Fernando VII

O sobre las lealtades de los gobernantes para con el Pueblo
Autora: Hyspasia

Obra de Goya, fragmento de retrato
de Fernando VII.

"Los gobiernos nos quieren pobres,
pidiendo de su mano y sin ahorros". 


Las Américas fuimos conquistadas por el Imperio Español, tal vez la mayor empresa civilizadora de Occidente [1] luego de la expansión del Imperio Romano. O tal vez más.
Quienes conquistaron, ocuparon y civilizaron América fueron los Austrias, la casa reinante de Castilla y de todo el Imperio.

El jardín de las Delicias, de El Bosco, cuadro favorito de Felipe II
que tenía siempre frente a él en su despacho y lo llevaba consigo a donde fuera.

Será motivo de otro post.



Los Borbones



Los Austria, sin descendencia, son sucedidos por los Borbones, reyes católicos importados de Francia. Otro post.
Tal vez uno de los mejores reyes que hayamos tenido en estas colonias fuera don Carlos III de Borbón (1716-1788, gobernó desde 1759).
Él decidió darle más prosperidad a los súbditos en las Colonias - por el simple procedimiento de bajar la carga impositiva y permitir mayor comercio -. Eso provocó que numerosas familias en América se enriquecieran y que otras accedieran a un buen pasar.
Cuando estallaron las juntas de autogobierno (en Bs. As. en 1810, en Tarija en 1809, en el resto un poco más tarde), había por toda América familias ricas. Eso es lo que permitió, poco después, financiar la guerra por la Independencia. Sin ese “colchón”, las familias no se hubieran sentido seguras de poder solventar la lucha y no se hubieran embarcado en la empresa. No es menor: dinero en el bolsillo da seguridad al burgués.
Tal vez por eso los gobiernos nos quieren pobres, siempre pidiendo de su mano y sin ahorros. Ver mi post SERVIDUMBRE.

Retrato de Carlos III, fragmento.
Carlos III fue un gran rey, en particular para América.
Sin embargo cometió dos grandes errores:
a. expulsó a los jesuitas [2] , 1767,
b. por primera vez hizo distinciones entre españoles: separó los nacidos en la península de los nacidos en América. Los Austria siempre habían considerado a sus súbditos americanos de clase A sin distinciones.
Los pocos jesuitas que quedaron se dedicaron a conspirar en el campo fértil de los españoles segregados (los criollos) [3].
Pero de todo esto Carlos III nunca se enteró.


LA TRAICIÓN



En 1806 los ingleses invaden por primera vez el Río de la Plata. El Virreinato fue creado muy poco antes con un objetivo militar: proteger las posesiones del imperio en el Atlántico Sur.
Tengamos esto en mente: nacimos con un objetivo militar, conquistamos la Libertad por las armas, siempre fuimos un pueblo guerrero. Siempre.
Sin embargo al invasor los reciben pocos efectivos pobremente pertrechados. La ciudad se rinde sin lucha. Montevideo estaba mejor fortificada y cae luego de una breve batalla. Los ingleses se apoderan del jugoso botín - lingotes de plata -  y lo remiten a Londres donde es recibido con gran algarabía.
La ciudadanía (organizada y financiada principalmente por Álzaga) toma las armas, conforma una milicia y expulsa a los ingleses. Éstos no lograron conquistar el lugar, pero gracias al fastuoso botín consideran la expedición exitosa. Deciden volver un año después con más tropa, más barcos y más armas.
En ese año los civiles se organizan: todos los varones de quince a sesenta y cinco años, esclavos, libertos u hombres libres recibieron entrenamiento militar todas las semanas. A los más ricos o mejor posicionados se los nombra jefes. Todos reciben una paga. Buenos Aires se prepara para la invasión.
Y en 1807 los esperan a los 14.000 ingleses. La victoria es contundente y la rendición incondicional.
Esto dio una enorme seguridad a la población en sus propias fuerzas, recursos y habilidades, los fogueó en la guerra y generó una organización paralela a la de la corona.
Pero pasó algo más. Voy a ver cómo me sale explicarlo. Un rey absoluto (como era el caso de Carlos IV en ese momento) puede hacer lo que quiere: dictar leyes, encarcelar personas, desterrar, sumir en el deshonor a cualquier súbdito, no le rinde cuentas a nadie. Tiene la suma de poder público. Gobierna (ejecutivo), legisla (legislativo), juzga (judicial). Tiene una única obligación para con su pueblo: defenderlo de la amenaza extranjera. Nada más. Si no cumple, el pueblo ya sabe que no puede confiar en él y el lazo súbdito-rey se ve debilitado o directamente se rompe. Ahí es donde se aplica la teoría de la reversión de Suárez. ¿No es digno?, la soberanía vuelve al pueblo.
Lo sucedido en Buenos Aires no pasó desapercibido para el rey, quien manda cartas de agradecimiento a sus súbditos por cuidar su plaza militar.
Pero el daño ya estaba hecho.


