MÁS "¡¡¡A TODO O NADA!!!"
Desde siempre sabemos
que el objetivo del sistema es convencer al mundo de que estamos
abocados a una globalización idílica que conforme un estado o estadio, si se
imponen los libertarios, que alinee las normas de comportamiento y cuya
libertad esté sometida al consenso apátrida que potencia al individuo en
detrimento de la persona.
Promover “ser feliz sin tener nada”, como dice Iris Speroni, es imprescindible para ellos; destruyendo valores elementales que hacen a la esencia del Ser humano a sus sentidos de trascendencia, el religioso y al de integración social, el Nacional. Por eso buscan la destrucción de la historia.
Hay una globalización
maliciosa de las ideas. Las que mandan de manera brutal y viscosa, con
ideologías marxistas o liberales e incluso anárquicas como las libertarias,
utopías irreales que tienen una envolvente capacidad de manipulación de la
razón, la corrupción de las ideas y el dominio de la voluntad, esa es la
cuestión verdaderamente importante con la que se somete al ser humano, se lo
destruye y cuando no alcanza se impulsa el miedo. El terror es más efectivo que
las bombas atómicas.
Con una envolvente
capacidad de la manipulación de la razón, la corrupción de las ideas y el
dominio de la voluntad, esa es la cuestión con la que se pretende someter al
hombre. Las “ciencias” como la “salud”, la “economía” y sobre todo las
comunicaciones son las herramientas que se han puesto al servicio hoy de la
dominación.
Herramientas que son las
que sustentan a las sociedades posmodernas. Ideologías globales que conectan a
las sociedades amasándolas en un solo todo, alejando del hecho diferencial a
las personas (de ahí en parte la importancia de hablar de géneros y no de
sexos) y sus tradiciones culturales.
Las ideologías
socialdemócratas, como las que nos quieren imponer en Argentina, intentan
conectar a las sociedades alienando y alineando a las personas en un único
pensamiento políticamente correcto, de ahí y por eso la búsqueda permanente
de la destrucción de la historia, porque “Si nos falsifican la historia es
porque quieren robarnos la Patria"...
Son los medios de
comunicación los que dictan qué hacer o qué decir, porque ellos saben LO BUENO
para todos. Y son las redes sociales, los nuevos sacerdotes de la globalización
los autorizados para censurar, porque ellas saben bien que es LO MALO para
todos.
Pero un sistema o régimen
que se basa en las falsas premisas y pone en práctica patéticos usos de
minorías sociales entronizándolos contra natura no puede sobrevivir, la
naturaleza humana siempre resurge cual ave fénix de las cenizas a las que se
las quieren condenar y es nuestro deber construir una alternativa.
Los que proponemos un
cambio del sistema, la eliminación total del régimen, “Es un nuevo régimen y
como todo buen régimen, cambia las cosas de raíz” tenemos plena conciencia
que es un juego de vida o muerte a todo o nada. Sin caer en terminar
siendo un “partido” más del sistema, recordemos lo que siempre venimos
diciendo:
Para un partido del sistema, sólo existe el discurso político-práctico, lo demás se da por supuesto y los “principios” son compartidos por todas las organizaciones políticas, sindicales, culturales e incluso por las instituciones públicas.
Nosotros, debemos
resaltar y rescatar el patriotismo porque debemos ser la alternativa al sistema
y no a una determinada tendencia del mismo, no podemos mostrar sólo un
programa. Debemos construir, para enunciar un nuevo proyecto de Nación, un
discurso propio mostrando nuestra cosmovisión, nuestro discurso tiene, desde
siempre, tres apartados político-filosófico, político-ideológico y como
consecuencia el político-práctico.
La plataforma filosófica
para la construcción de una Estrategia Nacional se basa fundamentalmente en el
rescate de la Cultura Argentina, recordando su esencia y en forma reiterativa
el origen y fundamentos históricos, recuperando el respeto por los Símbolos
Patrios, La bandera, el Escudo, El Himno, la Escarapela, nuestros héroes
fundacionales, en definitiva, como no nos cansamos de decir, nuestra argentinidad.
