NAVIDADES

diciembre 21, 2024

NAVIDADES

Sin venda en los ojos.

Autora: Iris Speroni (@SperoniIris)

Estamos a pocos días de Navidad.

Empecé a repasar notas de otros y mías de diciembres varios y recaí en una escrita por James Delingpole ¡en el 2016!

¡Qué tiempos aquellos!

La propuesta de Delingpole es, básicamente: “¡Abramos las puertas del Infierno!”.

En el artículo da una guía para las derechas del mundo.

“MANIFIESTO 2017: Reglas para los de derechas - Manifiesto 2017 para ganar la Guerra”.

Empieza con la celebración de dos resultados electorales: el plebiscito por el BREXIT y las elecciones 2016 MAGA, cuando gana Trump. Y advierte - con lo cual demuestra cuán inteligente es (lo que ya sabíamos) -, que estaban muy lejos de lograr algo y que Trump o el Brexit podían ser anulados. Lo que finalmente sucedió. Las prevenciones de Delingpole se cumplieron.

Él explica por qué se podía perder, a pesar de tener el favor popular: porque el adversario tiene dinero, cuadros políticos, la banca, las farmacéuticas, las industrias, los medios de comunicación, Hollywood, los servicios de inteligencia de todas las naciones de Occidente y un larguísimo etcétera que enumera.

Desde entonces corrió bastante agua bajo el puente. A Trump lo echaron sin que pudiera hacer prácticamente nada.

Los planes de DAVOS-WEF-Foro Económico Mundial siguieron con viento en popa.

En Argentina el estado se ocupó de matar argentinitos bebés a razón de 100.000 por año, ahorrándole el trabajo al Reino Unido. Lo mismo sucedió - contemporáneamente - en Irlanda. Ambos eventos ante el silencio absoluto de todo el mundo, incluida la Iglesia.

La CIA/WEF avanzó en el control de la pradera ucraniana, ya a cara descubierta - lo que no sucedía en el 2017. Hasta ahora lograron: desmembrar Ucrania, asesinar 600.000 cristianos ucranianos, lavar miles de millones de dólares que se lo repartieron entre empresarios inescrupulosos y políticos de igual calaña y pusieron las tierras ucranianas como colateral de todo el dinero dado a ese país, ocupado no por Rusia sino por la CIA. A todo esto, la deuda fue adquirida sin el apoyo del pueblo ucraniano, el cual ha sido privado de su derecho a votar.

La Unión Europea se ha sacado la careta. De ser el paladín que defiende la “democracia” - lo que esto sea -, a fraudes (la corte suprema de Austria anuló una elección presidencial por fraude), financiación de candidatos “woke” pro Bruselas (Polonia, Hungría, Bielorrusia, Serbia), intervenir por 10 años a Italia (ahora normalizada), hasta el colmo actual de anular una elección para que no asuma el candidato anti Bruselas, anti guerra de Ucrania. Tanto Francia como Alemania están en una situación política delicada y Holanda tuvo elecciones anti-Bruselas. Obviamente el mandato popular será desobedecido, como es la costumbre.

Acaba de ganar Trump otra vez la presidencia de EEUU. Mi estado de ánimo al respecto es bien diferente del 2016. Donde había euforia, ahora siento cautela.

Si hace ocho años se lo comieron con dos pancitos y mayonesa, ¿por qué ahora será distinto? Ojalá lo sea. Pero ya, en este segundo round, lleva cometido errores que auguran pocos resultados: no defendieron diputados y senadores del Partido Republicano a los cuales les robaron las bancas mediante fraude. Se votaron las autoridades de los bloques de ambas cámaras y quedaron al frente políticos del Uniparty, del partido único del establishment y no pusieron a MAGAs en ningún cargo clave. Al no defender los senadores que podrían haber dado una mayoría holgada en la cámara, va a parir con cada nombramiento.

En fin. Que se arreglen.

Desde mediados de año para acá, desde que la CIA se dio cuenta que iba a perder Ucrania, o parte de Ucrania, y de que probablemente no reeligirían en Washington DC (el Partido Demócrata de EEUU es el partido del poder), se aceleraron varios acontecimientos. Probablemente sea preparatorio de la negociación que hará Trump en Medio Oriente.