Carlos IV, Fernando VII, la ignominia
Invasión de los franceses en 1808 (en rojo), ofensiva española (en verde).

En 1808 Carlos IV hace un acuerdo con Napoleón: deja pasar al ejército francés por territorio español para que Napoleón conquiste a Portugal. A cambio, el rey español (en realidad su primer ministro) recibiría una parte de Portugal.
¿Qué podía salir mal?
Impresionante la cara de imbécil del Rey Carlos IV.
En el cuadro de familia incluyen al favorito del rey,
el Conde de Godoy, tercero desde la derecha,
luego de la mujer con el bebé en brazos.

Carlos IV y su favorito, por codicia, pusieron en peligro las propiedades, la vida y el honor (en particular de las mujeres) de los súbditos españoles frente a un ejército de ocupación francés.
Hoy, acá, caerían bajo las penas previstas por el art. 29 de la Constitución Nacional.
El ejército francés entró en España y se quedó. Carlos IV abdicó en favor de su hijo Fernando VII [4], toda la corte se trasladó a Bayona a parlamentar con Napoleón [5] y finalmente éste los apresó a todos y puso a su hermano en el trono de España.
Los españoles se organizaron en juntas, juraron lealtad a su rey Fernando VII en el exilio y se dedicaron a expulsar al invasor.
Nosotros decidimos, al igual que todas las regiones de España, autogobernarnos hasta que el rey volviera al trono. De eso se trata el 25 de mayo de 1810.
Ataques de civiles a las fuerzas de ocupación. Obra de Goya.
La lucha en España dura seis años. Seis años de guerra de guerrillas, incautación de bienes y violaciones de mujeres. Seis años de incertidumbre y pérdidas. Seis años de un ejército extranjero violentando la vida de las personas.
Fusilamiento de franceses a civiles españoles.Obra de Goya.
Mientras tanto la familia real estaba en el castillo de Valençay, propiedad de Talleyrand, ministro de RREE de Napoleón. Es un edificio fastuoso a 300 km de París. Allí los “presos” vivían entre clases de equitación, danzas y bailes de máscaras y le chupaban las medias a Napoleón.
Castillo de Valençay, donde estuvo apresado Fernando VII,
en su exilio francés.
Los súbditos españoles reconquistaron España por las suyas. Dictaron la Constitución de Cádiz de 1812 y mantuvieron el imperio como pudieron. Las Américas se autoorganizaron, siempre jurando lealtad al Rey [6] y mantuvieron alejados, como pudieron, a holandeses, ingleses, franceses y portugueses.
Napoleón cae. Poco antes libera a los Borbones que vuelven. Las autoridades regentes durante el exilio real le piden a Fernando VII que jure la Constitución, a lo que él se niega; él es un monarca absoluto-. Se sucede una larga guerra civil en España, guerra que, con interrupciones, se mantuvo todo el SXIX, SXX hasta hoy.
A la vuelta a España, Fernando VII ordenó numerosos fusilamientos.

