ABORDAJE AL JUSTINA

Güemes era de otra dimensión, de una que luego de 200 años, aún no se comprende.



Autor: Juan Martín Perkins   


Vamos a ponernos en contexto histórico como para comprender la figura del General Güemes y los tiempos turbulentos apasionantes que lo convirtieron en el único general de ejército argentino muerto en acción durante la guerra de la independencia.


Eran principios de los 1.800, el Plata era virreinato para intentar frenar los embates portugueses y británicos convertidos en dueños de los mares por vencer a la flota española en Trafalgar.


Francia invadía la península ibérica cortando los nexos con Fernando VII y los ingleses derrotaron a Napoleón y vinieron a buscar al Río de la Plata lo que siempre creyeron propio.

Con buques de guerra cañoneando y mercantes traficando en la ciudad de Bs As, el joven cadete Martín Miguel de Güemes obtenía su bautismo de fuego.


Para dimensionar sus capacidades, habría que decir, antes de relatar el episodio del “Justina”, que Güemes estaba recién llegado de La Candelaria a Buenos Aires, distante 79 leguas, recorridas en tan solo 2 días, llevando un mensaje para Santiago de Liniers.


79 leguas a media rienda acompañando en la comisión a Marín, por las postas o a campo traviesa, en los archivos no está bien documentado.


¿Se imaginan? 79 leguas son 395 km… como ir a caballo desde Pehuajó hasta Bs As en 2 días… y al llegar, galopar a pedido del virrey por la alameda de la costanera hasta encontrar la división de 50 soldados a órdenes de Juan Martín de Pueyrredón para abordar un buque encallado en el barro.


Entre la Estación Retiro y el Hotel Sheraton, el 12 de agosto de 1806, se hallaba varado en el lecho del río el “Justina” un buque de 26 cañones, tripulado por oficiales y 100 marineros.

Según la colección “Güemes documentado” de 11 tomos que heredé de mi suegro, figura en el parte la orden de Liniers al cadete Martín Miguel de Güemes recién llegado de “La Candelaria”.


- “¡Guemes! Ud que siempre anda bien montado, galope por la alameda hasta dar con Pueyrredón y comuníquele la órden de avanzar con la caballería por la playa y abordar el barco que quedó cortado de la escuadra en fuga”.


Menos tardó Güemes en recibir la orden que en cumplirla a galope tendido hasta abordar el buque con el agua al encuentro de los caballos. 


40 bravos gauchos tomaron un buque que venía de vencer a Napoleón en el mediterraneo.

Güemes se apoderó de la bandera del Justina y otras que hoy decoran los templos de la orgullosa Buenos Aires.


La primera reflexión sería la confirmación de que, efectivamente, la patria se hizo a caballo.


Güemes es la prueba, a pesar de todo lo contradictoria que resulta la Argentina de hoy, la que nosotros supimos conseguir, la Argentina que tiene la Torre de Los Ingleses, justo en el lugar donde el cadete Güemes abordó el Justina, justo en frente del cenotafio de los caídos en Malvinas de la barranca de Plaza San Martín.


A veces oigo decir jocosamente, que si no hubiéramos echado a los ingleses durante las invasiones de 1806 y 1807, hoy seríamos una potencia con instituciones serias y bla bla.

Pensando en Belgrano y Güemes, no puedo evitar sentir vergüenza y remordimiento.


Muchos salteños aborrecieron a Güemes en su tiempo, hartos de las guerras de guerrillas, de las contribuciones forzadas y los impuestos para financiar las campañas de los infernales…Los criollos querían paz y comercio más que independencia y patria. 


Güemes era de otra dimensión, de una que luego de 200 años, aún no se comprende.


Para la Argentina de hoy, Güemes y Belgrano son solo un feriado en tiempos de tobilleras electrónicas, bailarinas de balcón y relatos de comedia , pero no siempre será así … llegará el día en que recuperaremos la vergüenza y respetaremos nuestra historia.



Juan Martín Perkins.



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