En todas las propuestas
que se pueden hacer a nivel humano hay siempre un fondo y una forma, una
estrategia y una táctica para llevarla adelante como “Tenemos que cambiar el
régimen que gobierna argentina, que es esta alianza entre los woke / progres / commies champagne
y la banca / los organismos internacionales / especímenes de empresarios como De
Mendiguren o Lascurain. Esta alianza hace mucho más que gobernar: ha
establecido un nuevo régimen” que nosotros denominamos “EL SISTEMA” y que hemos
decidido: hay que cambiar en forma total.
Para cambiar un sistema
político, primero hay que tener un proyecto que lo reemplace, porque “para
comer guiso de liebre lo menos que hay que tener es la liebre”, después
hacerlo conocido colectivamente, con explicaciones claras y coloquiales para
ser entendido por la sociedad, que se sienta una identificación popular con
dicho proyecto y una necesidad masiva de su implementación.
Hay muchos proyectos
desarrollados con patriotismo en la Argentina de hoy, conocemos varios, además
de lo que expone Speroni en su artículo “Volver a Empezar”. Como expresamos en
nuestros tweets y en la difusión de la nota publicada por Restaurar tenemos
muchas coincidencias, lo que no hay es una unidad de criterios y un curso de
acción para llevarlos a la práctica.
El aunar criterios de
proyectos para una Nación soberana, es fundamental, pero no significa de ningún
modo amontonarse. Jamás se puede armar una masa crítica de ciudadanos
dispuestos a reconquistar la Patria si no se recurre a despertar la argentinidad
anidada en el corazón de la gran mayoría de los argentinos. En otras palabras,
si no logramos tener comprensión y apoyo del pueblo para un proyecto Nacional
el mismo no podrá realizarse.
Un proyecto estratégico
para la Nación Argentina debe referirse a todos los poderes del Estado, tanto
en la paz como en la guerra y comprende los varios tipos de estrategias para
alcanzar los altos fines nacionales. Así se identifica una estrategia política,
una estrategia económica, psicológica, interna y externa y también militar.
El proyecto Nacional en
una suma de todas estas estrategias que denominamos la “Gran Estrategia” y que
se define como “Emplear el poder nacional, su capacidad técnica, científica
y humana, en el logro de los objetivos de la Nación en el sentido más amplio,
combinando todos los medios posibles, como los comerciales-económicos, la
diplomacia, las presiones, las amenazas, los subterfugios y si no queda otra,
las armas”.
Dentro de este contexto
la gran estrategia está relacionada con las relaciones internacionales y la
estrategia de defensa y dentro de esta el poder militar. En nuestra propuesta
de educación, básicamente pensamos lo mismo que suscribe Iris en el artículo
mencionado arriba. Con la diferencia que no propiciamos el cierre de las Universidades,
por lo menos no las públicas.
También coincidimos en
todas sus propuestas de economía y con lo propuesto en ese artículo sobre Salud
Pública, entendida como un bien común al que debe propender todo el aparato del
Estado como premisa principal y dentro del precepto del bienestar de la población
en el sentido lo más amplio posible.
En materia de seguridad,
sin embargo, preferimos separarla de la administración de justicia, en esta
materia propiciamos una política de prevención del delito basado en el
principio de “ventana rota”, con la correspondiente inteligencia criminal y los
respectivos mapas del delito, una protección a las víctimas y un cambio radical
en el código de procedimientos penales de la Nación para posibilitar el
accionar policial preventivo.
Un nuevo sistema de
investigación de los delitos, independiente del Ministerio Fiscal pero
fiscalizado por ese Ministerio público, con un coordinador a cargo de cada
investigación, capacitado en criminalística y apoyado por los científicos que
se requieran en cada caso concreto.
En materia de
administración de Justicia, eliminar la burocracia judicial al máximo
agilizando los procedimientos mediante la informatización de todos los
expedientes. En cuanto a la doctrina jurídica, revisar y modificar en su caso
todos los códigos, tanto el civil-comercial de Lorenzetti como el penal y sus
modificaciones. Impulsar la interpretación penal mediante el Causalismo y la
Punibilidad abandonando el garantismo actual. Volver al viejo “el que las hace
las paga”.
En la estrategia
científica, coincidimos también en general con el artículo de Iris, además de
propiciar el desenvolviendo y la reestructuración de instituciones como el
INTA, el INTI, el CONICET y la investigación científica en las Universidades
Nacionales. Propiciar asimismo un centro de estudios y prospección de las
capacidades mineras del territorio Nacional en conjunto con las Provincias.