Nosotros, en el Río de la Plata, nos dimos cuenta que del rey no se podía esperar nada. Cuando vuelve al trono - trono que no supo defender - en lugar de agradecer a sus súbditos por su lealtad y por conservar el reino -lo que los Borbones no supieron hacer -, pretende obediencia abyecta.
Director Supremo de las Provincias
Unidas del Río de la Plata,
Juan Martín de Pueyrredón.
Por acá no estaban dispuestos. Poco antes de declarar la Independencia en Tucumán, las autoridades se entrevistan con embajadores del rey. Le proponen no declarar la Independencia, jurar obediencia al rey, a cambio de que este jure una constitución (símil Cádiz 1812). El rey no acepta.
Y nosotros decidimos que reyes así, que no cuidan a sus súbditos, no queremos.
El resto es conocido.


Moraleja
Diego Santilli y Piter Robledo juegan a los dardos con la nuestra.

Los argentinos tenemos un estado caro. El 40% de nuestra riqueza anual se va en sostenerlo. Es más caro hoy que en cualquier momento de nuestra historia.
A cambio, los gobernantes, con ese dinero, deben cumplir el mandato de nuestra constitución, establecido en el Preámbulo:
Nos ... con el objeto de:
- constituir la unión nacional,
- afianzar la justicia,
- consolidar la paz interior,
- proveer a la defensa común,
- promover el bienestar general, y
- asegurar los beneficios de la libertad, ...


¿Cuánto cumplen?
¿Tendremos que hacer con ellos lo que ya hicimos con Fernando VII, esto es, mandarlo al diablo?
¿Hace falta? Con lo que roban ¿No pueden destinar aunque sea un poco a nutrir el lazo de lealtad mínimo entre gobernantes y gobernados?
¿Tendremos que apelar a la Teoría de la Reversión?
Porque recordemos el art. 29, CN “El Congreso no puede...Ejecutivo nacional... otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. [7]”.
¿Cuántas supremacías y sumisiones otorgan a terceros todos los días por las cuales nuestra vida, honor o fortuna queda a merced de otras personas?
A Fernando VII no le cortamos la cabeza, como hicieron los ingleses con Carlos I de Inglaterra, pero España nunca se recuperó del golpe que le dimos y del cual nosotros fuimos los líderes indiscutidos del continente. Nunca recuperaron el Río de la Plata.
Así que, Señores Gobernantes, cuiden sus espaldas. Estamos enojados.


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Agradecemos la difusión del presente artículo:  
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Colaboraciones a restaurar.arg@gmail.com

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[1] Hugh Thomas, “El Imperio Español, de Colón a Magallanes”, Ed. Planeta, 2003, Barcelona, “El Imperio español de Carlos V (1522-1558)”, Ed. Planeta, 2010, Barcelona, “El señor del mundo. Felipe II y su Imperio”, Ed. Planeta, 2013, Barcelona.

[2] Jean Lacouture, “Jesuitas I y II”, Ed. Surcos, 2006, Ed. Paidós, Barcelona. Es un libro fascinante.

[3] En la escuela nos enseñaron que las ideas libertarias de la Revolución de Mayo provienen de Francia. Un poco sí, pero básicamente de un jesuita, Francisco Suárez, que sostenía que la soberanía reside en el pueblo y “se la presta” al monarca….si este se porta bien (Teoría de la reversión). Sus teorías eran enseñadas en Salamanca, donde estudió Belgrano, y en Chuquisaca, donde estudiaron casi todos los otros próceres, como Moreno, y en realidad, en todas las universidades jesuíticas de América y España. Ver Chiaramonte, José Carlos, “Ciudades, provincias, estados: orígenes de la Nación Argentina, 1800-1846”, Ed. Ariel, Buenos Aires, 1995.

[4] Sumamente molesto con los negocios entre Carlos IV y Napoleón.

[5] En una reunión bochornosa de acusaciones cruzadas entre padre, madre e hijo.

[6] La famosa “máscara” de Fernando VII.

[7] "Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria".




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