insurgencias comunistas. Los paramilitares colombianos han sido llamados de ultraderecha por sus detractores de izquierda, debido a que combaten a las guerrillas abiertamente comunistas, incluso a pesar de que ese término no coincida con la definición tradicional de ultraderecha, de xenofobia y racismo. En todo caso, fueron una organización ilegal, armada, violenta, sanguinaria y narcotraficante con conexiones políticas. Pero en realidad, Paramilitar ha tomado en nuestro contexto la definición de fuerza ilegal armada aliada con el Estado y el Ejército, en contra de sus enemigos políticos, con fines de consolidar el control de la nación. Hay incluso quienes argumentan que en esta forma, paramilitares ha habido desde el inicio de nuestra República.
Revisemos ahora brevemente la evolución del término guerrilla. La palabra surgió en España durante la invasión de Napoleón, y es una de esas palabras de nuestro idioma que se volvió universal. Se refería a una guerra no tradicional con tácticas innovadoras de una población civil campesina contra un ejército foráneo organizado. Sin embargo ya en el siglo 20 se popularizó y se reperfiló gracias al Che Guevara, quien reivindicaba estas tácticas a través de su teoría del foquismo en una estrategia que mediante la guerra atípica o irrestricta iba a lograr una reforma social contra los opresores. Claro, el término ayudaba a legitimar el uso de guerra sucia, pues guerrilla implica justicia, desprotección y desventaja. Por supuesto, fue una teoría ampliamente usada por revolucionarios comunistas alrededor del mundo con éxito en países como Vietnam. En Colombia, estas técnicas perduraron y parecen dar fruto en la presente década. Eso sí, así como las Autodefensas probablemente no eran solamente autodefensas en el sentido contrainsurgente, la guerrilla tampoco era/es guerrilla en el sentido de campesinos oprimidos. Más bien es probable que el mínimo común múltiplo de ambos grupos es que son PARAMILITARES, que fueron protegidos en su momento por el Estado. Obviamente las FARC-EP culpan a las Autodefensas de todos los problemas históricos del país, y las Autodefensas a las FARC-EP, pero entre estos paramilitares de izquierda y de derecha parecen haber socavado toda la legalidad en el país.
Obviamente la neolengua aguanta todo. Y del lado derecho e izquierdo del estatismo (ver Nolan) llueven nombres y definiciones diferentes para los mismos fenómenos. ¿Por qué paramilitares en vez de disidencias? Vimos este mes de Octubre la salida del líder de la Teófilo Forero, El Paisa, de los campos designados para los reinsertados para volver a sus actividades delincuenciales normales. Esto, hasta que altos mandos del nuevo brazo político de las FARC-EP lo visitaron y arreglaron términos en circunstancias desconocidas. Tal como el Paisa y Aldemar, los líderes regionales de las guerrillas comunistas parecen estar en la disyuntiva de si integrar el brazo armado o el brazo político: tin-marín. Ambos tienen sus ventajas y sus desventajas, pero en común tienen la protección de todas las ramas del Estado acaparadas actualmente por el pulpo de la administración Santos, que llega a su fin el próximo año. No se sabe si disidentes son los que dejaron la guerrilla para ir al congreso, o los que dejaron el Acuerdo para seguir en lo mismo.
En cualquiera de los dos casos, la guerrilla sigue siendo un proyecto comunista. El que cambió en realidad fue el Estado, que sin el conocimiento del ciudadano de a pie, se empieza a fusionar con las FARC-EP. O sea, las FARC-EP armadas siguen igual y las FARC-EP política ganó su propio Estado. Me explico: las FARC-EP no solamente pasaron a ser una fuerza armada aliada del gobierno Santos, además pasaron a tener un Estado completo en paralelo. Según trabajos adelantados por el ICP, por ejemplo, la CSIVI ya constituye una especie de Corte Constitucional que verifica que toda la legislación nueva se apegue al Acuerdo de Paz, firmado “yo-con-yo“ entre toda la izquierda colombiana. Esta instancia es seleccionada a dedo por las FARC-EP y con participación de regímenes extranjeros de izquierda. Así, hay otros organismos, leyes, decretos tipo Fast Track, y 3 reformas constitucionales que ya están en implementación y que la gente del común no conoce. Las FARC-EP entran a formar parte del congreso gratis. Instalan una jurisdicción penal paralela con la JEP, también conformada de manera opaca. Todo esto entre una alianza oscura de fuerzas entre grupos armados ilegales narcotraficantes y políticos, ¿podemos entonces retomar el término “parapolítica”? Pero lo más grave, es que ya se deja entrever una constituyente. ¡Apague y vámonos!
El discurso de “Menos Muertes bajo el Acuerdo”, esconde en realidad una pronta explosión de violencia como nunca antes se vio en Colombia. Claro, en este momento hay menos muertes porque el Ejército ya no combate a las mafias narcotraficantes, a pesar de que Trump sospechosamente diga lo contrario. Pero es solamente la calma antes de la tormenta, pues el crecimiento de organizaciones mafiosas con control territorial y la incertidumbre jurídica nos puede llevar incluso a la destrucción total de la República.No solamente tenemos unos paramilitares de las FARC-EP con control territorial dedicados a la producción masiva de droga, protegidos por el Estado colombiano. Grosso modo, tenemos todo un paraestado administrado por las FARC-EP a nivel ejecutivo, legislativo y judicial y mediático, con fuertes conexiones internacionales. ¿Lograrán llegar a fusionarse definitivamente con lo que queda del Estado Colombiano? ¿Lograrán llegar a fusionarse definitivamente con lo que queda del Estado Colombiano?