EL TOTALITARISMO PROGRE



 Totalitarismo progre. Un toque de queda para el Estado médico-policial. 

Autor: Cristian Taborda (@tabordacristian)


"¡Ay de los pueblos cuando la Autoridad comienza a escribirse con mayúscula! 

Entonces toma el lugar de la Verdad, que ésa sí lleva mayúscula, por ser Dios mismo".

Leonardo Castellani.


Decía Castellani "El mundo sabe bien actualmente lo que es el Estado con mayúscula: el Estado con mayúscula es la inmoralidad organizada" no solo es una inmoralidad organizada sino que se ha convertido en el instrumento del poder privado, de una élite global, que usurpó el poder de facto, para hacer cumplir sus normas, según Russeau "el tirano es el que se mete contra las leyes a gobernar según ellas".


Para no salirse del libreto y seguir al pie de la letra el guión que escribe el poder global, no pudiendo evitar la celebración de las fiestas el establishment mediático y la clase política terminaron el año preparando el terreno para el nuevo encierro con un bombardeo sistemático sobre la población reproduciendo infinitamente imágenes y mencionando la irresponsabilidad de los argentinos por salir a las calles para realizar compras de Navidad y por celebrar las fiestas en familia. ¿Como en un país del fin del mundo pueden darse el lujo de festejar la Natividad de Jesús mientras en el resto del planeta se canceló esa fiesta?.


La embestida de los medios continuó, ahora, pasada las fiestas, con más fuerza, atacando y haciendo hincapié en el "descontrol" de los jóvenes (malditos rebeldes) que se reúnen en fiestas o en la playa para disfrutar del verano, la juventud osó desafiar las órdenes de Carla Vizzotti quien ya había pedido "evitar hablar fuerte, cantar o reírse” como así el pueblo abusó de la libertad concedida transitoriamente por el gobierno y ahora tiene que volver a la prisión domiciliaria por desobediente y romper el "nuevo contrato social" de distanciamiento  y enmascaramiento obligatorio. 


El gobierno tomó nota del pedido de los "nuevos amos" y ante la indignación del circo mediático y los falsos profetas, epidemiólogos, que pronosticaban un millar de muertos por coronavirus y la saturación del sistema de salud que no sólo no se saturo como lo hace todos los años por gripes estacionales sino que en muchos lugares estuvo su ocupación por debajo de la media, empezó a hacer circular la idea del "toque de queda sanitario", suspender la libertad de movimiento y reunión en nombre de la "salud pública" según la neolengua orwelliana.


Como si no hubiera alcanzado la anterior cuarentena para destruir la economía y la salud, ahora médicos, epidemiólogos e infectólogos que nadie votó y carecen de cualquier tipo de legitimidad deciden sobre la política y se pasean por los medios promoviendo que es necesario un "toque de queda sanitario" como mínimo, de hecho los más radicalizados como Nicolás Kreplak, viceministro de Salud bonaerense, declaró que hay que "tomar decisiones más fuertes" y "severas" que un toque de queda. ¿Un Estado de sitio para consolidar la Dictadura Sanitaria?


Además de haber generado una división de la sociedad en castas de "esenciales - no esenciales", impedir el derecho a trabajar durante meses, como el derecho a circular libremente ahora el gobierno avanza con el Estado Sanitario de excepción, impidiendo la libertad de reunión y la libertad de movimiento. Un Estado de excepción decidido por un grupo de tecnócratas disfrazados de asesores sanitarios con el menor conocimiento de política y/o economía sólo sustentados por el saber médico y apoyados en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) organismo supranacional, con intereses privados, que no ha cesado de contradecirse. Es decir, el gobierno no toma ninguna decisión soberana. La política económica la hace el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la política sanitaria la dicta la OMS. Técnicos de la economía y técnicos de la medicina deciden, el pensamiento médico y el pensamiento economicista de una élite neutralizan la política.


Mientras crece el desempleo y la pobreza, aumenta el nivel de precios de alimentos, suba del transporte, naftas, servicios y se deteriora la economía día a día Alberto Fernández cree vivir en una "sociedad más igualitaria y más justa" por haber promulgado la ley del aborto, al tiempo que el gobierno destruye el trabajo, derechos sociales y quita libertades básicas como la libre circulación a la mayoría del pueblo, regala políticas de género y caprichos individuales a una minoría elitista. A los argentinos se les impide el derecho a trabajar pero tienen "derecho" a abortar. Por un lado realiza el ajuste económico y por el otro el ajuste poblacional. No quedan dudas que como dice Fernández vino "a cumplir"... con los dictados del poder global.


El progresismo que jugaba a la revolución, denunciaba represiones policiales en todos lados y el "fascismo" de todo el resto de la sociedad ahora pide el uso de las fuerzas de seguridad, toque de queda y que el Estado controle a la población, instaurando un Estado médico-policial, totalitarismo progre. Los que decían combatir el capitalismo salvaje y el neoliberalismo ahora militan a ultranza la tiranía del globalismo financiero: el encierro, el auto patrullaje, vigilancia, distanciamiento social, destrucción del trabajo y comercios, bancarización de la vida y como si fuera poco el toque de queda. ¿Habrá algo más neoliberal que la individualización de la sociedad mediante el distanciamiento social y el encierro? Ya lo planteaba Hanna Arendt: "la soledad, el terreno propio del terror, la esencia del gobierno totalitario". Convertir a los hombres en seres superfluos, sin la posibilidad de asociación en el espacio público no hay libertad política y el pueblo se convierte en esclavo, cuando el gobierno debe ser esclavo de un pueblo libre. ¿Podrá ser algo más útil al capitalismo financiero, o salvaje, que la destrucción de la economía y el trabajo en favor del comercio electrónico y la economía digital que manejan las grandes multinacionales junto a los grandes bancos? una economía intervencionista que protege y financia a grandes empresas privadas como las Big Tech. ¿La paradoja del siglo?, el progresismo "anti fascista" pide la intervención del Estado y la utilización de las fuerzas para salvaguardar los intereses corporativos.


Lejos quedó la utilización de la Doctrina de Seguridad nacional para salvaguardar los interés del capital financiero que denunciara la izquierda, ahora es la misma izquierda la que instaló una Doctrina de Salud pública global, con reglas y normas de comportamiento social claras a seguir, implementando un sistema totalitario de destrucción del trabajo y la libertad, de pánico generalizado e incertidumbre, de terrorismo mediático y guerra psicológica. Donde como describía Michel Foucault se hace uso del poder autoritario de la medicina para normalizar la población: "Hoy la medicina está dotada de un poder autoritario con funciones normalizadoras que van más allá de las existencias de las enfermedades y de la demanda de los enfermos". Un poder que intenta disciplinar y normalizar, con fines políticos y beneficios económicos para una minoría. Un virus político para una sociedad de control. "Ay de los pueblos cuando la Autoridad comienza a escribirse con mayúscula!...".

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