CRISIS RECURRENTES


Autora: Iris Speroni

Cada tantos años la Argentina “sufre” falta de dólares. Políticos y economistas lo presentan como un fenómeno climático sobre el que no tenemos incidencia alguna. 

Cada tantos años, los gobernantes se sorprenden víctimas de “la crisis de la balanza de pagos”.

Esta semana un colega sostuvo que el problema del país era la ausencia de dólares, porque la Argentina no produce todos los que la industria requiere para comprar maquinaria. Que existe un déficit anual de dólares de U$S 25.000.000.000.- (?). Y, lo más importante: las crisis de pagos periódicas son la causa de la falta de crecimiento del país.

Finalizó con la afirmación de que la solución para la falta de divisas era Vaca Muerta pero que no iban a estar disponibles sino a partir del 2030.

Todos estos argumentos los escuché en la facultad de boca de los profesores en la década del 80. ¡Hace 30 años!

La falta de divisas periódica de nuestra economía es una consecuencia de diversas políticas y no una causa.

Vamos de nuevo: es una consecuencia y no una causa.

El colega no repara que el problema se explica sólo. ¿Cómo puede ser que la demanda exceda en miles de dólares a la oferta? Fácil. El precio está mal.

Los importadores deberían importar por la cantidad de dólares que puedan comprar. Si quieren comprar por más es porque el estado determinó un precio artificialmente bajo. Eso hace que gente que en otras condiciones no compraría “esa” máquina, no haría “ese” viaje, no tomaría “esa” deuda, al tener un dólar que considera barato, decide la operación. 

Por el otro lado, si faltan dólares es porque hay gente que no quiere desprenderse de ellos, no al precio vigente. Con una cotización alta podría exportar su producto, que ahora no puede porque no le cubre los costos o vendería dólares ahorrados.



Las crisis de balanza de pagos


Sí, periódicamente los gobiernos argentinos se encuentran faltos de divisas (dólares, oro, euros) para cancelar obligaciones. 

Cuando eso sucede, los gobiernos entran en modo pánico. Ya han innovado en cuanta variante exista: confiscación de depósitos en moneda extranjera, suspensión de giro de divisas, control de cambios, tipo de cambio diferenciado, plazos de liquidación de exportaciones. 

Los economistas locales proponen ingeniosas formas de manipular el mercado cambiario para evitar la próxima crisis, que inevitablemente va a venir o desempolvan viejas prácticas, con la falsa creencia de que esta vez sí va a funcionar.



Causa y Consecuencia


Confundir las causas y las consecuencias es uno de los errores más graves en todo proceso racional.

Por definición no hay forma de que haya “escasez de dólares”. Eventualmente hay “escasez de dólares al precio X”.

¿Por qué cada tanto en Argentina a los importadores, financistas, ahorristas y gobierno les faltan dólares? Porque el gobierno, sistemáticamente manipula el tipo de cambio.

Un dólar bajo reduce la “producción” de dólares, baja la oferta de dólares al mercado al desestimular las exportaciones.

Los dólares ingresan al país por diversas fuentes: exportaciones (la más importante), giros desde el exterior (pensiones, subsidios externos, remesas de familiares en el exterior, dividendos de empresas argentinas en el exterior, préstamos de organismos internacionales, préstamos de privados a empresas argentinas o al estado argentino).

Si el estado no interviniera, el valor del dólar quedaría determinado por las ventas de dólares de quienes tienen (todos los anteriores más aquellos que tienen ahorro en dólares y quieren venderlos) y todos los que quieren comprar.

¿Quiénes compran? Los importadores, los que giran dinero al exterior (remesas a familiares, jubilaciones y pensiones, servicios de deuda privada y pública, dividendos), los que ahorran en divisa.

El BCRA. El banco central compra dólares a quienes quieren ingresarlos (y ahí dicen “subieron las reservas”) y los vende cuando alguien quiere comprar. En ese proceso manipula el tipo de cambio, para un lado o para el otro.  Como compra esos dólares con emisión, genera inflación.

El gobierno también manipula el tipo de cambio mediante la adquisición de deuda pública en divisa extranjera para uso en temas domésticos.

Explico:
Si el estado toma una deuda en euros para comprar un submarino o una turbina hidroeléctrica, no afecta el mercado de cambios (no al inicio de la operación, sí al momento de la cancelación). Porque toma la divisa, compra el bien,y el bien ingresa a la Argentina.
Ahora si el estado toma deuda del Banco Mundial para hacer edificios en la Villa 31, tiene que cambiar esos dólares, convertirlos en pesos y con esos pesos pagar la obra civil. Con esa deuda deprime - artificialmente - el valor de la divisa. ¿Por qué? 1. Porque esos dólares compiten con los de los exportadores, deprimiendo el mercado, 2. porque los compra el BCRA contra emisión y produce inflación.



