CHARLIE KIRK

 

Ilustración de Tatsuya Ishida (@TatsuyaIshida9)

Nuestro destino y el de nuestras familias siempre ha estado en nuestras manos y en las de Dios.


Autor: Juan Martín Perkins   


No te matan porque seas nazi fascista, te llaman nazi fascista para poder matarte”.


Esta frase habla de Charlie Kirk, aquel muchacho que invitaba a debatir bajo un gazebo en los campus de las universidades de EEUU.


Su arma era la palabra y la verdad, que sostenía con coraje y honestidad brutal en los principales centros de adoctrinamiento woke globalista.


Con calma y en paz, dijo la verdad una y otra vez. 


Lo mataron, es el precio que suele pagarse por levantar el perfil y adquirir visibilidad.


¿Creen que silencian la poderosa palabra del Maestro en sus labios?, pero ni se imaginan el gigante dormido que han despertado en todo el mundo.


La violencia y la agenda estúpida aberrante que nos divide y destruye nuestras familias y cultura, siempre viene del mismo lado.


En mi caso, una gota en el océano, desde mi columna publicada por Digital Mágica todos los viernes, durante más de 15 años, he sostenido la verdad que duele y molesta a la conciencia, independientemente de lo duro y difícil que sea.


Hoy no va a ser la excepción, porque quiero reflexionar sobre la ola destituyente que atenta contra el gobierno actual.


Usan causas nobles como la educación y la salud y se valen de idiotas útiles para convencer a la población de no investigar para terminar con todos los quioscos y cajas de la política que saquean los presupuestos de la universidad y los hospitales. 


Todo el país sabe cómo se roba en las instituciones, pero ¿de eso no se puede hablar?


La verdad, la duda, el cuestionamiento del poder profundo, la denuncia del fraude ideológico y la corrupción, me convierten en nazi fascista. 


Le rindo mi humilde homenaje a Charlie Kirk, ojalá tuviera el 1% de su talento.


Sin contestar ni un solo comentario de agravio, cargo la mochila con los apodos del gorila, nazi fascista, genocida, apólogo del delito, misógino, anti semita, homofóbico, machista, antiderechos, chupacirios, medieval, cipayo y a la vez nacionalista, conservador o liberal, según cual de los dos sea el insulto que convenga al enojado de turno...


Argumentos, poco y nada… insultos y más insultos, como para hacer dulce.


El objetivo es acallar toda voz disidente al relato “oficial” de la agenda global, pero lo peor, es el silencio, la pasividad e indiferencia de Corea del centro, la que nunca dice nada y observa en silencio la destrucción de los valores que alguna vez tuvo. Eso sí, se molestan por los modales.


Para esta cobardía, “no cuenten conmigo NUNCA” y lo digo sin ponerme disfraz de buzo.


La ambiciosa misión de esta humilde columna es recordarles nuestro pecado capital, sin cuya redención jamás seremos viables. El silencio otorga, la cobardía paga mal.


La campana del burócrata político te machaca el cerebro con que siempre puedes contar con él, esa es la estafa, hacerte creer que no puedes con tu vida.


Ilustración de Tatsuya Ishida (@TatsuyaIshida9)


Nuestro destino y el de nuestras familias siempre ha estado en nuestras manos y en las de Dios, que es la verdad, el camino y la vida.


Kirk murió por predicar llevando esta cruz. 


Muchos en el mundo festejaron su muerte con adjetivos calificativos e insultos…pero muchísimos más levantaremos la voz para que el mundo recuerde la verdad.


Gracias Charlie Kirk.



Juan Martín Perkins.




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