Lo primero es la avanzada territorial de Israel, tanto sobre Palestina, como sobre Líbano y posteriormente sobre Siria. Luego la caída del régimen de Asad, una rebelión que tiene bordado en el orillo la marca del Departamento de Estado (como la primavera islámica, el golpe en Egipto por parte del grupo extremista la Hermandad Islámica, el asesinato de Kadafi y las revoluciones de colores en Europa Oriental).

Pareciera que fue con el visto bueno de Trump. El tiempo lo dirá.

Por lo cual, a priori, los tímidos triunfos políticos del año 2024, como las elecciones en Holanda, primero de la cámara de senadores, donde gana un partido ruralista y luego la caída de Mark Rutte - ascendido como número uno de la OTAN -, la afirmación de Meloni en Italia, el crecimiento de los partidos antiguerra de Ucrania y anti Bruselas, tanto de izquierda como de derechas, en toda Europa, son buenas noticias.

Pero hay que ser prudentes. Es claro que los dueños de todo conservan los resortes de poder, y están tratando de inventar algún gattopardismo que les permita asimilar las incipientes rebeliones de los votantes en toda la Cristiandad.

Lo que ha quedado claro es que a pesar de los reveses, no han abortado su agenda (WEF, Agenda 2030, #LandGrabbing, The Global Compact - inmigración anticristiana -, ambientalismo, quitar acceso a los medios de locomoción y a las armas por parte de civiles, leyes mordaza, etc.).

En Gran Bretaña asumió un obediente empleado de la WEF, quien escala rápidamente a la locura, con el fin de esconder, maquillar las grietas del sistema; o en su defecto hacer callar a quienes lo osan señalar.

La Cristiandad está bajo asedio. Hace un tiempo, lo decíamos cuatro locos. Ahora es una verdad inocultable. Saber es bueno. La verdad a la luz siempre es algo bueno. Es el paso previo.

* * *

Hasta ahora enumeré las pálidas. Pero no son todas malas.

Creo que entramos en una nueva era, donde gran parte de la población de Occidente (ex Cristiandad) se dio cuenta de lo que se ejecuta tras bambalinas. Como diría Stéphane Bern, los entresijos del poder.

Pareciera que nos corrieron el velo a muchos. Probablemente haya sido el burdo engaño de la falsa pandemia del Virus Corona sintético. Tal vez haya sido la acumulación de abusos.

O tal vez, simplemente la impunidad los volvió descuidados en los detalles, y se ven las costuras.

Por lo que fuera, hoy no somos cientos, sino millones los que nos damos cuenta de que nos llevan de la nariz.

Para mí es infinitamente positivo.

Saber es positivo.

Los líderes que elegimos en estos últimos tiempos serán los correctos. O no. O por el contrario serán hombres de paja que nos pusieron para distraernos, debilitarnos o poder manejar ellos la oposición.

Si no son los actuales, serán otros.

Ya sabemos, más o menos, lo que queremos. Si no es Trump, será el próximo. Si no es Meloni, será la próxima. Si no es Milei, o Geert Wilders, o Le Pen, serán los próximos.

Por primera vez en muchas décadas, vemos.

A mis ojos, es promisorio.

Vienen buenos tiempos. Tiempos difíciles, como dice Delingpole. Estamos en guerra. Nadie deja el poder sin luchar.

La buena noticia es que salimos del sopor anestésico en el que nos sumergieron desde la Segunda Guerra Mundial. El despertar está a la vista.

Pero los argentinos hicimos cosas más grandes, costosas, dolorosas y heroicas; salimos gananciosos. Somos un pueblo corajudo.

Esta vez no será distinto.

Mandemos al Infierno a los enemigos de la Patria.

"Las Puertas del Infierno", de Auguste Rodin, detalle.

* * *

Éste ha sido un año difícil en dinero, en falta de trabajo. Todavía tenemos a cuestas la tristeza de la falsa pandemia y su secuela de muerte y daño. Pero todo nacimiento es un reinicio de la esperanza. Que esta Navidad de 2024 también lo sea.

Les deseo a todos los lectores de Restaurar, a todo el pueblo argentino y a los hombres y mujeres de buena voluntad, donde sea que quieran vivir, una muy feliz Navidad junto a los que aman y los aman.