Coincidimos en un todo en
materia de llevar adelante una política de energía “Continuar con la matriz
eléctrica en base a gas mientras se pueda más nuclear más presas
hidroeléctricas. Deberá acompañar el crecimiento de: a) las exportaciones, b)
la industria que crecerá con las nuevas medidas económicas, c) el traslado de
población propuesto. También debe estar regido por un criterio de Defensa”.
En materia de política de
Defensa, nos permitiremos explayarnos un poco más, Es común que sobre este
complejo tema se manifiesten los que no tienen más que en cuenta un aspecto
parcial del asunto. - El táctico. - O aquellos que sin tener ningún conocimiento
describen lo que les gustaría por preferencia. También están los que tocan de
oído y por supuesto desafinan y mucho.
En primer lugar, en una
Estrategia de Defensa debemos considerar las nuevas amenazas a partir la
realidad geopolítica mundial tal cual se presenta en el mundo y en nuestro
entorno hoy. Argentina está, lamentablemente, inmersa en un conflicto molecular,
con una sociedad donde impera la violencia en forma cotidiana y que va en
aumento.
En desconocimiento de los
más elementales enfoques de guerra, conflicto y humanidad, de los políticos y
un apego a un “pacifismo” irreal y desviado de la situación mundial dejó en
virtual estado de indefensión a la Nación Argentina. Esto hace evidente que la
estrategia de la Defensa Nacional requiere, que, si los choques armados, con
enfrentamientos sociales de diversa magnitud, en un mundo complejo, donde se
mueven intereses de naciones, grupos económicos, y difusos organismos
supranacionales.
Donde la forma más
frecuente de uso de la fuerza en los conflictos contemporáneos, se caracterizan
por un amplio uso de los medios y procedimientos no específicamente militares,
la organización de la defensa de una Nación, debe reflejar este hecho siendo
multifacética y contemplando todas las hipótesis y tipos de conflicto que
podrían plantearse en la actualidad y con una proyección a por lo menos diez
años.
Para la realización de un
Plan de Defensa Nacional debemos considerar que la Guerra Molecular que hoy
padecemos en forma incipiente se convertirá posiblemente en Hibrida, que es por
el control de la mente de las poblaciones, donde las FFAA cumplen un papel
secundario y no por ello de poca importancia.
Las grandes batallas ya
no son hoy el eje del conflicto y la violencia está dirigida contra la
población civil, en los conflictos actuales se realizan acciones en dominios
múltiples buscando la desintegración del Estado.
Nuestra propuesta, atenta
a todo ello, va desde la implementación de una nueva ley de defensa, pasando
por las diferentes reglamentaciones y protocolos, que contemplen hipótesis de
guerra en base a las nuevas doctrinas mundiales, su aplicación en los
diferentes conflictos actuales y la incidencia geopolítica actual y futura
sobre la región.
En este aspecto es de
primordial relevancia la adjudicación de recursos suficientes para proveer de
personal capacitado multidisciplinario, disponer de los medios materiales para
la concreción de los diferentes objetivos que posibiliten la disuasión de las
amenazas o su represión si se da el caso.
Podríamos desarrollar
estos conceptos puntualizando las necesidades materiales de todo el sistema de
Defensa Nacional y el que además debería proveerse a nuestra FFAA, partiendo de
la indefensión actual a una composición estratégica que posibilite capacidades
reales de neutralización y daño a oponentes y enemigos, con más los recursos
financieros para mantener ese sistema en funcionamiento.
Lo dejaremos para
conversaciones más reservadas con aquellos a los que les interese el tema,
nuestra propuesta no es la única, conocemos varias, que con mayor o menor
coincidencias se proponen cambiar este sistema perverso por otro que sirva para
el crecimiento de la Nación y el dimensionamiento de su población.
En la convicción de que
juntos o separados iremos en la misma dirección, crear un nuevo sistema y que más
temprano que tarde deberemos aunar criterios estableciendo un curso de acción
que posibilite que podamos implementar y concretar una propuesta patriótica
para grandeza de la Nación.
Marcos Kowalski