CON VICTORIA NO
Autor: reaxionario [Vicepresidente Victoria Villarruel (no oficial), @vicevillarruel]
Según tengo entendido, la primera piedra la tiró Marcos Falcone, que mientras estábamos descorchando el champagne tras el triunfo del domingo, sintió — por algún motivo — la necesidad de advertir a La Libertad Avanza acerca de la “a todas luces antiliberal y peligrosa” Vicepresidente electa de todos los argentinos, a quien pidió “neutralizar”.
¿Por qué exactamente es peligrosa Victoria Villarruel? ¿Por qué alguien sería tan estúpido o malintencionado como para decir semejante cosa el mismo día del ballotage, apenas asegurada la elección?
Si creyó adecuado expresarse de esa manera — como si Villarruel fuera una amenaza fascista agazapada, frotándose las manos esperando el momento indicado para dar el putsch — es porque no está solo.
De hecho, está claro que existen en LLA ciertos grupos de “galeritas” cuyo mayor anhelo es purgar a algunos indeseables que atrasan o de alguna manera son un obstáculo para la realización del proyecto de país liberal-progresista con el que sueñan. El propio Falcone — en otro tweet — dijo considerar “estúpido” que se vuelva a poner sobre la mesa el tema del aborto. Y ahora que tenemos que coexistir con el PRO, la cosa se torna todavía peor.
Ya sea para apaciguar a ciertos sectores dentro de LLA, del PRO o a la misma oposición, no me sorprende que exista un plan más o menos explícito de hacer a un lado a Victoria Villarruel tan pronto como sea posible.
No sé qué tan confiable es esta fuente, pero aparentemente Milei habría corrido a la Vicepresidente electa de Seguridad, Defensa y la AFI, que quedarían a cargo de Nicolás Posse (Jefe de Gabinete) y Guillermo Francos (Ministro del Interior) — en lo que representa la primera promesa rota del presidente electo Javier Milei.
¿Qué credenciales tienen Posse y Francos para estar al frente de esas áreas? Ninguna que yo haya podido averiguar. Es más, si queremos hacer las cosas como los europeos para hacer feliz a los liberales progresistas, hagamos como los italianos y pongamos a una profesora de literatura como Ministro de Defensa — o a un periodista, como los suecos.
Limémosle los colmillos al león y arranquémosle las garras, así damos inicio a otro 2015 y en menos de un lustro tenemos al kirchnerismo nuevamente en el sillón, recuperando la democracia de las fauces de la extrema derecha. ¿Alguien sabe en qué anda Marcos Peña?
Broma aparte, Victoria Villarruel se ha ganado su lugar y deben respetarla. Siempre que ha declarado lo ha hecho bien, destruyendo a su rival en el debate de vicepresidentes, y ha defendido formidablemente a Javier Milei en cada una de sus apariciones en los medios, en especial luego del último debate donde el Presidente electo tambaleó en más de una oportunidad ante la viveza de Sergio Massa.
Villarruel, además, se puso al hombro la causa de las víctimas del terrorismo setentista — no hoy, donde se anima cualquiera, sino durante el auge de la “década ganada”, cuando nadie se animaba a cuestionar el mito fundacional del Nunca Más. Si eso no es coraje, y si eso no es ganarse un lugar, díganme qué es.
Pero por encima de todo, Victoria Villarruel representa a muchas personas que apostamos a Milei en buena parte gracias a ella, que se ganó el respeto y el afecto de personas que pasaron de desconocerla a admirarla en cuestión de meses, al mismo tiempo que otras grandes figuras despotricaban contra el Vaticano o hacían declaraciones que, no tengo dudas, nos costaron varios puntos en las generales, obligándonos a sumar al PRO — hablando de cosas peligrosas.
Victoria nunca restó votos, repito, como sí lo hicieron otros. Sus ideas siempre fueron claras y nunca sintió la necesidad de ocultarlas. La “fascista” nunca dijo una barbaridad, como sí lo hicieron otras eminencias intocables dentro del liberalismo nacional. Al contrario, supo ganar para LLA a aquellos que pusieron la boleta en la urna a pesar de tener enormes diferencias con el pensamiento libertario de Milei.
Para mí es bien claro — Villarruel es el complemento perfecto de Javier Milei y por eso la fórmula fue tan efectiva. No hay lugar para tibios ni para el appeasement por más atractivo que parezca y por más que sea el opio de la centro-derecha perdedora.
Relegar a la Vicepresidente a un puesto simbólico — contenida para que Estela de Carlotto no proteste — estaríamos dando la primera gran muestra de debilidad mucho antes del 10 de Diciembre, invitando a las fuerzas de la casta a salir con los tapones de punta desde el primer minuto.
Parafraseando a Bertrand de Jouvenel — otro liberal — las revoluciones se las hacen a los gobiernos débiles. No cometamos el mismo error que Macri, y sobre todo no desperdiciemos esta oportunidad histórica de transformar a Argentina en potencia. No capitulemos ante la presión interna y externa — no entreguemos a Victoria Villarruel.
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