Las Exportaciones


Falacia: “las divisas de las exportaciones no alcanzan”. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Para qué? ¿Para qué tienen que alcanzar?

El valor de la divisa determina cuánto se exporta y cuánto no. La causa del volumen de exportaciones es el valor del dólar/euro y no al revés como manifestó mi colega.

Con una divisa artificialmente baja sólo son exportables determinados bienes: cereales de la pampa húmeda, oleaginosas, pesca, lana sucia. Y según el valor del dólar puede o no ser exportable la carne vacuna, toda vez que tiene un proceso de elaboración previo (frigorífico).

A medida que agregamos o distancia al puerto (flete) o procesos de elaboración que multiplican el costo impositivo, las exportaciones se dificultan.

Si el valor del dólar sube se pueden agregar otras exportaciones que pasan a ser rentables: tubos de acero sin costura, lingotes de aluminio, cítricos del Noroeste, ajos de Mendoza. 

Si sube un poco más ya son rentables los vinos finos de Cuyo, la lana ya lavada de la Patagonia, otras carnes (ovina, camélidos, caprinos). Actualmente la exportación de vinos finos está en modo hibernación debido al retraso cambiario.

Un poco más hace rentables productos industriales (perfilería), alimentos elaborados (caramelos, mermeladas), o más lejanos al puerto (pacú y mozzarella de Formosa), frutas del Alto Valle de Río Negro, alfalfa, y servicios como software o agrotech.

Más, y podemos exportar productos industriales (casimir de tela merino, aberturas de aluminio, muebles, papel, autopartes), turismo y productos regionales.

Deberíamos hacer todos un ejercicio con un eje vertical donde a la izquierda pongamos distintos valores del dólar y a la derecha qué productos se convierten en exportables a cada valor.

Descubriremos que se podría estar exportando el doble, el cuádruple o el séxtuple, con un tipo de cambio no manipulado a la baja por el gobierno.




El Mercado de Capitales


Los gobiernos “tiran” a la baja el tipo de cambio mediante el ingreso de capitales financieros que financian al estado. El dólar barato produce la baja las exportaciones (saca de mercado diversas producciones) y estimula las importaciones - abaratan artificialmente el costo del turismo al exterior y la compra de insumos importados -.

Como los gobiernos se manejan con tipos de cambio artificiales, eso no dura. No puede durar. Nunca dura. 

Porque es artificial. 

Tarde o temprano los importadores importan demasiado (porque el dólar está barato), la clase media se va a Cancún y Miami, los productores siembran menos, las bodegas sólo colocan en sus clientes críticos y los que prestaron divisas piden que se las devuelvan. 

Pasamos de mucha gente queriendo vender dólares y sólo el banco central comprando a mucha gente queriendo comprar dólares y el banco central vendiendo hasta que se queda sin divisas.

La decisión de manipular el tipo de cambio afecta a millones de personas. La más criminal de todas - a mis ojos - es que con un dólar barato someten a la pobreza a todas las economías regionales que podrían estar prosperando a niveles inimaginables. 

Vivimos un unitarismo que concentra toda la riqueza en Buenos Aires y una de las herramientas, no la única, pero sí la más efectiva, es la manipulación del tipo de cambio.

Cada vez que se proponen control de cambios, ventas de dólares baratos por el Central, retenciones, significa que Argentina posterga una vez más su futuro exportador. 



Soluciones


¿Cómo se logra un dólar caro?

- Dejar que todo el mundo compre y venda a su gusto sin que el banco central intervenga.
- No contraer deudas externas en dólares para ser gastados en pesos. En resumen: que el estado no ingrese divisas.
- Repagar la deuda externa. Hacer un plan a diez años y que el estado compre dólares con recaudación fiscal. Así se mantiene el tipo de cambio alto sin provocar inflación.

Un tipo de cambio alto sostenido va a estimular exportaciones industriales y regionales. 

Los economistas de izquierda alegarán que se afecta el precio de los alimentos (“la mesa de los argentinos”). Es falso. Lo dicen porque queda feo decir “quiero que Roggio gire los dividendos con dólar barato”.

Para abaratar el costo de vida de la gente de a pie, deben eliminar todo impuesto a los alimentos, al forraje (lo que comen pollos y cerdos y vacas de ordeñe), a la electricidad, al gas y al combustible.

En cuanto a la caída de recaudación, acá es donde entra la política. Parte se verá compensada por las rentas por mayores exportaciones, por mayor recaudación en otros productos. El resto lo tienen que poner los políticos. Dejar de nombrar el primo del concuñado y dejar de comprar al doble de precio los insumos del estado.

Paso a paso nos acomodamos todos.

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