HUEVOS
Autor: Juan Martín Perkins (@JuanMPerkins)
Cuando era chico me decían… “Ya vas a ver cuando seas grande”. Ya voy por los 57 pero cada vez veo menos.
Cuando llegué a la plaza para pedir por allanamientos y desafuero pude ver que estaba con la luminaria apagada, en penumbras.
Poca gente, lo habitual para mi pueblo, a pesar de que se convocaba para reclamar que se permita allanar las propiedades de quien, se presume, es la jefa de la asociación ilícita que nos saqueó.
Al llegar intentaron hacerme una nota para la tele. No es lo mío, no porque no tenga que decir, sino porque prefiero hacerlo desde la reflexión de mi columna.
No fui a pedir flan. Reconozco la capacidad para comunicar de Alfredo Casero, me parece genial como logra alto impacto con una frase, pero yo no quiero flan, y a esta altura del partido, creo desafortunado usar el recurso de taparte los oídos y gritar, (aunque lo que grites sea una genialidad). Cuando tu gente comienza a demandar explicaciones, hay que contestar, no gritar.
Si hubiera aceptado hacer la nota para el canal, habría pedido que enfoquen la cámara hacia el palacio municipal y me hubiera dirigido al intendente. Fundamentalmente para notificarlo de que no somos boludos y entendemos todo, aunque sé que lo sabe y debe estar con dificultades para dormir.
Habría estado buena la nota porque después de hablarle al intendente, me hubiera dirigido a la gente, pero no a los que estaban ahí poniendo el cuerpo chupando frío en penumbras. Me hubiera dirigido a los pehuajenses que están indignados con la manera en que se saqueó al país, pero se quedan en sus casas cada vez que se los convoca.
Les hubiera preguntado porque nunca hacen nada para que dejen de robarles. Les hubiera preguntado que sintieron cuando vieron, estos días, las imágenes de Aníbal Fernández abrazando a nuestro intendente y subiendo bolsos a un avión en el aeródromo de Pehuajó.
Por suerte tuve la lucidez de no aceptar esa nota.
Yo creo que si te roban, una y otra vez, en tu cara, y no haces nada… mejor no digo más.
No se trata de votar lo mejor posible y esperar 4 años para corregir si algo no nos gusta. No alcanza con eso, todos lo sabemos.
Pero bueno, esta columna no está para retar a nadie; cada uno sabe lo que tiene que hacer, ¿no? Reflexionemos.
Si no hacemos nada, no nos quejemos.
Cuando era chico me decían… “Ya vas a ver cuando seas grande”. Ya voy por los 57 pero cada vez veo menos.
Cuando llegué a la plaza para pedir por allanamientos y desafuero pude ver que estaba con la luminaria apagada, en penumbras.
Poca gente, lo habitual para mi pueblo, a pesar de que se convocaba para reclamar que se permita allanar las propiedades de quien, se presume, es la jefa de la asociación ilícita que nos saqueó.
Al llegar intentaron hacerme una nota para la tele. No es lo mío, no porque no tenga que decir, sino porque prefiero hacerlo desde la reflexión de mi columna.
No fui a pedir flan. Reconozco la capacidad para comunicar de Alfredo Casero, me parece genial como logra alto impacto con una frase, pero yo no quiero flan, y a esta altura del partido, creo desafortunado usar el recurso de taparte los oídos y gritar, (aunque lo que grites sea una genialidad). Cuando tu gente comienza a demandar explicaciones, hay que contestar, no gritar.
Si hubiera aceptado hacer la nota para el canal, habría pedido que enfoquen la cámara hacia el palacio municipal y me hubiera dirigido al intendente. Fundamentalmente para notificarlo de que no somos boludos y entendemos todo, aunque sé que lo sabe y debe estar con dificultades para dormir.
Habría estado buena la nota porque después de hablarle al intendente, me hubiera dirigido a la gente, pero no a los que estaban ahí poniendo el cuerpo chupando frío en penumbras. Me hubiera dirigido a los pehuajenses que están indignados con la manera en que se saqueó al país, pero se quedan en sus casas cada vez que se los convoca.
Les hubiera preguntado porque nunca hacen nada para que dejen de robarles. Les hubiera preguntado que sintieron cuando vieron, estos días, las imágenes de Aníbal Fernández abrazando a nuestro intendente y subiendo bolsos a un avión en el aeródromo de Pehuajó.
Por suerte tuve la lucidez de no aceptar esa nota.
Yo creo que si te roban, una y otra vez, en tu cara, y no haces nada… mejor no digo más.
No se trata de votar lo mejor posible y esperar 4 años para corregir si algo no nos gusta. No alcanza con eso, todos lo sabemos.
Pero bueno, esta columna no está para retar a nadie; cada uno sabe lo que tiene que hacer, ¿no? Reflexionemos.
Si no hacemos nada, no nos quejemos.
* * *
* * *